LIAM STYLES

1. Nuestro secreto

Tengo el don de bailar.

¿Qué? ¿Acaso por ser un Styles no puedo bailar bien?

Inicios de septiembre... tiempo perfecto en Los Ángeles, California. Llevaba casi un año en esa ciudad.

Luego de ganar The X-Factor, me mudé a Estados Unidos a grabar mi primer álbum: "STYLES". ¿Ven lo que hice ahí? No fue tan fácil como pensé que sería... pero gracias a la experiencia de varios profesionales en la disquera, y de mi mánager (y amigo) Erik, pude aprender mucho sobre música y composición y lograr sacar trece canciones en el disco.

De verdad estaba muy feliz y orgulloso de mí mismo.

No tenía tantos amigos. Me consideraba un lobo solitario. Mis dos mejores amigos estaban bastante lejos de mí: Freddie Tomlinson andaba en su segunda gira mundial, y Bear Payne vivía en Londres mientras estudia actuación. Mis papás me visitaban de vez en cuando; la mayoría de veces era cuando mis hermanos, los mellizos, tenían sesiones de fotos o campañas en el extranjero.

No conocía a mucha gente. Es decir, sí tenía varios contactos... pero no eran mis amigos. Erik era con quien más andaba, tenía la edad de Freddie, veinticuatro años. Nos llevábamos genial.

Realmente no sabía qué tan divertida podía ser la vida de un cantante hasta que me dijeron:

"Nos vamos de gira".

¡Empezó lo bueno, amigos! ¡Iba a cantar en frente de miles de personas! ¡Por fin conocería a mis fans! ¡Viajaría por el mundo!

Pero, deténganse, señores... que aquí en el mundo real todo se gana con arduo trabajo. Y en el reino de la música, eso significa ensayar. Ensayar y practicar hasta que no puedas más.

Primeros días de septiembre, primeros días de ensayo... jamás lo olvidaré.

Mi primer día de ensayo para empezar el tour STYLES. Y cuando me refiero a ensayo, hablo de baile, coreografías.

Así fue como empezó la historia:

—Sólo unas fotos, Liam —advirtió Erik mientras detenía la camioneta en la puerta de la academia de baile—. No queremos hacer escándalo.

Giré mi cabeza para mirarlo con diversión y una ceja alzada.

—Sabes que amo hacer escándalo —bromeé.

No, no bromeaba. La verdad es que me gusta llamar la atención.

Mi mánager bufó y giró sus ojos. Debe estar harto de mí y de mis juegos narcisistas.

—Date prisa —ordenó a la vez que se desabrochaba el cinturón de seguridad—. Ya estamos llegando tarde.

Nos íbamos a reunir por primera vez con mis bailarines de la gira. Son el mejor grupo mixto de baile en todo el país... "Electric Team", se llaman. Había visto algunos de sus vídeos bailando coreografías creadas por ellos. Eran jodidamente buenos.

—Lo bueno se hace esperar, amigo —fastidié con una sonrisa de lado.

Me bajé de la camioneta para al instante escuchar los gritos de las chicas detrás de las barras de seguridad armando camino hacia la entrada de la academia. No tenía idea de cómo sabían que yo estaría aquí...

Pero como mamá me decía siempre... "esas niñas fueron criadas por madres directioners, son mejor que el FBI".

Cerré la puerta detrás de mí y me dirigí hacia las chicas entre lágrimas y con sus celulares apuntándome. Me tomé un par de fotos y recibí algunos abrazos. No iba a negar que todo esto me gustaba... me daba mucha confianza y mi ego crecía. Pero papá se había encargado de criarme con los pies bien puestos en la tierra. Debía mi fama a estas personas y debía ser muy agradecido.