Capítulo 9

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26 de enero 2019.

Elina.

Aprovechando que Kara se encontraba en Alemania decidimos salir a desayunar como en los viejos tiempos, siendo escoltadas por Theo que no se despegaba ni un segundo de nosotras aunque era muy discreto o eso trataba.

–Así que están planeando tener un bebé.–bebí de mi taza con café.

–Si, lo hemos estado hablando pero no es nada seguro aún.–sonrió.

Su cabello rubio estaba sujeto en un moño descuidado pero la hacia lucir como si hubiera tardado horas arreglándose.

–Me alegro por ustedes Kara.–le tome la mano por encima de la mesa.

–Gracias.–me apretó la mano– ¿Y Schwarz y tú planean tener otro hijo?

Ladeé la cabeza y suspiré.

–Lo hemos hablado, seguimos dudando si es buena idea.–hice una mueca.

–Entiendo.

–Puede que lo intentemos.–sonreí relajando el ambiente.

Asintió quedándose en silencio.

Arrugue las cejas y gire mi rostro a la ventana mirando hacia la calle buscando que alguien me estuviera mirando pero solo había personas yendo de un lado a otro con prisa o despreocupados sin embargo la sensación de ser observada seguía permaneciendo.

–¿Pasa algo?

Mire a la rubia.

–Siento que nos observan.–murmuré.

Inconscientemente lo busque entre la gente, a aquel hombre de cabello oscuro y ojos claros en un intento fallido porque  no lo encontré.

–¿Quieres que nos vayamos?

Sentí un amargo sabor en la garganta, el pulso se me aceleró y quise hablar pero solo logré sobresaltarme cuando tocaron mi hombro aunque de inmediato me relaje cuando ví a Niklaus.

–Kara.–la saludo antes de tomar asiento a mi lado.

–Schwarz.–respondió con la misma formalidad de siempre.

Mire una vez más por la ventana asegurándome que no hubiera nadie observandome.

–¿Y Strom?–intenté distraer mi mente.

–Sigue con tu tía, pensé en ir juntos por él.

Mire en sus ojos por un instante como si me estuviera ocultando algo pero así como creí ver algo en ellos así de pronto desapareció.

Estaba siendo paranoica.

–¿Está bien? Te veo algo tensa.–paso su mirada de Kara a mí.

Asentí.

–Solo estoy algo paranoica, nada de que preocuparse.–le reste importancia.

Ojalá no hubiera sido así...

–¿Segura?

Quise decirle pero solo me límite a asentir forzando una sonrisa intentado lucir despreocupada.

–¿Te parece si Theo te lleva?–me dirigí a Kara.

–Por supuesto, sin problema.

Me levanté de la silla para darle un abrazo a Kara despidiendome de ella dejando un par de billetes en la mesa antes de salir del restaurante de la mano de Niklaus que se encargó de abrir la puerta para mí, por última vez mire a mi alrededor antes de abordar el coche y marcharnos de ahí yendo a casa de mi tía.

No me sorprendió en absoluto ver a Greta ahí, nos llevábamos bien sin embargo había una extraña barrera entre nosotras.

Supongo que no siempre te puedes llevar bien con la mejor amiga de tu esposo y ahora novia de tu mellizo.

–¿Dónde está mi niño?–dije mirándolo sentado en la alfombra.

–Mami.–estiro sus brazos hacia mí.

Me incline para alzarlo en mis brazos.

–Te extrañe mi amor, ¿tú me extrañaste?–le toque la nariz.

–Mucho.–asintió.

Llene su carita de besos lo que le provocó una risa, deje un último beso en su frente antes de que se fuera a los brazos de Niklaus que sin dificultad lo tomaba con un solo brazo, sonreí observando el tatuaje en su bícep.

Era mi rostro.

Se había tatuado mi rostro estando ebrio.

Cada que me contaba la historia me daban ganas de llorar y reír a la vez.

Salude a Kai que me mostraba sus calificaciones con orgullo y me contaba como estaba haciendo pulseras como su nuevo hobby. Nos obsequio una pulsera a Niklaus y a mí con las iniciales N•S•E.

Dante y Greta nos contaron como estaban planeando irse a vivir junto al centro de Múnich en un departamento muy lindo y yo no pude estar más felices por ellos sin embargo no quería que Ava sintiera la obligación de cuidar de Kai y que Kai sintiera que solo la estábamos haciendo a un lado pero ellas parecían encantadas de estar la una con la otra.

Como si Kaira fuera la nueva Charlotte para Ava y Ava fuera la nueva mamá de Kaira.

Deseé por un momento que papá y mamá aún estuvieran vivos pero no era así y teníamos que seguir con nuestras vidas lo mejor que pudiéramos.

Eso intentaba, seguir con mi vida lejos de aquel infierno aunque... parecía que no todo sería un paraíso.

Amargo Paraíso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora