En peligro - Zoé

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Nunca estuve preparada para las cosas que me han tocado vivir, escape de mi destino creyendo que hacía un bien y ahora noto que hice mal desde un primer momento. Actué por impulso y quizá hasta por inmadurez, estaba acostumbrada que todo me lo resolvieran, siempre fue así. Ahora era mi turno de resolver mis problemas y lo que menos imaginaba era que mis problemas fueran con personas que amaba.

—Samantha, tu cuidadora —respondió al cabo de unos minutos.

—Por qué no te pude dar las cualidades —pregunté confundida.

—Quizá porque tu corazón no lo desea, y solo me quieres utilizar para sanarte —dijo.

—Samantha mi padre... es...

—Eterno Gobernante —me interrumpió— lo sé, me enteré tiempo después, pero no podía correrlo, es tu padre —dijo con tanta tranquilidad que sentí terror.

—Que sea mi padre no le da derecho de hacer lo que hizo. Mató a muchas personas y ¿qué consiguió con eso? —pregunté.

—Una sociedad menos decadente Zoé, quizá lo entiendo porque conviví más con él que tú, y acabas de llegar hace menos de tres meses y te ha interesado más estar cerca de Chloé y tus nuevos amigos que de nosotros que somos tu familia —me reprocho—. Apostaría lo que sea que le darás la espalda a tu padre solo por esto —dijo.

—¡Debes estar jodiéndome! —grité— ¡No solo le daré la espalda, lo voy a detener! ¡A él y a todo el que esté apoyándolo, matar no tiene justificación y menos porque sean mi familia! ¿Desde cuándo eres tan inhumana? ¿Desde cuándo no te importa la vida de los demás? Lo siento mucho Samantha, pero te tocará elegir o estas con mi padre o estás conmigo —le dije.

—Lo soy desde que me abandonaste, ¿en serio me vas a poner a elegir, Zoé? —Sonrió ligeramente—. Me quedo con tu padre, a fin de cuenta lo que haces es huir —concluyó y luego agregó—: ¡Aurelio! —gritó.

—¿Si? En qué puedo ayudarla —dijo él entrando de pronto.

—Llévate a Zoé a la casa, ella necesita pensar muchas cosas —ordenó.

Ella creía que de verdad yo era la misma persona, tenía semanas practicando y no mostraba mucho avance, pero la verdad era que en los paseos con Chloé entrenaba verdaderamente, había mostrado casi todos mis poderes, cualidades que desconocía y lo único que no había podido controlar era trasladarme de un sitio a otro. Pero así mismo solo sonreí y ella me miro con superioridad. Una mirada que nunca voy a olvidar y menos saber que pese a todo ella, prefería y apoyaba lo que mi padre hacía, al igual que él, ella estaba contribuyendo a todo esto.

Cerré los ojos y deseé solo estar en un lugar seguro. Aparecí en una habitación con poca luz, de aspecto rocoso y antiguo, era como una cueva. Tenía un par de sofás y una cama pequeña de una persona, se notaba que nadie entraba aquí en años. Todo estaba lleno de polvo y a decir verdad no sabía dónde estaba.

Camine el lugar, pero no tenía una puerta ni de salida ni de entrada. «¿Cómo llegué aquí?» pensé, mientras revisaba un par de carpetas que estaba en una mesa cerca de uno de los sofá, todo era de mí, registros del símbolo, mi infancia, dibujos de cómo era yo físicamente. Quite la manta que tapaba uno de los sofás y tosí de inmediato por el polvo, me senté y revise cada carpeta que pude.

Estos registros los dejo Samantha, nadie más que ella podría conocerme tanto. Que irónico tanto que me conoce y tan desconocida que es para mí ahora. Leí cada carpeta hasta que una en específico llamó mi atención, era roja y decía: solo para Zoé. Dentro tenía una carta de Samantha que seguía sellada. La tome con sumo cuidado y la rasgue, para ver que decía. Se veía bastante vieja la desdobló con delicadeza y la comencé a leer.

Tú y Yo a través del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora