Capítulo 14

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30 de marzo 2019.

Elina.

Estar a solas con Ava se sentía demasiado extraño como si la confianza que le tenía se hubiese fracturado en un instante, una parte de mí seguía confiando en ella pero otra parte se negaba a seguir haciéndolo. Me acomode en la silla del comedor cuando sirvió café en la taza frente a mí, la mire llenar su taza en silencio que no parecía incomodarla sin embargo yo escuchaba como todo mi sistema trabajaba.

–¿Están mis hermanos?–susurré mirándola fijamente.

–No.

Asentí y sorbí de la taza un pequeño trago de café.

–Confío en ti Ava y te agradezco mucho que hayas cuidado a mis hermanos... ¿Hay algo que quieras contarme?

Me miró y después miró la taza fingiendo querer recordar algo, el corazón me latía con fuerza.

–No.–intento sonar firme pero su voz tembló.

–¿No? ¿Segura?–le di otra oportunidad.

Sus ojos se empañaron sin embargo volvió a negar.

–¿Algún momento ibas a decirme que Alexander estuvo aquí?–la acuse.

Los músculos de su cuerpo se tensaron y sus manos comenzaron a temblar.

–Lo siento tanto.

–¿Qué sientes Ava?–me levanté guardando la furia.

Guardo silencio y escondió su cabeza entre sus brazos con miedo mientras lloraba.

–¿Qué le dijiste Ava?–la voz me tembló por la furia.

No dijo nada.

–¡Habla carajo!–golpeé la mesa.

–No fue mi intención, yo...–sollozó– lo siento tanto.

Retrocedí sintiendo un malestar en la garganta.

¿Lo había aceptado? ¿Había sido ella?

–¿Le dijiste que estaba viva?–intente mantenerme serena.

–No...

–Ava.–la mire fijamente generando presión para que confesara.

Bajo la mirada de nuevo y yo la sujete de la mejillas con fuerza obligandola a mirarme.

–Dime la puta verdad.–escupí cada palabra.

–Estábamos en un café y recibí un mensaje de un hombre, Alexander enloqueció, se cegó por los celos y revisó todo lo que había en mi celular.–confesó– encontró fotos y mensaje contigo que eran recientes.

La solté con brusquedad.

–¿Sabe que mis hermanos están vivos?

Asintió aún llorando.

–¿Sabe de Strom?–me sentí vulnerable.

–No.

Golpeé la mesa furiosa logrando que se sobresaltara.

–¿Por qué no me lo dijiste?

–Elina...

Sacudí la cabeza cuando intento tocarme.

–¿Por qué Ava?–la mire rabiosa.

Guardo silencio y mi paciencia se agotó.

–No te quiero volver a ver, no quiero que estés cerca de mi familia. No me interesa que hagas o a dónde vayas pero si te acercas a ellos de nuevo voy a matarte.–amenace.

Su cuerpo tembló.

–Dame tu celular.–extendí la mano en su dirección.

–¿Q-qué?

–Tu celular.–repetí.

Me dió su celular sin volver a replicar.

–Lárgate de nuestras vidas Ava.

–Lo siento.–me miró como si fuera un animal herido.

Di una zancada hasta ella y la encare, mi aliento golpeaba su rostro.

–Tu disculpa no me va a regresar lo que estoy perdiendo, toma tus cosas y vete.–dije sin piedad.

Deje que Theo entrara a la casa para que escoltara a Ava y se asegurará de que no intentará contactar a Alexander de alguna otra manera. En el comedor con su celular desbloqueado busque la conversación con él, tenía un mensaje reciente.

Alexander.
Te extraño Ava, dame otra oportunidad.

Mis dedos golpeaban entre ellos pensando en si debía responder, suspiré y comencé a teclear.

Ava.
Podemos salir a tomar algo.

La respuesta de Alexander fue casi inmediata.

Alexander.
¿Cuando?

Mire a Ava bajar las escaleras con dos maletas.

Ava.
Mañana por la noche ¿te parece?
En Lehel Bar Food Club, a las 7.

Me levanté yendo hasta Ava para comenzar a hablar de nuevo.

–Me enteraré de todo lo que haces así que será mejor que no intentes hacer algo estúpido.

Mire la pantalla del celular.

Alexander.
Ahí estaré cariño.

–Jamás quise hacerte daño.

Quise creerle pero no pude.

–No busques a mis hermanos nunca más.–advertí.

–Deja despedirme de Kaira.–sus labios temblaron.

Me tocó el corazón pero negué, ya no más.

–Elina.–me llamo Theo.

Lo mire.

–La señorita Kaira está llegando.–informó.

Maldije.

–Le vas a decir que tienes problemas familiares que solucionar y no sabes cuándo regresaras, es momento de que te vayas.–mi tono era gélido, no merecía más de mí.

–Pero...–miro su celular.

–Tranquila Ava, ya te conseguiré otro celular pero no volverás a contactar con ellos.

Kaira entro con el uniforme de su colegio puesto y después de dejar su mochila corrió hasta mí abrazando mi cintura con sus brazos en forma de saludo, choco los puños con Theo y miró a Ava.

–¿Nos vamos?–dijo observando las maletas.

–No mi niña.–se puso a su altura– tengo problemas que solucionar con mi familia... pero te prometo que estaré de regreso lo más pronto.

–¿Regresarás?–se escuchaba triste.

Ava me miró un segundo y asintió.

–Lo haré pero no sé cuándo.–le acarició la mejilla– no estés triste recuerda que...

–Vendrás a vivir conmigo.–le dije a Kai con dulzura captando su atención.

–¿De verdad?–dijo emocionada.

–Si mi vida, ve a hacer tus maletas.–le sonreí.

Theo la acompaño perdiéndose escaleras arriba.

–Es hora de que te vayas Ava.–murmuré con desprecio.

Abrí mi bolso y saque un fajo de billetes dejándolo en la palma de su mano sabiendo que era suficiente para que consiguiera un vuelo y se marchará lejos de aquí.

Amargo Paraíso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora