Voces - Zoé

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A veces cuando estamos perdidos o necesitamos algo con urgencia, nuestra mente logra engañarnos, ya sea porque estamos muy asustados o porque estamos muy emocionados. Solo que no lo había imaginado, era la voz de mi padre, estaba segura de que era él. Mire en toda la habitación, pero estaba vacía, me levante sin hacer mucho ruido para no molestar a Lauris que estaba dormida en mi cama. Revise la casa, pero en vano fueron mis esfuerzos, no hay nadie ajeno a ella.

—¿Qué haces fuera de la cama? —dijo Thiago que me asusto cuando lo veo en short y algo dormido aún.

—Mi padre está aquí —le dije sin pensar en mis palabras.

—Eso es imposible, tu padre está muerto —dijo estrujando sus ojos—, además si alguien entra a la casa lo sabríamos —finalizó.

—Estoy segura de que era su voz la que escuché, Thiago; además ¿cómo sabrías eso? si aquí no hay seguridad —dije muy seria.

—¿Qué fue lo que escuchaste exactamente? —preguntó un poco más interesado— La casa tiene sistema de seguridad, estuvieran las alarmas activas de estar alguien ajeno a nosotros. —Se acercó a mí y me hizo una seña de que lo siguiera a la cocina.

—Que ya había llegado —respondí y él solo me miro inexpresivo. Mientras servía unos vasos de agua.

—Ya veo —dijo, mientras colocaba uno de los vaso frente a mí—. Puede ser tu subconsciente o tu increíble deseo de no sentirte sola aquí. —Bebió un largo trago.

Sé que es fácil pensar eso, pero no era así estaba segura de que lo que había escuchado era real, no estaba en mi imaginación o ¿podría ser? De ser cierto, solo era por estar quedándome dormida y algo en mis recuerdos activó esa parte que deseaba escuchar. Mi padre siempre se había anunciado así cuando llegaba al castillo, pero en esta casa él no estaba. Tomé el vaso y bebí.

—¿Qué te parece si aprovechamos que estas despierta y entrenamos un poco? —dijo de pronto Thiago.

—Está bien.

La verdad creo que algo en mí quería ya descubrir que podía ser capaz. Quizá sabiéndolo podría ayudar a Chloé como le había prometido, me interesaba mucho ayudarla. El tiempo en esta habitación fue de golpe y más golpe, Thiago estaba seguro de que lograría dañarme, pero aun haciéndome trampa para alcanzarme y poder golpearme no lograba lastimarme y era él quien recibía el daño tras cada golpe.

—¿A ver y ustedes dos desde qué hora están aquí de salvajes? —preguntó de pronto Lauris que estaba justo en la puerta. Voltee a verla, cuando Thiago me golpeo y cayó al piso una vez más por el dolor que él sintió.

—¿Qué hora es? —preguntó Thiago desde el suelo con algo de dolor al hablar.

—Son las ocho de mañana, nos perdimos una hora de alguna clase —respondió—. Buen día, amiga. —Voltea a verme a mí.

—Buenos días —le respondo y le estiro la mano a Thiago para que se levante.

—Ninguno respondió mi pregunta —dijo Lauris arqueando su ceja izquierda.

—Creo que tenemos toda la noche aquí —respondí mientras pasaba por su lado para irme a duchar y dejarlos a ellos solos.

Aun cuando pase toda la noche entrenando con Thiago ninguno de sus golpes me hizo daño. «Soy invencible» pensé al tiempo que me sumergía en la bañera. Me parecía increíble que todo esto estuviera pasando. Estar en este lugar muchos años lejos de todos mis conocidos me parece algo que muchos quieren, escapar y empezar de cero. Era egoísta pensar que todo estaba bien, pero yo me sentía bien aquí y lo demás lo podía arreglar. Salí de la bañera cuando sentí que algo me pico en el oído, pero no era nada cuando me toque así que me fui a vestir. Cuando estoy terminando de arreglarme tocan muy fuerte a mi puerta.

Tú y Yo a través del tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora