20 de abril 2020
8 meses después...
Elina.
Querida Kara,
Por fin ha llegado el día, por fin podré regresar a casa con mi familia y todos los que amo con todo mi corazón. Fueron meses en los que me sentí como en una montaña rusa que nunca estaba dispuesta a terminar su recorrido pero parece ser que por fin ha decidido detenerse y dejarme disfrutar de la vista que hay en la cima, nadie me ha asegurado que no volveré a caer pero ahora se cómo levantarme y afrontar las situaciones de mejor manera.
Me ha costado muchísimo tener que perdonar al principal culpable de mi infierno pero lo he hecho aunque no pienses que lo hice porque él merece mi perdón, no, lo hice porque yo merezco vivir libre de tanto odio y rencor que no me ha dejado disfrutar de la vida. Ellos forman parte de mi pasado y es ahí donde deben quedarse.
Estoy de camino a Múnich mientras escribo está última carta para ti porque aunque esto me mantiene cerca de ti no puedo seguir aferrandome, siempre te voy a recordar Kar y me voy a encargar de que no seas olvidada, vivirás siempre en mi corazón y te recordare como la buena amiga y hermana que fuiste conmigo.
En esta carta me perdonó, me perdono por no poder haber hecho más por ti, por no poder haber llegado cinco minutos antes de que él te arrebatará la vida, me perdono por todo lo que me ahogo en su momento y dejo que la culpa se marche. Viviré por mí y por ti.
Te amo mucho Kar y por eso te dejo ir.
Con amor, Elina.
Mi corazón se encontraba latiendo con locura que temi que en algún momento saltará de mi pecho, me limpie el sudor de mis manos en la tela de mi pantalón y respire profundo intentando poder tranquilizarme pero cuando me di cuenta de que estaba por llegar a casa quise saltar del coche e ir corriendo, como si Bogdan hubiera leído mis pensamientos aseguro las puertas soltando una risa que me contagio y consiguió relajarme.
El coche rodeeó la fuente circular y se detuvo avisando que era momento de bajar, el viento me removió el cabello que volvía a estar largo y el ligero frío se colo por la tela de mi chaqueta.
–¿Lista?–se mantuvo a mi lado mirando la puerta al igual que yo.
–Siento que me voy a desmayar.–lo mire regalandole una sonrisa nerviosa.
Me respondió la sonrisa y colocó su mano en mi hombro.
–Estoy aquí si eso sucede.–me ánimo para comenzar a subir las escaleras.
Con la mano temblorosa alcance el pomo de la puerta principal, gire el pomo escuchando el «click» que avisaba que ya podía abrirla así que solo le di un empujón para terminar de hacerlo escuchando murmullos provenientes del living al que me dirigí con Bogdan detrás de mí.
–Mi rayito de sol.–mi voz se mantuvo firme sin perder la suavidad con la que llame a mi hijo.
–¡Mami!
Fue como si todo pasará en cámara lenta, me puse de rodillas para recibir a mi pequeño que no había perdido ni un solo segundo en correr hacia mí y envolverme con sus brazos, enterré mi rostro en su cuello inhalando su aroma a vainilla y talco, le sujete el rostro y repartí besos.
–Te extrañe mucho mi vida.–retiré un mechón rubio de su rostro.
–También te extrañe mami.–volvió a abrazarme.
Estreché su cuerpecito contra el mío y levanté la mirada chocando con los preciosos ojos azules de Niklaus al que le regale una sonrisa que él respondió después de soltar un largo suspiró.
–Mami.–se separó de mí y colocó sus manos calidaz en mis mejillas– ¿Está vez te quedarás?
–Si amor, está vez me quedaré.–bese sus dos mejillas y él rio de felicidad.
Kaira corrio hacia mí y me abrazo susurrando sobre mi pecho lo mucho que me había extrañado durante todo el tiempo que duró mi ausencia, después Zel se levantó y camino hasta a mí con una barriga de embarazo que la hacía lucir increíblemente hermosa.
–Que feliz estoy por ambos.–les sonreí a Zel y Bogdan que me respondieron la sonrisa con una más radiante– Felicidades.
Luego se acercó Dante y Greta que no dudo en mostrarme el anillo de compromiso que adornaba su dedo anular.
–Así que por fin te has animado Dan.–me mofe de mi mellizo que se rio– Felicidades Gretch.–le di un abrazo.
–Gracias.–su sonrisa demostraba lo feliz que estaba por el compromiso.
Por fin logré llegar hasta Niklaus que me miraba con un brillo en sus ojos, me acomode el cabello detrás de las orejas y le sonreí.
–Sorpresa amore mio.–el corazón me latía en la garganta y los nervios regresaron, joder pero que guapo estaba.
–Estás aquí.–susurró como si no pudiera creerlo.
–Estoy aquí y no pienso volver a irme a ningún lado.–sujete sus mejillas con delicadeza dejando de al igual que yo disfrutará del roce de nuestras pieles.
–Más vale que cumpla su palabra señora Schwarz.–su voz tembló ligeramente mientras juntaba nuestras frentes.
–Te amo.–con mis dedos pulgares acaricie sus pómulos.
–Te amo Ellie.–hizo eso que tanto estaba esperando, tomo mis labios en un beso que consiguió transmitir el amor que nos teníamos y cuánto nos habíamos extrañado.
Esa tarde decidimos salir a comer a un restaurante todos juntos para por fin poder celebrar el compromiso de Greta y Dan, el embarazo de Zel y Bogdan y mi regreso. Nos sentamos alrededor de la mesa donde hablamos, bromeamos y reímos todos juntos como la familia que éramos, brindamos por el presente y las cosas que se aproximaban en nuestras vidas.
Hubo un momento en que guarde silencio y los observé a cada uno de ellos que por primera vez parecían despreocupados sin temor a que una desgracia nos golpeara y supe que las llamas del infierno en el que todos nos habíamos encontrado por fin se habían apagado, no había que temer nunca más por nuestras vidas ni correr como un animal de un cazador, todo había llegado a su fin.
Sonreí mirando a Niklaus que mantenía nuestro hijo sentado sobre su rodilla, alcanzó mi mano izquierda y dejo un beso en mi sortija de matrimonio logrando que una vez más mi corazón enloqueciera por él.
–Willkommen im Paradies Baby.–se acercó dejando un beso en mi mejilla.
Había llegado la hora de dejar atrás el infierno y regresar al paraíso.
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Amargo Paraíso ©
ChickLitCONTINUACIÓN DE DULCE INFIERNO. © Elina y Niklaus se encuentran viviendo una vida tranquila después de huir de aquel infierno que parecía haber quedado en el pasado sin embargo lo que ellos no esperaban era que el mayor demonio volviera para atormen...