24 de junio 2019.
Elina.
El agua de la ducha se mezclaba con mis lágrimas, no sabía si en algún momento podría dejar de llorar, me parecía algo imposible después de tres días sin poder dejar de hacerlo, me estaba torturando al estar en el penthouse dónde en cada rincón había un recuerdo con ella pero no sabía a dónde más podía ir; estar con Niklaus me hacía sentir mal y no tenía cabeza para buscar a Cohen, no sabía qué seguía después de hoy. Camine descalza a la cocina mirando su cabello oscuro moverse mientras servía el alcohol en dos vasos sobre la encimera, cuando me miró me regaló una sonrisa que no fui capaz de regresar.
-La extraño cada maldito segundo.-susurré yendo al taburete a su lado alcanzando un vaso para beber el alcohol de un solo trago.
-Ellie...-sabía lo que iba a decir, todos me lo decían.
-No lo digas Dan. Todos se esmeran tanto en hacerme creer que no fue mi culpa pero lo fue.-dije con amargura mirando a mi mellizo que había tomado un avión a penas se había enterado de la muerte de Kara- todo esto es mi culpa.-tome la botella llenado mi vaso bajo la mirada de mi hermano que se mantuvo en silencio- ¿Cómo se supone que debo de seguir? Voy a matar a Cohen y ¿Después qué? Regresare con Niklaus y Strom pero ¿Qué pasa con Ethan? No puedo seguir cuando le arrebaté su familia, lo jodí y no puedo fingir que esto no paso.-me empine el vaso cuando las lágrimas prometían volver a derramarse- ¿Cómo voy a vivir con esto?
-Oh Ellie.-se levantó del taburete para abrazarme, consolarme y tratar de que las lágrimas se detuvieran. Apreté su camisa con fuerza sollozando sobre su hombro que lograba callar el fuerte sonido de ellos.
-Debí ser yo.-me separé de él levantándome del taburete de un brinco- él venía por mí, venía por mí Dante y... Esto es mi culpa-me hice el cabello aún húmedo hacia atrás como si de pronto me sintiera asfixiada.
-Elina esto no es tu culpa.-intentó acercarse a mí.
-¡No! ¡No te atrevas!-retrocedí poniendo mis manos delante para que no se acercará- ¡La secuestró Dan! ¡La violaron! ¡La torturó! ¡Todo esto fue por mí!
-Tienes que dejar la culpa a un lado.-murmuró con cautela aunque de inmediato supo que la había cagado.
-No vengas a decir como sentirme. Kara no solo era mi amiga, era mi hermana y murió por mí.-dije con frialdad sintiendo como mi vista se aclaraba cuando las lágrimas se derramaron- tú no puedes entender esto porque no lo has vivido.
-¿No lo he vivido? Te olvidas de nuestros...
-Ambos perdimos a nuestros padres y tú tuviste que hacerte cargo de Kai pero dime si haz tenido que voltear sobre tu hombro cada nada para que nadie te mate.-la crudeza de mi voz lo dejo en silencio- ví morir a la abuela Dante, perdí a mi hijo y ahora a mi hermana, no te intentes poner en mi lugar porque no soportarias estar en el.-di un paso hacia adelante con determinación- es mejor que te vayas.
-Elina...-su voz estaba llena de arrepentimiento.
-Vete Dante, quiero estar sola.-fui a la encimera por la botella y me di la vuelta yendo hasta la que era la habitación de Kara encerrandome ahí de nuevo.
Me deslicé por la pared hasta terminar sentada en el frío mármol con las rodillas pegadas al pecho y la mirada perdida en la oscuridad de la habitación, lleve la boquilla de la botella a mis labios dando un gran trago mientras escuchaba como mi celular sonaba, sabía que era Niklaus pero no me inmute.
¿Cómo se supone iba a seguir después de esto? ¿Podría sobrevivir con el dolor? ¿Algún día el dolor iba a detenerse?
Tantas preguntas y no había respuesta para ellas. Me arrastre hasta el borde de la cama dejando la botella a un lado de mi cuerpo para así lograr alcanzar la fotografía instantánea que se encontraba en la mesita de noche donde aparecíamos Kara y yo, tan felices y sonrientes.
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Amargo Paraíso ©
ChickLitCONTINUACIÓN DE DULCE INFIERNO. © Elina y Niklaus se encuentran viviendo una vida tranquila después de huir de aquel infierno que parecía haber quedado en el pasado sin embargo lo que ellos no esperaban era que el mayor demonio volviera para atormen...