Una Verdad Perfecta [𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖]

Bosque 3

Lissa

Sus palabras me dejan descolocada.

-¿De qué coño hablas?-intento murmurar, a la par que controlo respiraciones con mi cuerpo totalmente curvado.

¿Que por qué estoy dejando que me haga todo esto? Ni yo lo sé.
Pero me niego a reconocer como verdad que perdí la virginidad aquella noche, en aquella fiesta, con esta persona.

-Intento ser lo más sincero posible, no creas que está siendo fácil para mí contenerme al tenerte así delante de mí.

Noto su respiración en mi abdomen, unas bocanadas amplias, tensas. No está relajado, y eso me saca de mil cuestiones.

-No voy a darte la razón.

Escucho cómo se ríe sutilmente.

-Si ni siquiera recuerdas nada.

Le doy un suave empujón, apartándolo de mí.

-Sí. Sé que me engañaste, me manipulaste, y me grabaste drogada en tu cama.

Dicho así, suena totalmente peliculero.

-Si quieres ver esos videos, aún los conservo.

-Oh, lo dudo mucho. Vaciaste la cámara de video, con la seguridad de que Patrick y Eiden iban a encontrarla. ¿Por qué? ¿Cómo lo sabías?

-Sabía que habían entrado en casa, y aproveché para pensar un poco acerca de lo que podrían estar haciendo.

Niego con la cabeza, anonadada ante lo que estoy escuchando.

-Eres más malvado de lo que creía.

-¿Ese será mi nuevo apodo?-bromea.

-Aún no me has dicho las razones por las que has querido que viniera aquí. Aunque seguramente me digas más mentiras que verdades.

Sam divaga un poco, y habla de nuevo.

-Solo quería que dejaras de pensar en mí como el diablo de todo. Las razones no son las que tú piensas.

-¿Y cómo hago para que me las digas?-suspiro- Me estás cansando. Y es tarde.

-No vas a poder ir a ninguna parte.

-¿Y a ti qué más te da?

-No quiero que te pase nada.

-AJÁ. ¿Ahora te preocupas por mí?

Me acerco para empujarle, pero él me agarra la muñeca con reflejos y me trae hacia él.

Me quedo mirando sus ojos, ese amarillo predominante.

-Esto es más difícil de lo que tú piensas.

Choca su frente con la mía, en un movimiento suave, y yo suspiro.

-Cuándo vas a dejar de hacerme la vida difícil, Sam...

Le observo como se queda en silencio, y después me da un beso corto en los labios.

-No quiero que me beses. Nunca más lo vas a hacer.

Noto cómo su mandíbula se tensa.

-Es más difícil para ti que para mí, Lissa...

-...

-El día que logres entenderlo y no te dejes llevar por lo que digan a tu alrededor, entonces podrás comprenderlo.

-Y de mientras no me vas a decir nada, ¿verdad?

Niega con la cabeza.

-Dios, esto es increíble...-con un manotazo, aparto la mano que me sujetaba a él, y me alejó de ahí.