¿Qué haces tú aquí? - Chloé

107 29 32
                                    

Mi misión era simple, ayudarla, a pesar de mi propia familia, no me importaba el costo. Lo descubrí en el momento que le mentí a mi madre diciéndole que hablaba con Aurelio, solo basto eso para que ella misma en medio de una emoción por algo que no existía terminara por decir que estaba bien hacer equipo con él y que era una excelente idea y me dejó marchar.

Justo en ese momento entendí que estaba sintiendo cosas por Zoé que no eran de una simple amistad o de un deber irracional a ayudar. Pero debía moverme rápido si deseaba ayudarla. Todos los cadetes estaban informados del nuevo registro y de lo inmediato que era. Debía salir de la institución e ir por Zoé, aunque no sé a dónde la llevaría «qué más da, eso lo pensaré en el camino» me dije a mi misma, yo que todo lo planificaba, ahora estaba actuando por impulso. Baje tan de prisa como se me hizo posible con esto de que todos se fueran al gran salón para el registro, nadie entraba y nadie salía.

—¿A dónde vas? —me preguntó Aurora que me alcanzó cuando estaba por salir de la institución.

—Debo irme —respondí en seco.

—Debes dirigirnos, estás diferente Chloé, tú no eres así —dijo caminando muy cerca de mí—. La Chloé que yo conozco no nos dejaría botados y menos en algo tan importante como lo que estamos por hacer. —Cruzo los brazos en su pecho mientras su mirada era de reproche.

—No puedo explicártelo ahora, Aurora —dije muy tranquila.

—¿Por qué no? En serio, Chloé me preocupas, ¿dime en qué puedo ayudarte? —preguntó.

—En nada, pero si deseas ayudarme ayuda a todos aquí con el registro y ninguno tiene autorización de salir más allá de estas paredes —finalice en tono serio, lista para irme cuando sentí su mano agarrándome el brazo.

—Entendí tus órdenes, pero te lo preguntaba como amigas, desde que pasó lo de aquella vez —dijo y algo dentro de mí se revolvió—. Cambiaste y lo entiendo, pero no necesitas mentirme a mí, Chloé ¿Tú sabes dónde está la salvadora verdad? —preguntó percatandose de que nadie nos escuchaba.

—Cambie por muchas cosas, cambié por eso que es pasado y cambié por la paliza que le dio tu padre a tu madre y nadie hizo nada para protegerte del dolor que sentiste tú y que sintió ella —respondí y sus ojos se llenaron de lágrimas—. Sí, sé dónde está y no quiero entregarla, puedes ir y delatarme y aun cuando me torturen no diré nada.

—¡Estás loca!, no te delataría eres mi amiga, la única que estuvo conmigo en todos esos malos momentos, así como yo lo estuve contigo ¿Por qué la estás ayudando? no entiendo, tú odias a la salvadora, lo acabas de decir allá adentro —dijo con un tono de curiosidad.

—Siempre estaré para ti. Y es cierto lo que dices de ella, pero...

—Estás enamorada de ella ¿verdad? —me interrumpió.

—No, no para nada, solo que no la conoces no es lo que esperan y eso será dañino para ella —respondí intentando cortar la conversación.

—Aunque lo niegues sé que al menos te gusta, y me alegro tanto por ti amiga, pensé que nunca más te enamorarías de alguien, imagine que sabías de ella desde que estabas tan misteriosa aquella vez que te fuiste del instituto, pero no estabas con Alejandra, mi Chloé es mucho menos impulsiva que esto que estás haciendo ahora, pero tienes mi completa lealtad, yo apoyo tus decisiones como líder y como amiga. —Me abrazo, en Aurora estos gestos tan incómodos eran habituales cuando me soltó agrego—: Recuerda que abrazar a alguien es un gesto muy cómodo espero que a ella la abraces. —Me sonreí por sus elocuentes palabras, pero a ella si la abrazaba—. Ve por ella, y llévala a tu casa es el escondite ideal, retrasaré nuestra inminente salida del instituto lo más que me sea posible, y te mantendré informada, diré que tú estás adelantándote porque eres una impaciente. —Me pico el ojo y se marchó.

Tú y Yo a través del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora