Capítulo 10

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Apenas y había podido descansar dos escasas horas después de haber vigilado toda la noche sin ningún incidente y hubiese podido dormir un poco más de no haber sido por los gritos de Joe quien discutía animadamente con alguien, y ese alguien no podía ser nadie más que Klaus. Me levanté y me calcé las botas perezosamente para luego salir del garaje.

- Ah buenos días Amor – me saludó Klaus como si no tuviera el cuello de Joe entre sus manos - ¿Te unes a la charla? –

Rodé los ojos y me crucé de brazos.

- Suéltalo Klaus y dime cual es el problema ahora – Klaus lo soltó y alzó las manos sonriente. Joe me miró por un segundo y pasó a mi lado sin mirarme. Aún estaba molesto por lo de anoche, y no sabía si disculparme por mis palabras o dejar las cosas como estaban. Ya me ocuparía de ello más tarde, ahora el híbrido arrogante requería mi atención para escuchar sus peticiones del día.

- Solo le enseñaba a mostrar respeto hacia su rey – dijo con diversión

- No eres nuestro rey. Los lobos solo responden ante una persona y ese es su alfa, creía que eso ya lo sabias –

- Lo sé, pero su alfa me es leal a mí; Por lo cual deben de obedecer lo que yo les demande – dijo como si fuera obvio.

- Te soy leal, de eso no habrá duda el tiempo que permanezca aquí, pero aún tengo la autonomía suficiente para tomar mis propias decisiones y para decidir sobre mi manada –

Klaus cambió su mirada sonriente por una totalmente seria ¿Se había molestado? Se acercó a mí y me miró directamente a los ojos, le seguí el juego y sostuve su mirada sin demostrar ninguna sumisión.

- Muchos han muerto por mucho menos, lobita – sonrió pícaramente y comenzó a dar vueltas a mí alrededor.

- Es una lástima que ellos no fueran necesarios para el Rey – dije con fingida lástima y haciendo un puchero.

- ¿Se creen necesarios? - murmuró en mi oído cuando se detuvo a mis espaldas. Sentir su aliento hizo que se me erizara la piel – Podría matar a todos tus lobos frente a ti si quisiera, ahora mismo –

- Para atacar a mi manada tendrías que matarme a mi primero – lo reté

El escalofrío se intensificó mucho más cuando Klaus puso ambas manos sobre mis hombros y pegó su cuerpo al mío. Contuve la respiración al sentirlo tan cerca.

- La loba defiende su manada como una auténtica alfa – murmuró de nuevo en mi oído, retiró sus manos y se puso frente a mí – me gusta – su tono volvió a ser el mismo tono burlón de siempre. Solté la respiración y traté de relajar mis tensos músculos.

- Si ya terminaste de jugar Klaus, es hora de relevar a mis compañeros - no pude evitar bostezar y Klaus me miró mucho más sonriente que antes.

- ¿Tuviste una mala noche? – levantó las cejas

- Es difícil dormir tranquilamente cuando hay una legión completa de cazadores con la misión de matarnos y si a eso le agregas tu incesante necesidad de molestar a alguien, sí es bastante difícil dormir bien– respondí sin mucho ánimo de discutir con él.

- Me alegra saber que tu drástica idea de procrear conmigo no figure en la lista de cosas que te causan insomnio - casi me atraganté con mi propia saliva al escuchar eso. La sangre subió hasta mis mejillas dejando en evidencia la vergüenza que me embargó en ese momento. El maldito híbrido había escuchado absolutamente todo lo que había dicho.

Klaus parecía realmente divertido con mi ataque de vergüenza, su sonrisa era tan grande que se le marcaban unos lindos hoyuelos en sus mejillas.

Comencé a balbucear intentando dar una respuesta lo suficientemente buena para callar al híbrido, pero no podía concentrarme en nada más que no fuera en evadir su maldita mirada.

Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora