Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)

Capítulo 18

Elise POV

Luego de haber dejado a Ethan para que descansara di un recorrido por ciertos puntos del barrio Francés pues no tenía ni la más mínima intención de regresar al complejo. El haberle contado a Ethan sobre aquellos extraños sueños había sido buena idea. Sentía como si me hubiese liberado de una carga que con el tiempo solo se volvería más pesada.

Fuera cual fuera el verdadero significado de mis sueños solo tenía dos opciones; vivir con temor a que alguno de estos se hiciera realidad, ó dejar de darles importancia y enfocarme en lo que se verdad requería mi atención ahora.

Por ahora ya no era aquello en lo que debía pensar. Ahora mi mennte se veía completamente sumida en como debía ahora relacionarme con cierto vampiro. No podía evadirlo o actuar como si nada hubiese pasado, pero tampoco podía dejar entrever mi satisfacción por lo que había pasado.

Nada de eso era correcto y para ser sincera, lo ocurrido tampoco lo era. Mi mente aún se debatía en dejar de lado ciertas reglas y dejarme llevar, mientras que la otra no dejaba de recordarme lo que pasaría si seguía adelante con lo que sea que estuviera pasando entre Elijah y yo.

Sacudí la cabeza y seguí caminando entre las calles aun vacías. En pocas horas la ciudad se vería completamente abarrotada por turistas y lo mejor sería regresar al complejo.

Avance por la calle en completo silencio totalmente ensimismada en mis pensamientos. Doblé a la izquierda en un callejón apenas ligeramente iluminado y luego de dar unos cuantos pasos me detuve instintivamente.

No estaba sola.

Sentía como me observaban, sentía esa extraña sensación sobre mi espalda que subía hasta mi nuca. Mi corazón comenzó a acelerarse y mis músculos se tensaron. Quise darme la vuelta para ver de quién se trataba pero el lugar de eso puse en práctica algo que Elijah me había dicho. "Antes de atacar analiza tu entorno, busca algo que te ayude o evita aquello que puedan usar en tu contra. Asegúrate de que no haya más enemigos"

Aplicando aquello, observé lo que tenía frente a mí sin darme la vuelta, era primordial asegurarme de que no había nadie más en el lugar aparte de quien estaba segura estaba en algún lugar detrás de mí.

Todo se mantuvo en silencio y no pude ver a nadie. Cuando estuve consciente de que ese alguien estaba a mis espaldas a escasos metros me gire lista para atacar, pero un dolor de cabeza frustró mi intento.

El dolor era tan intenso que lo único que pude hacer fue sostener mi cabeza con ambas manos, haciendo presión con ellas. Mi vista se volvió borrosa y mis músculos se contrajeron violentamente a causa del dolor.

Sus cánticos en un idioma desconocido eran cada vez más fuertes al igual que mi dolor. Caí al suelo y comencé a retorcerme, sollozando débilmente. Quería gritar que parara pero no podía, mi cuerpo no respondía a nada más que al instinto de sostener mi cabeza. Era una sensación horrible, similar a sentir como si clavaran miles de agujas en mi cabeza.

Por momentos los cánticos del brujo eran reemplazados por un sonido extraño que martilleaba en mis oídos aumentando el ya intenso dolor. La sensación de hormigueo sobre mi piel poco a poco se convirtió en un ardor insoportable y por último sentí como mi ritmo cardíaco comenzaba a descender.

Justo cuando estaba a punto de perder la conciencia, los cánticos del brujo se detuvieron y con ellos la oscuridad se apoderó de mí...

[...]

Abrí los ojos y me encontré a mi misma tendida en la cama. Estaba algo desorientada, mi cuerpo dolía de manera incesante al igual que mi cabeza. La luz del día en un avanzado punto iluminaba por completo la habitación, lastimándome los ojos y acentuando el dolor de cabeza.