Mío, de nadie más

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Olivia

Cierro la puerta de un portazo.

-Olivia, tranquilízate.

Ni siquiera me importa lo que salga de la boca de ese gilipollas.

-No puedes, t-tú no...-tartamudeo. Me cuesta hablar-.

Su cara es de preocupación.

-¿Por qué coño te preocupas?

Suspira.

-Tan solo relájate. Has hecho que se vaya.

Miro hacia la puerta.

-¿Que se vaya? ¿Es ella la que te ha hecho cambiar de ánimo de repente?

No doy crédito a lo que está pasando.

Lo peor es que se queda callado.

-Eres un mierda-se me humedecen los ojos de rabia-. Que lo sepas.

-Lo sé.

-¿Que lo sabes?

¿Qué coño le pasa?

-Tranquilízate. Siéntate-me señala el sofá-.

-¿Tanto te provoca ella como para que tengas que comportarte así?

-¿Comportarme así?-frunce el ceño en confusión.

-Sí. Así de débil, así de falso preocupado.

-No es falso.

¿Por qué no deja de decir mentiras?

-Deja de mentir.

-No estoy mintiendo.

Me muerdo el interior de los labios.

No me puede estar haciendo esto.

Le agarro del cuello y le obligo a acercarse a mí.

-Dime que ya no recuerdas nada. Dime que todo lo que una vez me prometiste fue falso, y que todo lo que hicimos fue una completa farsa. Porque cogeré esa puerta y me suicidaré.

Él ve la humedad de mis ojos.

No estoy llorando, pero la rabia hace que se me mojen inconscientemente.

Simplemente, no voy a dejar que me pisotee. Como siempre ha hecho...

-No puedo hacerte eso.

Lo dice mirándome a los ojos, pero no hace nada más...

Quiero besarle. Quiero que entienda toda mi rabia.

Pero lo hago y él me aparta.

-Olivia. No.

-¿¡Qué mierda te ha hecho esa chica, Sam!? ¿QUÉ?

Él no dice nada.

-No te quedes callado. Conmigo no.

-No es lo mismo.

-Dame explicaciones. Las necesito. Y aunque me duela como nada, necesito la verdad.

Baja la cabeza, luego mira hacia otra parte, pero nunca a mí.

Soy consciente de cómo luzco. Estoy totalmente descontrolada.

Pero es lo que menos me importa...

Se separa de mí, y medita por un segundo.

-Estás obsesionado conmigo, lo dijiste-le afirmo-.

-No he conocido lo que era la obsesión hasta ahora, Olivia.

Repito esa frase en mi cabeza, tensando toda mi mandíbula. Y aprieto los puños.

Una Verdad Perfecta [𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora