Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)

Capítulo 51

ELIJAH POV

- A favor -

Gruñí nuevamente y arroje con todas mis fuerzas el movíl contra la pared rompiéndolo en mil pedazos.

¿Porque lo hacía? Me pregunté por milésima vez tratando de encontrar una respuesta lógica. ¿Acaso no valoraba su vida en lo absoluto? ¿No le importaba arriesgarse y arriesgar a los suyos?... ¿No le importaba lo que ella significaba para mí?.

Hacia horas que habíamos salido de aquella maldita reunión y aunque Antoinette trató de calmarme antes de que lograra salir de la iglesia, su esfuerzo solo sirvió para avivar esa ira que pocas veces había logrado dominarme.

No quería verla. No quería escuchar su explicación sobre porqué había decidido correr hacia una muerte casi segura sin importar nada más. Sentía como si un cronómetro hubiese sido activado sobre su vida. Uno con un final catastrófico que no iba a soportar.

- La posibilidad de que esto ocurriera había estado presente desde que Klaus se plantó aquel pretencioso plan ¿Por qué me molestaba tanto? Yo mismo había aceptado la idea de iba a ocurrir quisiera o no. Sin embargo, en el fondo también sabía que la razón de mi molestia era el fallo de Elise a favor de mi hermano atentando así en contra de su propia vida.

Molesto como estaba, tomé el viejo teléfono de línea olvidado en la esquina más lejana de la habitación y llamé con la mano temblorosa al número de Antoinette.

- ¿Dónde demonios estás? - cuestionó ella molesta pues había desaparecido por la mayor parte del día vagando por los alrededores de mi hogar sin tomar en cuenta la preocupación que seguramente había causado en ella, algo que sin duda había aumentado dada su incapacidad para poder comunicarse conmigo luego de hacer añicos el móvil.

- El grupo que te pedí que organizaras - dije rápidamente - Los quiero aquí ahora mismo -

Corté la llamada y traté de calmarme, algo que ahora mismo estaba fuera de mi alcance en su totalidad. Mi cuerpo había alcanzado un estado de estrés y tensión que literalmente podía sentir mis músculos engarrotados siendo coreados por mi acelerado pulso.

Su decisión estaba tomada. Ahora yo debía continuar con mi parte. Realmente no quería hacerlo, pero ya no permitiría que la vida de la mujer que amo estuviera en riesgo... aunque fuera lo correcto por hacer. Sería tan egoísta y controlador como fuera necesario, y por primera vez en mil años, vería por mi antes que por nadie más.

Tal vez ella nunca me lo perdonara, pero eso al lado de su posible muerte era algo que carecía de importancia para mí. Si tenía que abandonar o enfrentar a mi familia por mantenerla a salvo a ella en una mazmorra lo iba hacer. No me importaba.

No pasaron ni diez minutos cuando escuché a toda la orden arribar, no solo el grupo de protección como era que le había indicado.

- Maldición - exclamó Luther una vez que me divisó al salir de la casa - ¿Qué diablos te ocurre? - bajó la vista hasta mi saco abierto revelando parte de mi camisa anteriormente blanca manchada de sangre. Y no, no era mi sangre. Hice una mueca al recordar al joven excursionista avanzar despreocupadamente por el bosque sin ser consciente de mi estado caótico y la recién avivada sed que me llevó a alcanzarlo sin mediar palabra antes de atrapar su vena yugular en un fugaz parpadeo. No era común que atacara a los humanos así. Solía ser cuidadoso en todos los aspectos, desde utilizar la compulsión hasta mi manía o trauma (como era que lo llamaban mis hermanos) por mantener mi vestimenta impecable.

Esta vez fue diferente. El joven gritó y luchó con tanta fuerza que por un micro segundo pensé que alguien podría escucharnos. Su inútil pelea fue efímera y pronto perdió la consciencia abandonándose a sí mismo a una muerte casi segura. Y digo casi, porque cuando noté los latidos de su corazón debilitarse me vi forzado a parar mi arranque de locura. Me apresuré a alimentar al chico con apenas una pequeña cantidad de mi sangre, siendo de igual forma suficiente para que el susodicho recobrará la consciencia de golpe, logrando hipnotizarlo antes de que comenzara a gritar.