Una Verdad Perfecta [𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖]

Daño

Eiden

-¿Estás seguro, Denn?-dice mi amigo, conduciendo lentamente.

Yo solo puedo sacar brazo y cabeza por la ventana, y sentir el aire fresco de plena noche, después de estar encerrado en un lugar con tanta gente.

-Sí, Patrick. Ella me gusta, me gusta mucho...

Dejo soltar un largo suspiro, y mi amigo gira el volante en dirección a mi casa.

-¿Pero te has dado cuenta hoy? Quiero decir... ¿Te ha dado la vena hormonal?

Patrick se encuentra desconcertado. Todo esto que le estoy diciendo de repente le resulta muy confuso. Pero más confundido me tiene ella a mí...

Puede que mañana se me pase todo, pero ahora mismo me encuentro en medio de un océano invadido por un cataclismo a punto de saltar e inundar toda una ciudad.

Sí, por la noche me dan aires poéticos...

-No sé lo que te está pasando, o lo que te pasa, Denn. Pero solo tengo claro que esta noche no has bebido tanto como para estar dentro de un colapso mental, así que lo que sea que me estés contando, no forma parte de una subida de alcohol a la cabeza.

Patrick hace gestos con sus manos mientras habla, y yo observo las calles, cruzando junto a nosotros, vacías y desalojadas por completo. Las noches me provocan serenidad.

-¿Crees que es una subida de hormonas?-pregunto-Quiero decir, la música, la gente... el ambiente...

Mi amigo me mira como si fuera estúpido.

-No. Entonces podría decirte que lo mío con Mónica ha sido una subida de hormonas.

De repente me quedo mirando a Patrick, y recuerdo la escena de mis brazos intentando agarrar el móvil de mi amigo, mientras al fondo de la habitación los dos se restriegan y se besan como si no hubiese un mañana. Desde luego, un encuentro muy incómodo.

-¿Denn?-Patrick chasquea los dedos en mi cara.

-¿Eh? Sí, tú y Mónica...-carraspeo, intentando ignorar el tema.

Mi amigo se queda observándome como idiota.

-Sí...Definitivamente eso te ha pegado muy fuerte.

Suspiro.

-Pero es tu hermanastra, Eiden. No deberías estar así, no es correcto.

Mi amigo y su típico dialecto tan fino...

-No lo es. Ese hombre ni siquiera es mi padre.

Patrick para el coche de repente, y frena de forma brusca.

-¿Y qué vas a hacer? ¿Eh? Dilo.

Me quedo mirándole en silencio.

-No tienes ni idea. Y tampoco creo que te vayas a molestar en hallarla.

-Te estoy contando lo que está pasando, Patrick. Y no es la primera vez que sucede.

Mi amigo me mira durante unos segundos.

-¿Abby?-suelta una carcajada-Tú y yo sabemos que lo tuyo con ella no fue nada.

De pronto, su móvil comienza a sonar, y rompe entre el silencio de la noche.

Saltamos ante el susto de la música de rock en su contestador.

-Es mi padre.

-Joder, qué susto.

Patrick abre la llamada y contesta rápidamente.

-¿Papá? ¿Qué pasa?

Se forma un silencio, mientras escucha atento al teléfono.