De todas las posibles opciones que esperaba ver al otro lado de la puerta, jamás imaginé ver a Mariano vestido con un traje muy elegante y junto a él, estaba Camila, ¿cómo era posible que Camila estuviera aquí? Sus padres habían dicho que ella tenía un puesto en el consejo, pero mi madre me aseguro que ella no estaba nunca ahí, así que quizá solo fue una excusa de sus padres para enviarla al continente lejano, aunque aquello carecía de sustento, nadie sabía nada y yo deje de preguntar por eso cuando tuve quince años.
Ella se abrió paso entre nosotros, tomando asiento sin ser invitada. Estaba diferente, se veía más madura, más centrada y con mayor autoridad incluso que mi madre. Mariano se paró frente a ella y Thiago no dijo nada.
—¿Cómo es esto posible? ¿Qué haces tú aquí? —pregunto mirándola sin salir del asombro.
—La señora no te debe explicaciones, teniente, busca a la salvadora, que venimos por ella —interrumpió Mariano, pero no le contesté nada esperando respuesta de Camila.
—Tranquilo Mariano —respondió ella—. Sabemos que está la salvadora aquí, así que solo venimos por ella —respondió.
—Aquí no hay nadie —dijo Thiago molesto—. ¿Cómo desapareces y ahora eres esto? —Señaló con su mano hacia ella.
—No mientas, ella está contigo —dijo Mariano y Thiago lo agarró por el cuello con ganas de golpearlo, pero lo soltó cuando lo mire.
—¿Por qué desapareciste? —pregunto mirándola, tenía preguntas y las respuestas las poseía ella.
—Tenía cosas más grande que estar con ustedes; además Chloé, armaste un drama por un tonto beso —dijo sonriéndole a Thiago.
—Debiste hablar con ella, y no desaparecer —respondió él.
—Solo vine por Zoé, ustedes ya no son importantes, aprendan a superar su pasado, me fui y ahora soy tu superior teniente Chloé, busca a Zoé y evita que tu cargo sea de Aurelio —dijo cruzando las piernas, pero con un aire de superioridad que me estaba exasperando y confundiendo.
—¡No entiendo un carajo, y nada tiene lógica para mí! —le grité
Cómo sabía tanto de mí y yo no sabía nada de ella. Al parecer su rango era mayor hasta que el de mi madre, porque no creo que mi madre me mintiera, aunque me interesaba poco que mi lugar lo ocupará Aurelio, no iba a darle a Zoé. Me había jurado protegerla y no me importaba que estuviera ella aquí, o que Mariano que al parecer había fingido una condición inestable no era más que su servicio personal.
Todo cambio cuando Alejandra dejo salir a Lauris y a Zoé de la habitación. Todo fue en cámara lenta, cómo Zoé corrió a sus brazos y lloraba como una niña, pero no fue conmigo sino con ella, a quien llamo Samantha, yo no dejaba de mirar a Mariano porque si se le acercaba lo iba a matar. Pero Zoé por encima de la tonta promesa que nos habíamos hecho la eligió a ella, una vez más me traicionaron, ella acababa de regalarme su primer beso y ahora me dejaba. Cuando la vi marcharse con ella sin importar nada grité de rabia y no pude contener las lágrimas correr por mi mejilla. Alejandra me sostuvo llore y grite de rabia o de dolor por verla partir no lo sabía, pero me estaba quemando.
Thiago me dio un vaso de agua. Y Alejandra me sentó para calmarme.
—¿Estás bien? —preguntó Lauris agachándose frente a mí y yo asentí.
—No sé qué te afecta más, si Camila o que Zoé la haya preferido a ella —soltó Alejandra.
—¡Eres una horrible persona! —le gritó Lauris y puso su mano en mi rodilla dirigiendo la mirada de nuevo a Alejandra— Deberías irte aquí sobras, ya Zoé no está —dijo.
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Tú y Yo a través del tiempo.
FantasíaZoé es la portadora de un símbolo que ha pasado por generación en su familia, ella debe asumir el mando para el que nació destinada, pero toda su vida declinó de esa responsabilidad, no se interesó en aprender a usar sus poderes por acontecimientos...