México 4 - Patrick y Mónica

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Lissa

-No nos interesan tus premios de atletismo, Patrick-dice Abigail-.

En la zona principal de la amplia isla de cocina, algunos charlamos después de volver de un rato en la playa.

-Gracias por preocuparte por mi vida profesional, Abigail.

-¿Cómo que profesional?-arqueo una ceja-Tú no ibas a estudiar deportes ni en broma. 

-Pero es una parte de mi vida.

-Uy, qué filosófico te has vuelto, Patt-bromea Abby-.

-Vale. Dejadme en paz...

Y se va.

Abigail y yo nos lanzamos una mirada, pero después saltamos a reír. Es algo que no podemos evitar encontrándonos junto al peculiar Patrick. 

En la escalera principal, Mónica baja a zancadas cuando se encuentra con su novio subiendo.

-Uy, amor-intenta no tropezarse con él-. ¿Qué pasa?

-Nada. Aquí, que uno cuenta cosas interesantes y no le echan ni puta cuenta.

-¿Interesantes?-suelta Abby-Ni que fuera nada del otro mundo. Además, tú mientes mucho.

Patrick suspira y Mónica se echa a reír.

-Anda, ve a darte una ducha-le acaricia las mejillas-. Estás mojadito después de la playa.

Se despiden con un beso y Patrick termina de subir las escaleras.

Mónica se acerca a servirse un zumo de naranja.

-He oído que el camino de palmeras que recorre toda la playa es precioso-toma un sorbo-. ¿Damos una vuelta ahora?

-Yo tengo que atender unas llamadas sobre la casa-dice Abby-. Id vosotras, yo cuidaré de los chicos-nos guiña un ojo-.

-Procura que no formen un alboroto-ríe Mónica-.

Agarro algún abrigo para no coger frío y nos despedimos de Abigail antes de salir.

...

Aún no ha anochecido, pero el ambiente junto a la cercana brisa del mar dejan una sensación de frío y calidez al mismo tiempo. En estas zonas tropicales del Golfo de México, estas sensaciones son una tradición. Deliciosas brisas que me hacen recordar a mis vacaciones en España.

Mónica me agarra y paseamos de la mano. A veces pienso cómo sería mi vida con esta loca como hermana, pero nunca se me ocurre nada bueno. Podría ser peligroso pero increíble al mismo tiempo. Nuestra amistad se resume en eso, desde siempre. 

Ahora nos encontramos en un momento muy extraño. Nuestras vidas dan giros inesperados, y, en cuestión de semanas, cada una se encuentra en un remolino de situaciones por las que cualquiera nos tomaría como locas. Pero aún así no impide que nuestra confianza se vea afectada.

En un momento la escucho dar un suspiro, mirando hacia el mar.

-Tienes que ayudarme a buscar un hueco en estos días.

-¿Por qué te meten tanta prisa?-le pregunto.

-Es algo complicado. Cuanto más tarde en hacer las cosas más difícil me lo pondrán todo.

-No te preocupes. Te ayudaré en lo que pueda.

-De momento, con que te asegures de que no se enteren de esto, es suficiente-suelta una risa-.

-Lo haré...

«Últimamente, tengo que ocultar los secretos de mucha gente...»

-Ayer flipaste, ¿eh?-alza las cejas.

Una Verdad Perfecta [𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora