Capitulo 92

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Elise POV

Las palabras de Elijah seguían resonando en mi cabeza ahondando más el sin fin de heridas que cada una de ellas me habían provocado. Mi mente se encontraba en un estado de shock, por decirlo de alguna forma. Funcionaba y procesaba las cosas con lentitud, pero el dolor... el dolor en mi pecho era insoportable. Sabía que esto pasaría y Klaus fue muy claro al advertirme de ello y sin embargo creí que sería lo suficientemente fuerte para afrontarlo. Pero nunca creí que Elijah sería capaz de decir aquello que sabía era lo que más me afectaba: culparme por las muertes de aquellos que habían perecido a causa de la profecía. A causa mía.

Y tenía razón. Todo aquello ocurría por mí.

Mi nacimiento había marcado la extinción de todo aquel que los cazadores consideraban enemigo. Yo nunca fui su salvadora sino todo lo contrario, y no solo todo ser sobrenatural pagaría las consecuencias de mi sola existencia, mi hijo lo haría también al ser considerado su salvación. Un arma.

Yo jamás debí existir.

Luché por ponerme de pie y cuando lo logré miré a mi alrededor asegurándome de que Elijah se había ido, y así era. Luther y Antoinette seguían inconscientes en el suelo dándome la única ventaja que tendría para salir de ahí. Me sentía mareada y me costaba andar sobre el inestable suelo cubierto de hojas y maleza seca temiendo que caería en cualquier momento.

Caminé hasta Luther sintiendo la incomodidad en mis músculos tensos por el estrés del momento, y me agazapé a su lado para buscar entre las bolsas de su saco las llaves de la camioneta.

Al ser incapaz de convertirme, mi única forma de abandonar la ciudad era con un vehículo, de otra forma no podría hacer absolutamente nada para escapar del ejército que Klaus enviaría en mi búsqueda una vez que se percatara de mi ausencia.

Sabía que le había hecho una promesa a Klaus sobre mantenerme fuera de peligro, pero ya no podía seguir más ahí. No cuando siguiera poniendo en riesgo a cualquiera que pretendiera protegerme a mí o a mi hijo. Ya no podía. Al escapar estaría por mi cuenta, no habría nadie quien me cuidara la espalda y de verdad temía que los cazadores comenzaran a seguirme aprovechando mi nula posibilidad para defenderme en mi estado. Mi habilidad para huir y esconderme de ellos era indudable, pero ¿y si esta vez eso no era suficiente?

Dude por un segundo, pero el recordatorio y las duras e hirientes palabras de Elijah ahondaron mi dolor, el cual nubló lo suficiente mi juicio para seguir adelante con mi temeraria y estúpida necesidad de huir mientras las lágrimas comenzaban a resbalar por mi rostro entre un llanto que cada vez se hacía más profuso.

Seguí buscando entre la vestimenta de Luther las llaves de la camioneta sin encontrar nada. Miré a Antoinette y de igual forma busqué entre sus bolsillos las llaves, pero lo único que ella traía consigo era un arma cargada con dardos con una dosis muy fuerte de verbena.

Miré a Luther con detenimiento y este portaba en su cintura un arma similar, solo que esta en lugar de contener dardos de verbena, estaba cargada con balas de madera.

Tomé ambas armas sabiendo que podrían serme de utilidad en algún momento y las oculté entre mi ropa. Luther se removió en su lugar emitiendo un quejido que me hizo saber que no tardarían mucho más en despertar.

Con la mano temblorosa tomé el arma que pertenecía a Antoinette y sin pensarlo dos veces cargué y disparé a ambos con los dardos de verbena con la intención de mantenerlos fuera de combate por un rato más. Solo esperaba que sus compañeros vampiros se mantuvieran alejados de la mansión, o de lo contrario ellos darían aviso a Klaus.

Al no encontrar las llaves por ningún lado, me puse de pie y me dirigí trastabillando hasta el garaje donde Elijah guardaba sus deportivos. Era arriesgado tomar uno de esos vehículos puesto que sería imposible pasar desapercibida para la policía si Klaus los obligaba a ir tras mi pista. Más no tenía más opciones.

Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora