Una Verdad Perfecta [𝘾𝙤𝙢𝙥𝙡𝙚𝙩𝙖]

Mala chica, Davis

Patrick

Llamo dos veces a la puerta de Olivia, y a la tercera es cuando me abre.

-Vamos a ver, niñata. Contigo tengo que tener un par de conversaciones.

-¿A quién llamas niñata? -sonríe de medio lado.

«¿Qué coño hace?»

-Siento que tengas tanto deseo de hablar conmigo, pero a mí no me interesas ni lo más mínimo -se cruza de brazos-. Así que, adiós.

Se echa hacia atrás para cerrar la puerta en mis narices, pero la paro con mi mano antes de tiempo.

-No te vas a ir de rositas, mentecata.

-Vaya, tienes más fuerza de lo que pensaba -ladea la cabeza-, Patrick.

Frunzo el ceño.

-¿Te gusta timar a la gente? -añado, con mi clara referencia al caso de Sam.

-¿Timar? No inventes cosas. Los dos sabemos que tienes mucha fama de inventor, ¿No?

Me quedo en silencio, Olivia sabe buscar muy bien sus palabras, y tengo que tener mucho cuidado si quiero entrar en su juego.

-Has mentido a tu padre. Le has contado una falsa historieta sobre Sam y Lissa, que todos sabemos que no es cierta.

-¿Ah, sí? ¿Y cómo lo puedes confirmar, señor 'sabelotodo' ?

-Porque eres una hipócrita -doy un paso a su frente-. Y siempre lo serás.

Ella se fija en mis ojos, pero desvía la mirada para reír como una demente.

-Deben importarte mucho tus amigos para venir aquí, y ponerte a insultarme en mi cara... ¿No?

Su sonrisa aparece para desaparecer a los pocos segundos, y volver a esbozarse como una completa psicópata.

-No es lo único en lo que estás metida. También tenemos a Conan... ¿No? -imito sus gestos.

Su sonrisa desaparece al momento, y se da la vuelta para caminar hacia dentro de su casa.

-Hace mucho que no tengo nada que ver con ese hombre...

-Y de nuevo, otra mentira -suelto una risa-. ¿No te cansas de mentir?

-No estoy mintiendo. El mundo de Conan ya no es mi mundo. Dejé eso hace mucho tiempo.

-Vale, ¿Y cómo esperas que me lo crea? Porque anoche llevé a mi novia inconsciente a casa desde el lugar donde la tenían encerrada por culpa tuya.

Suelto eso de repente, y se queda en silencio.

-No tenía...idea de eso...

-¿¡Pero cómo puedes ser tan MENTIROSA!?

Le despotrico, y me giro para dirigirme a la puerta de salida, pero ella me agarra del brazo y me para en seco.

-Patrick, tienes que creerme, por favor.

Le miro a los ojos por unos segundos, intentando descifrarlos de alguna forma. Pero esa llama de maldad me da un extraño escalofrío, que ni siquiera entiendo.

-¿Lo dices enserio? -le aparto la mano- ¿¡Qué cojones te pasa, Olivia!?

Ella se echa hacia atrás de mi impulso repentino, y reacciona con un pequeño temblor en sus labios.

-No...no he hecho nada, Patrick.

-¿Vas a esperar que me crea eso?

Se queda callada.