Capitulo 4

176 6 2
                                    


Abrí lentamente los ojos con dificultad y observé a mi alrededor, inspeccionando con detenimiento el lugar en el que me encontraba. Este era alguna clase de habitación un tanto pequeña y con solo una pequeña ventana, por el notable deterioro del lugar daba por hecho que estaba abandonado.

No recordaba en que momento había llegado a ese lugar, o peor aún, no recordaba cuanto tiempo había estado ahí. Permanecer en un solo lugar era bastante peligroso para mí, siempre debía estar en movimiento o de lo contrario una muerte dolorosa y segura me aguardaba.

Rápidamente traté de ponerme de pie, para casi inmediatamente caer al suelo cuando me disponía a correr, fruncí el ceño y observé el objeto que me había hecho caer de esa forma, atadas a mis "patas" y cuello había enormes cadenas ancladas a diferentes puntos de los muros. "Cazadores", esa palabra hizo que se me erizara la piel y me pusiera en estado de alerta.

Mi mente trataba de recordar en que momento me habían capturado, pero en lugar de eso otros recuerdos vinieron a mí; una chica siendo atacada por un cazador, mi repentino y feroz ataque al cazador, dos vampiros disparándome con un arma y luego nada...

Con más urgencia que la anterior, me puse de pie y comencé a tirar de las cadenas, pero estas no sufrían daño alguno. Intenté arañar y arrojar mi lobuno cuerpo contra las paredes, con la esperanza de que esto desprendiera las cadenas y me permitiera escapar, pero para mí desgracia no funcionó y eso solo podía ser obra de una bruja.

Tenía que encontrar la manera de escapar de ahí a como diera lugar, no iba a quedarme ahí a esperar a que estos malditos vampiros vinieran a matarme.

La única idea factible que tenía en mente era volver a mi forma humana y tratar de escapar, las cadenas eran demasiado grandes para amoldarse a las delgadas extremidades humanas. Pero había un problema; me encontraba muy débil en estos momentos, y si volvía a mi forma humana, corría el riesgo de no poder transformarme en lobo, dejándome en gran desventaja en una pelea.

El sonido de pasos acercándose a donde me encontraba interrumpió mis pensamientos. Instintivamente se me erizo el pelaje y adopté una postura defensiva.

La puerta de la habitación se abrió, revelando la figura de dos corpulentos hombres, ambos vampiros. Uno de ellos de tez blanca y calvo, el otro de tez morena y pelo negro.

Me miraron sin miedo alguno y se acercaron un poco, pero aun así guardando una distancia segura.

- Vaya, mira esto Phil, el perro despertó – dijo con burla el de tez morena.

Comencé a gruñir en señal de advertencia, pero esto solo provocó que sonrieran.

- Llama a Klaus, Steve – ordenó Phil, nombrando al tal Klaus con tono serio. Sea quien sea, debía ser alguien importante.

- Esto será divertido – dijo el tal Steve, antes de salir del lugar.

El vampiro frente a mí se acercó un poco más a mi sin importar mi advertencia, se puso de cuclillas para luego hablar.

- Lobos... – pronuncio con desprecio – por mucho tiempo había escuchado historias, sobre lobos mucho más grandes y fuertes que los licántropos que habitaban por aquí, antes de ser aniquilados por los nuestros, ahora veo que todas esas historias en parte son verdad –

La sola mención de masacres de lobos me enfureció, comencé a gruñir de nuevo y a fruncir las fauces, pero el vampiro ni se inmutó.

- Pero, me decepciona ver que son igual de débiles que los licántropos convencionales, es una lástima no poder poner a prueba tus habilidades personalmente. De igual manera, será divertido ver como Klaus acaba contigo –

Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora