Star Paws: A New Warrior

La visita

Nota: Es capítulo ocurre, por decirlo de algún modo, antes y al mismo tiempo que el anterior. Ahora sí, no los molesto y disfruten.

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—¡Luke! —llamó Leia por tercera vez en esa noche, aún sin conseguir respuesta alguna que calmara sus nervios enloquecidos.

Su hermano había desaparecido, sido literalmente tragado por la tierra sin dejar rastro alguno que pudiera ayudarla a ella y a su fiel patrulla a encontrarlo. Ningún Clan en esos dos días de cambio y unificación le habían visto ni la sombra.

Leia no podía estar más que preocupada, mortificada por los varios escenarios que se formaban en su mente. Sabía que debía pensar bien y no dudar de Luke y su buen juicio, pero… ¿cómo confiar en alguien que te ha mentido tantas veces? Tal vez la promesa que él le hizo al llegar al bosque, la de que nunca más la volvería a dejar sin antes siquiera despedirse y explicarle sus razones, no era más que otra mentira para tenerla tranquila.

Suspiró, sustituyendo rápidamente su semblante entristecido a uno más firme cuando reparó en que Poe se acercaba saltando hacia ella.

—¿Se encuentra bien, Líder Organa?

Sinceramente, no tenía sentido preguntárselo, pues veía en sus ojos chocolate la verdad que escondía, pero de igual manera quiso asegurarse para que ella no sospechara de que él ya se había dado cuenta gracias a lo obvia que era.

Leia se pegó contra su hombro, ocultando su rostro momentáneamente antes de mirarlo fijamente a los ojos. Ahí el Lugarteniente lo supo, ella sentía dolor, desesperación por saber el paradero de su extraviado curandero y hermano.

La consoló brevemente, abrazándola con su cola y apoyando el mentón suavemente sobre su cabeza. Ellos no habían sido la única patrulla en salir a buscar pistas, así que rezaba imperiosamente que las patrullas de Hux y Ben tuvieran más suerte.

—Sé que esto es importante para usted, mi Líder, pero creo que lo mejor para todos nosotros será continuar mañana al amanecer con la búsqueda —sugirió, atento a cada una de sus muecas inconformes. Le sorprendió que, pese a ello, ella terminara asintiendo.

—Tienes razón, Lugarteniente Dameron —se separó lentamente de él, alzando la mirada al cielo. Poe la imitó, parándose a su lado —, debemos regresar, descansar y guardar energías para lo que nos espera mañana. Reúne al resto de la patrulla, ¿sí? Iremos avanzado los de aquí.

—Me parece bien. La veremos allá.

Una vez se fue y quedó sola, Leia maulló en alto para llamar a sus gatos. Estos parecieron alegrarse con su llamado, comenzando a caminar a la par suya y acompañarla durante el trayecto de regreso hacia el campamento.

Al llegar, se encontró con Poe, Hux y Ben hablando sobre los lugares en los que sus patrullas numerosas buscaron. Se les unió en el tema, logrando únicamente que su pesar aumentara al descubrir que ellos tampoco habían hallado nada.

—Lo encontraremos, mamá. Te lo prometo —aseguró su cachorro, atrayéndola con su cola y abrigándola del frío de la noche. Ella se recargó en su hombro, ronroneando cansadamente —. Ve a descansar, yo saldré de nuevo.

—Ten cuidado, no sabemos que peligros pueda haber allá afuera —le pidió y advirtió, notando que él lucía más concentrado buscando entre los gatos presentes en el claro que por donde pisaban sus grandes patas blancas —¿Ben?

—Y al parecer, Rey tampoco lo sabe —se alarmó al no encontrarla, por lo que se acercó a su madre por última vez y le deseó dulces sueños antes de partir solo tanto en busca de su tío como de su pareja escurridiza —. Te amo.