Capítulo 34

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20 de mayo 2019.

Elina.

La finca en la que nos estábamos quedando tenía un enorme jardín que me gustaba recorrer todas las mañanas antes de que el sol alcanzara su máximo esplendor, llevaba conmigo mis audífonos inalámbricos para escuchar música que logrará desconectarme un momento del mundo, me gustaba recostarme cerca del lago bajo los rayos del sol que calentaba mi piel que extrañaba el toque de Niklaus.

Lo extrañaba todo los días.

Me acomode los lentes de sol y cerré los ojos disfrutando del fresco viento que hacía esa mañana en Florencia. Quería escribirle que estaba bien, que no había nada de que preocuparse pero siempre borraba el mensaje al sentir como si alguien me apretará el corazón con fuerza, las cosas debieron ser distintas, él tendría que estar aquí conmigo.

Kara.
Hola 🙂

Sonreí ligeramente.

Elina.
Hola 😋

Kara.
¿Tienes un momento?

Me incorpore tomando asiento en el césped mirando un segundo el lago antes de teclear.

Elina.
Por supuesto. ¿Qué hay?

Cerca de las dos semanas después de haberme ido le había mandado un mensaje pidiéndole que no le dijera a nadie de que estaba en contacto conmigo, sabía que borraba las conversaciones que teníamos.

Kara.
¿Cómo va todo por allá?

Elina.
Avanzando.

Me la imaginé caminando de un lado a otro nerviosa, me causo gracia.

Elina.
¿Está todo bien?

No recibí respuesta de su parte sin embargo recibí otro mensaje.

Malek.
¿Terminaste con tu recorrido? Hay algo que debes ver.

Elina.
Ahora mismo voy.

Me levanté del césped saliendo accidentalmente de la aplicación de mensajes quedando en la ventana principal observando el fondo de pantalla donde aparecía Niklaus dormido junto a Strom, trague grueso.

Pronto estaríamos juntos de nuevo.

Había intentado hacer eso que Kara alguna vez me había enseñado donde podía dejar de sentir pero me fue imposible, era imposible después de que Niklaus me hiciera experimentar tantas sensaciones.

Kara.
Quiero contarte algo pero debe ser en persona. 🤐

Elina.
¿No puedes decirme por aquí?
K

ara.
No puedo pero tranquila, no es importante.

Elina.
¿Segura?

Pude divisar la finca a una distancia considerada, seguí caminando con el celular en la mano esperando que Kara respondiera pero de nuevo no hubo respuesta.

Elina.
Debo irme. Infórmame cualquier cosa.
Te amo ❤️

Apague por completo el celular y lo guarde en el bolsillo de mi short siguiendo con mi camino a la finca, al llegar me retire los audífonos mirando a Malek con Abel en el living mirando una caja de considerable tamaño.

—¿Qué es eso?–me acerque.

–Tenemos las armas y las municiones–informó.

Me termine de acercar observando las tres armas junto a unas pequeñas cajas que supuse era donde se encontraban las balas.

–¿Tres son suficientes?–mire a Malek.

–En el almacén hay más, no hay de que preocuparte–explico.

–Bien. ¿Alguna novedad sobre Fiore?–me dirigí al despacho junto a Malek.

–Abel tiene un indicio de su ubicación, pronto sabremos dónde está.–informó.

–Estupendo.–sonreí tomando asiento– ¿Cohen?

–Sigue en Alemania, en un pueblo cerca de Múnich.

Asentí.

–Pronto comenzará está guerra.–me recargue en el duro respaldo de la silla.

–¿Estás lista?

–Siempre.–afirme con seguridad.

–¿Necesitas algo más?–se acomodo el saco.

–No.

–Bien, debo ir a hacer algunos pendientes.

–Infórmame cualquier cosa.–encendí de nuevo mi celular.

–Igual tú, nos vemos.–se despidió.

No tenía respuesta de Kara supuse que estaba ocupada con la mudanza así que no le tome importancia, mi dedo pulgar se deslizó por la pantalla hasta detenerme en el chat de Niklaus mirando el último mensaje que me había enviado hace un mes donde me avisaba que Kai ya estaba con él.

Volví a ponerme los audífonos cuando el celular comenzó a vibrar indicando que había comenzado la videollamadas con Zel que no tardó en responder, Strom me recibió con una gran sonrisa en el rostro, me fue imposible no sentir alegría al verlo aunque fuera a través de la pantalla.

–Cada día estás más enorme.

Cada vez que me preguntaba por Niklaus quería llorar pero le respondía lo mismo de siempre, «pronto irá contigo», sabía que Zel hacia lo posible para que Niklaus viera a nuestro hijo tanto como pudiera.

–¡Mira mami!–tomo el celular en sus manos– ¡Papi trajo a Milo!

Milo apareció en la pantalla cubriendo la cámara con su nariz, eleve las comisuras de mis labios al ver a Strom tan feliz con Milo que comenzó a olfatearlo, Zel se encargó de él mientras Kaira se adueñaba del celular para hablar conmigo.

Parecía estar recuperada por completo.

Me comenzó a hablar del pequeño vivero que tenía en el jardín donde había plantado flores que comenzaban a florecer además me contó como Zel era su profesora, estudiar en casa no le molestaba o eso parecía.

–Klaus parece extrañarte.–dijo mirándome por la pantalla.

Yo lo extrañaba a él.

–¿Ya no se aman?–dijo en un susurró.

Su pregunta hizo que todo me doliera. Claro que lo amaba, con toda el alma pero no estábamos pasando por el mejor momento, decidí no responder.

Me levanté de la silla y camine al ventanal del despacho mirando a un par de hombres de Malek cuidando la finca, entrecerre los ojos observando como las hierbas se movían captando toda mi atención.

–Debo irme Kai.–volví mi atención a la pantalla– los llamaré después.

Colgué la llamada y apague el celular, me encamine al escritorio tomando el radio.

–Atención todos, hay un intruso.–informé.

Amargo Paraíso ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora