Extra

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NATHAN STYLES' POV:

Iba a matarla. Voy a matarla

—¡Darcy! —grité en un gruñido bajando las escaleras corriendo.

La muy condenada de mi melliza estaba ahí, en la sala de estar, sentada en el sofá frente al televisor viendo por tercera vez en la semana la película en la que sale Bear, el hermano mayor de su novio Sam.

—Uy, ¿el tigre se despertó? —fastidió con una sonrisita.

—¡¿Que si me desperté?! —chillé acercándome. Tomé el control remoto en la mesa de centro y apagué el televisor—. ¡Hoy era nuestra sesión de fotos para la portada de Vogue! ¡No me despertaste, perra estúpida, y ahora estamos despedidos!

Creo que le hice recordar aquel detalle, ya que se colocó pálida y tragó duro saliva.

—¿A qué hora era?

—Había que estar ahí siete y media.

—¿Y qué hora es? —susurró.

—¡Casi medio día!

Darcy murmuró una maldición poniéndose de pie.

—Bueno, debiste poner una alarma tú también —dijo.

—¡Tú siempre me levantas! ¡Sabes que las alarmas no me sirven!

—¡Debes ser más responsable, no voy a levantarte toda tu vida!

—¡Era la portada de Vogue, Darcy! ¡Echaste a perder toda nuestra oportunidad!

Este, literalmente, era el mejor punto en nuestra carrera de modelaje y ahora estábamos en la ruina.

—¿Y... y si nos perdonan la tardanza? Aún podemos llegar —dijo.

—No. Vi mi celular. Hace una hora me habían llamado y me mandaron un último mensaje de advertencia. Los estilistas y fotógrafos ya se fueron.

Habíamos trabajado tan duro para quedar en esa jodida portada y ahora ya no íbamos a salir en Vogue. Todo mal hoy.

—Ay, carajo... —se quejó.

—¡Sí! ¡Ay, carajo!

¿Por qué carajo están diciendo groserías en mi casa? —La voz y los pasos acompasados de papá se oyeron por las escaleras.

Mi hermana y yo nos volvimos hacia él. El jefe bajaba en su bata blanca de felpa y con una cara de recién haberse levantado.

—¡Tu hija se olvidó de despertarme! ¡Teníamos las fotos de Vogue hoy! —me quejé.

—¡Tú también te olvidaste! ¡Debiste poner una alarma! —Darcy me gritó.

El señor Harry Styles masculló un par de maldiciones mientras se nos acercaba. Colocó sus grandes manos en nuestros hombros y nos alejó.

—Darcy, tú estabas en el sillón sin hacer nada. Así que te olvidaste, amor —papá le dijo.

Me crucé de brazos sonriendo triunfante.

—¡¿Qué?! —ella exclamó—. ¡¿Lo estás defendiendo?!

—No, princesa, pero...

—Oh, no, lo pagarás —masculló sacudiendo sus hombros, zafándose de su agarre—. ¡Liam! ¡Liam, me están molestando!

Giré los ojos. Esta jovencita tenía diescisiete años y seguía llamando a nuestro hermano mayor para que la protegiera.

En pocos segundos Liam se presenció en las escaleras en un pantalón chándal y sin playera, con el cabello desordenado y una cara muerto del sueño. Y creo que así era. Hasta ayer antes de irme a dormir, Liam y papá estaban en el estudio practicando canciones y haciendo nueva música. Así que supongo que se han debido quedar hasta tarde ahí.

LIAM STYLESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora