Discusiones

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—Me desobedeciste, Poe. Esto no es lo que yo te pedí que hicieras —le reprendió Leia, viendo como Kaydel le cubría con tela de araña el corte profundo que tenía en la oreja izquierda. Poe contuvo un chillido al sentir un poco de ardor.

Tenía razón, él se había lanzado a la pelea con sus guerreros cuando su Líder claramente le había dicho que hiciera todo lo opuesto a lo sucedido.

El Lugarteniente herido alzó el mentón, en un intento por no demostrar su frustración y desánimo.

—¿Algo que decir en tu defensa?

—Teníamos todo bajo control, Líder Organa —ella no se inmutó ante su contestación, pero si azotó la cola con fuerza —. Era solo un guerrero el que se había colado en nuestro territorio y creí que…

—¿Creíste qué, Poe? —replicó, erizando el suave pelaje cremoso de su lomo. Así lucía más grande, autoritaria e intimidante —¿Creíste que podrías atraparlo sin que este llamara antes a sus amigos?

—¡Estaba solo cuando lo encontramos! —exclamó en un intento por defenderse. La gata lo calló siseando.

—¡Y sí que estaba solo, Poe! —el joven se encogió, ignorando ya el dolor en la punta de su oreja —Mira como acabó tu patrulla.

Sus compañeros yacían a sus lados descansando en sus lechos mientras se recuperaban de la pelea. En ellos distinguió cortes, golpes que seguro durarían mucho tiempo en sus cuerpos de por sí lastimados.

Sus pelajes sucios y enmarañados, sus garras faltantes y rotas. Ya no pudo ver más.

—Yo… creí estar haciendo lo correcto —bajó las orejas y arañó el suelo, impotente por no poder hacer más.

La mirada endurecida de su Líder se suavizó, cambiando a una más comprensiva y calmada.

—Nuestros guerreros están malheridos, Poe —recalcó, no con la intención de atormentarlo, sino de que se diera cuenta de lo que él solo había ocasionado. Aun así, Poe no lo vio de la misma manera y se encogió más en su sitio —. Y, para colmo, tenemos una guerrera extraviada.

—¿Extraviada? —miró a su alrededor, buscando a la guerrera supuesta ausente —¿Quién falta, Líder?

—No hemos visto a Rose en ningún lado —le informó. Poe se paralizó.

—¿Qué? Pero si Rose estaba aquí antes de que fuéramos a patrullar.

—Kaydel me dijo lo mismo, pero… no está, simplemente no está.

Leia se ofuscó y el Lugarteniente se levantó de su musgo para apoyar su zarpa en la contraria y calmarla.

Rose no había querido ir con él a patrullar, por lo que pensar que había sido secuestrada o algo similar estaba de más en ese momento.

El joven se apartó cojeando de su Líder y paseó su vista por el claro de su campamento, buscando alguna señal de vida de la gata moteada. Al no encontrar nada, regresó a la guarida.

—Leia.

—¿La encontrarse? —preguntó esperanzada. El macho bicolor negó. Sus oscurísimos ojos ámbar destellaron —¿Qué ocurre?

—Permiso para organizar una patrulla de búsqueda con los guerreros disponibles que quedan —pidió, con cierto deje de humor en su tono.

—Concedido.

Poe no esperó a más y salió brincando hacia la guarida de los guerreros. Leia esperaba que, al menos esta vez, su Lugarteniente no metiera la pata.

Star Paws: A New WarriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora