Capitulo 6

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Capítulo 6

El trayecto de Nueva Orleans a Ozark no fue tan pesado como creía que seria. Había logrado evadir a esos vampiros con mucha facilidad a pesar de que me persiguieron hasta las afueras de Louisiana. Ahora me encontraba a escasos quinientos metros de la que fue mi casa, la maleza había invadido el jardín al que mi madre cuidaba con tanto empeño. Aquella casa que en la que había vivido bellos momentos con mis padres ahora lucia totalmente abandonada.

Era de noche así que no había nadie en las calles, todo parecía haber vuelto a la normalidad, excepto que aquellos que habían caído en esa batalla no volverían jamás. Caminé lentamente en dirección a mi casa y con cada paso que daba las lágrimas amenazaban con brotar masivamente de mis ojos, aun no tenía la fuerza para dar este paso, por momentos pensaba que todo iba mejorando, pero la realidad es que ese pensamiento era solo una mentira que había echado raíces en mi mente. Tratando de engañarme a mí misma.

Aun me debatía internamente el si debía entrar o no, sabía que, si lo hacia todo mi mundo se derrumbaría de nuevo, las cicatrices se abrirían de nuevo y aquel dolor y desesperación se apoderarían de mí de nuevo. Tomé una bocanada de aire y giré velozmente la perilla empolvada de la puerta. El interior de la casa se encontraba ligeramente iluminado por la luz de una luna creciente, todo dentro de ella estaba exactamente igual a como lo recordaba la última vez que estuve aquí. Excepto que ahora todo se encontraba cubierto por una gruesa capa de polvo, haciendo que el lugar se volviera más deprimente de lo que ya era.

Avancé en la oscuridad sin temor a tropezar con algo, así lo hice hasta llegar de manera inconsciente a la sala. De entre las varias cosas que acaparaban mi vista, algo en el suelo llamó mi atención; ahí estaba, esa fotografía que, si mal no recordaba, mi padre había tratado de tomarnos a todos una "selfie" quedando la fotografía en un ángulo un poco extraño. En ella estaba mi madre y mi padre sentados en el sofá, mientras que Ethan y yo siendo pequeños jugábamos en el suelo ajenos a la situación.

Ethan siempre había estado ahí para mi desde pequeños, y en la menor oportunidad que tuve hui sin importarme si el me necesitaba o no. Fui egoísta al aislarme de todos los demás y solo preocuparme por mí misma y mi dolor. La pregunta que martilleaba en mi mente era si mi manada me aceptaría de nuevo, la traición era algo que se condenaba con la muerte, o si decidían mostrarse piadosos lo único que me harían seria exiliarme de manera permanente de mi clan. Y cualquier cosa que decidieran, no podía culparlos. Tendrían todo el derecho de darme la espalda.

No importaba cual fuera mi destino o mi implicación en la profecía, no importaba cual importante fui una vez para ellos, no importaba si vivía o moría, seria recordada como la gran traidora de esta historia, la gran vergüenza de mi familia.

Mis pies flaquearon y caí al suelo de rodillas, rindiéndome ante el intenso deseo de llorar, apreté con fuerza lo fotografía contra mi pecho. La ausencia de mi familia sería algo que jamás superaría, era un imposible.

No supe cuánto tiempo estuve llorando hasta que caí dormida. Cuando me desperté aún estaba oscuro afuera, pero suponía que estaba por amanecer, me limpié las lágrimas secas de mi rostro y me puse de pie. Con la fotografía aun en mis manos, me dirigí hacia el mueble donde se suponía que era su lugar para dejarla ahí con delicadeza, temiendo que con cualquier movimiento brusco esta se rompiera en mil pedazos.

- Elise – me sobresalté al escuchar esa voz que inspiraba tanto respeto en mí.

Me giré lentamente para mirar a Adewale, quien traía consigo su característico bastón. Hice una ligera reverencia en señal de respeto, después de todo era el sabio del clan y le debía ese respeto. Evadí incomoda su mirada, esperando que reprochara activamente mis cobardes acciones, pero nunca lo hizo.

Dangerous Lineages (Linajes Peligrosos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora