—¡Ay! —se quejó en alto, deteniendo su andar y alarmando de paso a su Maestro y su perruno amigo que iban tras ella de cerca.
Rey se revisó el hombro de inmediato, pues el hincón y ardor que sintió fue tan molesto que le preocupó que fuera grave. Sus ojos verdes se abrieron como platos al no ver nada sobre su pelaje limpio y lacio.
Luke, al notarla desconcertada, se acercó cautelosamente a su derecha y revisó su “herida”. Chewie comenzó a pasearse de un lado a otro, inquieto.
—¡No tienes nada! —se sorprendió. Alzó una zarpa y tocó suavemente la zona. La joven se removió, incómoda. No había nada allí, pero, por alguna razón, le dolía su toque gentil —¿Te duele mucho?
—Solo un poco —el curandero bajó su zarpa al suelo y olisqueó ligeramente buscando rastros de infección o algo similar. Tampoco encontró nada.
Rey ladeó la cabeza y volvió a caminar. Sin embargo, no avanzó mucho porque el dolor la atacó nuevamente. Quemaba con cada paso que daba, como si su cuerpo le dijera de algún modo que parara.
Cerró los ojos y respiró profundo. Su Maestro otra vez la revisó, pero tampoco vio nada esta vez.
—No puedo sanar lo que no está herido —se lamentó. No lo miraba, pero sentía su desilusión —. Lo siento.
Mientras todavía buscaba paz, se concentró en la Fuerza viva que la rodeaba. Una chispa de Luz le saltó encima apenas se vio de nuevo en la negrura de su mente. Las huellas, la esencia que la abrazó momentáneamente, Ben estaba cerca, y suponía que no faltaba mucho ya para regresar al Clan Luminoso definitivamente.
De repente, el nerviosismo y pánico la asaltó cuando se centró únicamente en el Lugarteniente. No sabía dónde estaba él, pero el escenario que la Fuerza le mostró no le agradó ni un poco.
Esos sentimientos que la golpeaban sin tregua, además de suyos, eran de Ben.
—¿Rey? —llamó Luke por tercera vez. Rey estaba muy callada para su gusto.
—¡Ben!
Si no fuera porque se movió, Luke habría terminado aplastado por la carrera de su aprendiza. Esta salió disparada hacia el lado opuesto apenas abrió los ojos abruptamente. Con Chewie brincando a su izquierda, la siguió en la leve oscuridad de la noche que los envolvía.
Ubicó su firma yendo apresurada hacia los límites con el territorio enemigo. Su corazón saltó al imaginar dónde podría tanto querer ir ella. Apretó el paso y llegó a interceptarla, a impedir que cometiera un error y metiera la nariz dónde no la querían.
—¡Basta, Rey! —la joven lo miró con los ojos desorbitados y la respiración agitada —¿Qué crees que haces? ¡Es territorio del Clan Oscuro!
—Maestro Skywalker, debo cruzar el río —lo señaló con la mirada, al río que partía los terrenos, que lo separaban de su Ben. Sacó las garras y las enterró en la tierra.
—¿Y se puede saber por qué arriesgarías tu vida de semejante manera? —le sostuvo la mirada con firmeza, aunque titubeó un poco cuando el viejo gato azotó la cola y cubrió más su camino —Si Snoke te ve pisando su campamento, ¡te hará carroña!
—¡No me importa! —intentó empujarlo, pero él tenía las patas tan ancladas el suelo que se le hizo imposible siquiera apartarlo —¡Ben me necesita!
—Estará bien —restó importancia, causando que Rey lo mirara incrédula —. Ellos tienes un curandero, él lo sanara si se lastima con el filo de un zarzal.
—¡Pero…! —la calló con su cola. Reprimió el instinto de morderlo.
—Pero nada —la codeó levemente, intentando que se moviera. La joven aceptó a regañadientes —. Así como el Clan Oscuro tiene a su curandero, el Clan Luminoso también necesita a los suyos.
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Star Paws: A New Warrior
Fanfiction"Emplea tu energía en el presente y deja de preocuparte por el pasado" En el bosque, las tormentas pueden ser interpretadas de distintas maneras: desde la furia desbordante de la poderosísima Fuerza desatada, hasta el esperanzador futuro que esta mi...