Entre tanto caminar llegué a una playa. Me senté en una roca que estaba muy cerca al mar, me despoje de mi calzado y sumergí mis pies en el agua. Este lugar era perfecto para pensar, nadie me conoce, pero no he podido sacar de mi mente a Samantha quizá si ella estuviera aquí todo fuera sencillo. No podía volver porque es que tampoco sabía cómo funcionaba el viaje en el tiempo. Miro fijo en el horizonte y el sonido del mar hace que me pierda en mis pensamientos.
—Padre... ¿Qué les pasó? Ella era mi mejor amiga —digo llorando.
—Se murió, la consiguieron pálida como si le fueran drenado la sangre —responde serio. Y yo no dejaba de llorar.
—Pero... Ella y los otros niños murieron también, y todos vinieron a mi fiesta —digo ahogada en llanto.
—Te dije que era una mala idea, estar cerca de ti no es como estar nosotros. Te amo hija e intento cuidarte, pero por el contrario crees que quiero dañar tu felicidad —responde mi padre pasando su mano por mi mejilla y secando mis lágrimas.
Salí corriendo del lugar, corrí tanto que llegue a una playa, me tire en la arena y llore perdida entre todo el daño que le había ocasionado a esos niños que se acercaron a mí. Hasta que sentí a Lucca detrás de mí. Y de pronto estaba tumbado en la arena conmigo mirando el cielo.
—¿Estás bien? —preguntó en voz baja.
—Murieron por mi culpa —respondí aun llorando.
—Princesa... eres una niña de diez años, tú no eres culpable de lo que pasó, yo me encargaré de saber que les paso a tus amigos —dice y se sienta para mirarme mientras mis lágrimas continúan cayendo-. Ya vendrán más cumpleaños y más amigos mi pequeña.
—¡No quiero más cumpleaños, Lucca! —grité y me levanté— ¡No quiero más nunca nadie célebre mi cumpleaños! —Lucca me abraza tan fuerte que solo lloro. No quería lastimar a nadie, si tener amigos y ser la dueña de esta estúpida marca hacía eso, no la quería— Y tampoco quiero aprender a usar este símbolo tan feo, me lo quiero quitar —digo y Lucca me abraza más fuerte dejándome llorar sin decir ni una palabra y solo regalándome una sonrisa.
Salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de Chloé detrás de mí. Su compañía se me hace cómoda, me hace sentir que pertenezco a este lugar, pero ella no me esperaba y ahora tampoco soy su heroína, como ella pensarían muchas personas de esta ciudad, me creerían culpable de lo que pasó. No quise responder más nada cuando me dio a entender que me entregaría para que una vez más aquí cumpliera con lo que estaba destinado para mí. Así que me fui a casa de Thiago a esperar que vinieran por mí y ya no evadir mis responsabilidades.
Me acosté en la cama pensando que sería la última vez que lo haría sin preocupaciones. Le había demostrado debilidad a Chloé y ahora solo necesitaba dormir, esperar a que el destino me alcance, tarde o temprano lo haría. Me despierto de golpe cuando escuchó los gritos de Lauris y Thiago afuera, no sé cuánto estuve dormida. Me dirijo a ver por qué hay tanto alboroto en este momento aquí.
—¡No debiste hacer eso! —le gritó Thiago furioso a Lauris y yo observo desde unos pocos pasos a ellos.
—¡No debiste meterte, pude decirle que no! ¡Lo hizo por retarte, porque no le caes bien, te dije que dejaras que yo lo arreglara! —le gritó molesta ella.
—¿Puedo saber qué pasa? —pregunto antes de que Thiago le grite una vez más y ambos me miran con furia a mí ahora.
—¿Por qué demonios saliste de la casa para encontrarte con Chloé? —gritó Thiago mientras pasa su mano por su cabello en señal de desesperación.
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Tú y Yo a través del tiempo.
FantasyZoé es la portadora de un símbolo que ha pasado por generación en su familia, ella debe asumir el mando para el que nació destinada, pero toda su vida declinó de esa responsabilidad, no se interesó en aprender a usar sus poderes por acontecimientos...