35. Fine Line

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Ayer había sido el primer año que no había pasado con papá su cumpleaños. Estaba lejos de casa, muy lejos. Haber hecho una llamada con la familia no fue igual, no haberle dado un abrazo o un regalo... pero ey, esta noche se lo compensaría a lo grande.

—Es el último show, amigos —dije llegando al círculo de reunión con mis bailarines.

Con sólo una puerta que nos separaba de las plataformas que nos subirían al escenario, mis compañeros y yo nos habíamos detenido a darnos ánimo y a que yo diga unas palabras antes del concierto.

—Sé que estamos agotados, pero quiero que disfrutemos de esta noche al máximo. Guárdenla en su memoria, porque es el comienzo de muchas giras —Miré a mis amigos, todos abrazados por los hombros—. Gracias por formar parte de mi vida y soportarme por tantos meses. Se han vuelto mi familia, chicos. Este tour hubiera sido terriblemente aburrido sin ustedes.

Hice sonreír a todos. Ellos acomodaron los audífonos en sus orejas antes de llevar sus manos al centro del círculo.

—¡Vamos a darlo todo, muchachos! —animé colocando mi mano sobre las demás.

Chicos y chicas festejaron alzando sus manos al cielo después de corear un "Styles" a la cuenta de tres. Aplaudimos dándonos más energía. Ellos salieron primero camino a la plataforma del escenario, menos Abby.

—¿Listo? —me preguntó.

Acomodé solo un audífono en mi oreja.

—No, estoy cagado de los nervios. Creo que voy a llorar —exhalé.

Mi girasolito rió echando su cabeza hacia atrás. Sus manos se entrelazaron detrás de mi cuello y las mías se apoyaron en su cadera. Sentía mi corazón queriéndose salir por mi boca. No podía aceptar la realidad.

—Estoy muy orgullosa de ti.

Sonreí sin despegar mis labios, lleno de nostalgia. Eso sería algo que mamá me diría si estuviera aquí.

—Lo sé.

—Y te amo mucho.

Junté nuestros rostros para probar sus labios cortamente no queriendo arruinar su labial. Aquel toque se sintió como un tranquilizador para mis nervios.

—Te amo también, mi girasolito.

Su risita me contagió. Era un tonto enamorado.

—Ya es hora —animó palmeando mis hombros—. Ve a lucirte haciendo lo que más te gusta.

Cerré mis ojos tomando profundas respiraciones a la vez que sentía sus dedos apretar los músculos de mis hombros, relajándome con rápidos masajes.

—Y tú ve a ser mi mejor bailarina allí arriba —molesté.

—Oh, vamos, no soy la mejor.

—Soy tu fan número uno —me quejé con un puchero.

—Y yo la tuya —Besó mis labios

Palmeé su cadera al escuchar el último aviso de que debía subir al escenario.

—Vamos, pequeña mujer, es hora.

Abby yo nos encaminamos a las plataformas. Ella se subió primero ya que mis bailarines debían estar arriba para cuando yo suba. Saludé a un par de personas de producción en el camino y recibí mi micrófono inalámbrico. Agradecí con un asentimiento de cabeza, y finalmente me agaché para ingresar a la plataforma.

Ahí, de cuclillas, sonreí nostálgico porque recordé mi primer show. Seguía igual de nervioso como el primer día. Seguía con esas ganas de mearme encima, de vomitar, de irme corriendo por los nervios... pero aquí estaba. Lo había logrado. Había acabado mi primera gira.

LIAM STYLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora