Desaparecida - Chloé

86 31 11
                                    

Me exasperaba no poder hacer nada. Cuando vi Aurora llegar con los demás corrí a su encuentro, todo desde este punto lo recuerdo en cámara lenta, Aurelio discutiendo porque era una descuidada, Aurora mandándolo a callar, Lauris defendiéndome y yo solo di órdenes de que quitaran todo de la entrada porque necesitaba conseguir a Zoé y no saber qué pasaba ahí dentro me estaba desesperando. Todo lo demás me tenía sin cuidado. Obedecieron a mis órdenes, pero se me hizo una eternidad, todos los de la moderna que no estaban tan heridos se sumaron ayudar a quitar los escombros y apagar el fuego antes de que el edificio se viniera abajo.

Cuando la entrada estuvo despejada, corrí para entrar sin esperar nada, pero una vez más todo se vino abajo. Solo que esta vez todo el edificio colapsó. Yo estaba en shock todos a mi alrededor gritaron y sentí las manos de alguien halarme lejos del lugar antes de que pudiera resultar herida. Solo pensé en ella, necesitaba conseguirla este no podía ser el fin de Zoé, no así, no de esta manera. Ella era la salvadora, así que debía estar viva. «Claro que lo está» me dije a mi misma porque necesitaba la esperanza.

 «Claro que lo está» me dije a mi misma porque necesitaba la esperanza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Thiago corrió a buscarla cuando todo estaba caído. Todos corrieron detrás de él, estaba herido y eso no le importo para buscarla. Yo lo alcancé, pero fue en vano buscamos por horas sin resultado alguno. Ella no estaba ahí, no estaba en ningún lado. Eterno Gobernante tampoco, así que lo más probable es que se la hubiese llevado la pregunta era: ¿Cómo?

 Eterno Gobernante tampoco, así que lo más probable es que se la hubiese llevado la pregunta era: ¿Cómo?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Debemos volver a casa —dijo Lauris hacia Thiago.

—No puedo irme sin ella, Lauris —exclamó.

—Thiago, es evidente que ella no está aquí, y necesitas recuperarte. A mí también me preocupa, pero aquí ya no tenemos nada que hacer. Por favor no seas tan terco y vamos a casa después podrás venir por ella de nuevo —finalizó, pero lo hizo en modo de súplica.

—Deberías hacerle caso, estás aún muy débil. Yo me quedaré aquí te aviso y una vez termine paso por tu casa —intervine en su conversación y él sonrió y asintió.

Se marcharon, y de cierta manera me dio gusto estuvieran a salvo porque ese era el propósito de Zoé y ya estaba hecho. Ayudamos a todos aquí en la moderna. Cuanto pudimos y dimos la señal de alerta a mi padre de lo que estaba ocurriendo.

—Envía cadetes que puedan ayudar —le dije a mi padre por el holograma.

—Está bien, hija ¿tú estás bien? —preguntó, aunque me podía ver, su instinto de padre permanecía.

—Lo estoy, señor —dije, pero agaché la mirada—. Perdimos a la salvadora, creo que él se la llevo —concluí.

—La salvadora estuvo aquí, estaba herida, pero está viva y no está con él —dijo y yo lo miré atónita—. Y no sé a dónde ha ido, Chloé solo te lo hago saber por qué yo he notado que tu interés por ella va más allá de lo laboral —dijo leyéndome el pensamiento.

—Gracias, padre —dije y finalizamos la comunicación.

Ya sabía que ella estaba bien, pero ¿herida? Zoé no puede estar herida, es la salvadora. «Necesito encontrarla» pensé. En unos pocos instantes muchos cadetes estaban aquí ayudando con el derrumbe. El fuego lo habíamos controlado horas antes para que no se expandiera. Yo dejé encargada a Aurora, debía hablar con Lauris y saber si Zoé aún tenía el comunicador que ella le había puesto, así la podía rastrear solo necesitaba el rastro de la señal y sería sencillo.

***

Una vez en la casa de Thiago, Lauris ya lo había curado y no se veía tan lastimado. Él estaba sin camisa y si se le notaba los golpes que probablemente le había dado Eterno Gobernante.

—¿Cómo fue que llegó a todo esto? —solté con curiosidad.

—Estaba buscando información, y de pronto alguien me golpeó, no logre ver nada, y cuando sentí el otro golpe perdí el conocimiento —dijo—. Cuando desperté estaba en esa habitación y él alardeaba que Zoé sería su mayor trofeo —concluyó.

—No me explico cómo logró entrar, aún no sé cómo llegó hasta aquí —dije, pero lo hice más para mí misma y luego mire a Lauris—. ¿Zoé aún tiene el comunicador que le colocaste aquella vez? —le pregunté.

—Si aún lo tiene, ya te doy el mío —dijo como quien adivina lo que quería hacer, y agradecí que esta chica fuera tan inteligente.

Obtuve el código del comunicador directo, y esperamos unos minutos que el rastreador nos dijera dónde estaba Zoé. Cuando comenzó el rastreo, se activó y daba su ubicación.

—Zoé, está en la casa —dije con asombro y ellos se miraron.

—Imposible, yo revisé todo esperando estuviera aquí y no hay nadie —respondió Lauris.

—Pues esto no miente y ella está aquí, quizá no revisaste bien —dije y ella hizo un gesto de fastidio.

Nos pusimos de nuevo a revisar cada puto rincón de esta casa, el marcador daba su ubicación en una habitación básica, pero no estaba ahí. Quizá Lauris tenía razón, no estaba en la casa y esto se había descompuesto. Fuimos a la sala donde estaba Thiago lanzado en uno de sus muebles.

—¿Y? —preguntó en cuanto nos vio, alzando su ceja.

—No está aquí —respondí.

—Yo te dije, pero el amor te nubla —dijo Lauris sonriendo y dejándose caer en uno de los muebles.

Me senté y no respondí a lo que dijo, quizá sí estaba deseando que estuviera aquí y esta estúpida cosa se descompuso. El deseo de tenerla me estaba volviendo loca y aquí sentada no resolvería nada, pero sin poder rastrearla no sabía cómo iba a hacer, no sabía a dónde podía ir, ella ya conocía muchos lugares de aquí. Debía pensar con cabeza fría mi próximo paso, sin medidas desesperadas.

—Esta herida —solté de pronto y ambos me miraron.

—¿Cómo? Ella no pueden herirla ¿Quién te dijo eso? —preguntó Lauris con asombro.

—Mi padre, cuando lo llame me informo que ella estaba bien aunque estaba herida no me dijo mayor cosa —respondí y un silencio se apoderó de nuevo de todo el lugar.

—Pero estoy bien a pesar de que ahora sí conozco el dolor —dijo Zoé a nuestras espaldas.

—Pero estoy bien a pesar de que ahora sí conozco el dolor —dijo Zoé a nuestras espaldas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tú y Yo a través del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora