Lo suficientemente bueno [HyunMin]

Capítulo 29.

—No te esperaba hoy...

—Es una visita sorpresa, tonto. Hago esto para asegurarme de que los gatos reciben un buen trato todo el tiempo y no sólo cuando te aviso que estaré aquí —explicó Ji Sung como si su motivo para estar en ese lugar fuera obvio, mientras pasaba hacia la sala del contrario, buscando a los tres felinos con la mirada.

Min Ho no terminaba de creer por completo en las palabras ajenas, como si pudiera presentir que el menor había ido hasta su casa por otra razón, pero al mismo tiempo no le encontraba mucho sentido a esa posibilidad. Ji Sung lo detestaba, después de todo.

—Claro... Pero la última vez que estuviste aquí, me dijiste que no querías que volviera a estar cerca de ti —le recordó.

—Ya supéralo —bufó, finalmente encontrando a Dori y logrando sonreír un poco—. Mejor cuéntame por qué todos están hablando acerca de ti en Yeonkkot. ¿Qué es lo que hiciste ahora? ¿En qué tipo de problemas te metiste?

—Oh... Estoy en problemas, sí, pero estoy haciendo las cosas bien.

—¿Qué? —Alzó una ceja.

—Pensé mucho en lo que dijiste y me di cuenta de que tienes razón. ¡Ya es momento de que empiece a hacer las cosas correctamente! Admití haber hecho trampa para pasar de grado con calificaciones modificadas —reveló—. No dije quién me ayudó, así que no te preocupes, tú estás a salvo —agregó con una sonrisa débil—. Mis padres están furiosos y muy decepcionados de mí, pero hablamos con un coordinador y llegamos a un acuerdo. Tomaré clases durante el verano, repetiré las materias que necesito para graduarme de verdad. Por mientras, no puedo ir a Yeonkkot y... tampoco puedo inscribirme en una universidad.

Ji Sung apenas y podía creer lo que estaba escuchando. Cuando salía con Min Ho, creyendo que éste también lo quería en serio, fueron muchas veces las que tuvo que escucharlo decir que le tenía miedo –o algo parecido– a su padre porque era muy estricto con él y que por eso no podía correr el riesgo de decepcionarlo o molestarlo, pero el pelinegro en verdad se había atrevido a confesar lo que ocurrió con sus calificaciones.

—Min Ho...

—Puedes estar tranquilo, tu identidad seguirá siendo un secreto —prometió—. Le dije a mis padres que le había pagado a alguien fuera de la escuela para que me hiciera esos favores de alterar mis calificaciones —soltó un suspiro—. Quiero pensar que este largo camino de arreglar las cosas lo estoy comenzando con el pie correcto.

—No sé qué decir —cruzó los brazos—. Nunca pensé que llegaría a verte tratando de hacer las cosas bien y ahora que me entero de que sí estás intentándolo, la imagen es muy... impactante —explicó.

El pelinegro agachó la mirada, reunió todo su valor y avanzó hacia Ji Sung a paso firme, sabiendo que no podría retroceder después.

—Te hice mucho daño, Hannie —reconoció apenado, colocando una de sus manos a la altura de su corazón—. A diario pienso que todo lo que te hice simplemente no merece ser perdonado. Mientras tú sólo querías lo mejor para nosotros, yo me aproveché de tus sentimientos por mí, te usé y te engañé de una manera bastante cruel. Lo siento. Sé que no es suficiente, pero en verdad lo siento. Estoy realmente arrepentido por cada cosa y desearía que fuera posible regresar al pasado para evitar mis errores, pero...

—Min Ho —lo interrumpió, mirándolo con tristeza—. ¿Por qué tienes que llegar tan tarde, tonto? —Cuestionó con un nudo en la garganta.

—¿A qué te refieres?

—Lo que estás diciendo ahora mismo... es lo que me habría gustado escuchar hace mucho tiempo —sonrió sin ganas y luego movió su cabeza de un lado a otro un par de veces—. Lo lamento.