Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)

Capítulo 63

Elijah POV

Su frío recibimiento fue tal y como esperaba. No había bajado a comer, y estaba más que seguro de que no había probado bocado alguno de la comida que Kol se había ofrecido a llevarle antes de ser amenazado de muerte si volvía a pisar esa habitación.

Tomé el último trago de Bourbon sintiendo el efecto del alcohol hacerme finalmente un poco de efecto. Tristemente ni todo ese alcohol podía sacarme de quicio más que una manada de lobos tercos y suicidas.

Ethan, al igual que Elise, ansiaban tanto la venganza que no tuve más remedio que enviar a un grupo de Strix en busca de cazadores para amainar su sed de sangre, imitando el gesto que Klaus por su parte había tenido con Elise al asesinar personalmente a tres posibles responsables del asesinato de la joven loba. Solo imploraba a Dios que eso lograra templar la ira de los metamorfos, aunque fuera un poco.

Con un suspiro agotado, opté por retirarme a mi habitación para descansar un poco a exigencia de Rebekah y Freya, quien disgustadas por mi ingesta de alcohol retiraron todo rastro de este de mi alcance.

Pero no terminé en mi habitación como pretendía. Sino en la habitación de ella en total penumbra. Cerré la habitación tras de mí poniendo seguro visualizando con facilidad su cuerpo en la cama cubierto por la delgada sábana, notando de paso como su piel estaba erizada a causa del frio consecuente a la anterior tormenta. Algo que me extrañó considerando la naturaleza cálida de los lobos.

Caminé al armario y saqué de este un grueso edredón que estaba seguro nadie había usado nunca cubriendo su cuerpo con el, percatándome de paso que no solo su piel estaba erizada a causa del frio. Cierta redondez llamativa alzándose tentativa por debajo que la camisa holgada que usaba, despertó el deseo. Tragué saliva y me alejé enfocándome en buscar la bandeja esperando que al menos hubiese comido algo, tal fue mi disgusto al encontrarla intacta.

Me senté molesto en la cama sin pensar que sería eso lo que terminaría por interrumpir su sueño.

- ¿Elijah? – murmuró mi nombre somnolienta sin abrir en su totalidad los ojos

- Aquí estoy – murmuré en voz baja sonando más que ebrio tomando su mano que clamaba por mi cercanía – Aquí estoy –

Irguió un poco su cuerpo buscando mis labios, atención que no le negué dándole lo que necesitaba. Aferró sus manos a mi cuello y me obligó a recostarme en la cama quedando inevitablemente sobre ella, desencadenando el deseo que poco antes había reprimido ante la vista de la piel de sus pechos expuesta.

No me gustaba hacer aquello estando yo ebrio y ella medianamente consciente. Era un agravio directo hacia ella y no era correcto. Pero sentía la necesidad de tomarla, de hacerla mía una vez más y escucharla murmurar mi nombre mientras nos fundíamos en una espiral de deseo.

Y sucumbiendo como un animal, perdí el poco control que me quedaba dándole rienda suelta a las emociones y miles de sensaciones que me provocaba sentir su cuerpo pegado al mio.

Los besos subieron de tono y saltándonos todo romanticismo, las prendas de ropa desaparecieron hasta que nuestros cuerpos estuvieron apretados el uno contra el otro sin ninguna prenda inútil que inhibiera el placer de sentir la piel con piel.

Nuestros jadeos dejaron de ser silenciosos intensificándose en gran medida una vez que me introduje en su interior para comenzar a bombear con fuerza agradeciendo inconscientemente que la habitación era un lugar privado y silencioso para cualquiera en el exterior...

Elise abrió más sus piernas para darme un mejor acceso a ella y fue entonces que mis envestidas se hicieron más fuertes, disfrutando con fervor como los músculos de su interior comenzaban a contraerse alrededor mío, provocando una satisfactoria eyaculación en su interior amenizada por nuestros gemidos indecentes.