Luz se relame los labios conforme el ascensor desciende, conteniendo su emoción tanto como puede; pero, cuando las puertas finalmente se abren y puede echar un vistazo al interior, el entusiasmo se desborda de su ser.
—¡Este lugar es increíble! —exclama, dando un salto hacia adelante y dejando el saco en el suelo.
La "base secreta" de Eda se muestra como una cabaña subterránea, y con excepción de algunos pilares de acero al carbono, el resto de la arquitectura parece estar hecha enteramente de madera. La habitación que tienen en frente es una sala desordenada, con cajas polvorientas y restos de chatarra tirados por todas partes; justo en medio, yace un sofá roñoso frente a una gran pantalla que cuelga de la pared.
—Bienvenida a la Casa Búho —dice la anfitriona, avanzando y dándole una palmadita en el hombro —. Deja la mercancía en esa hielera y espérame en el sofá, volveré enseguida.
—¡Sí, señora Eda, Dama Búho, señora!
—Si me vuelves a llamar de ese modo, tú serás la próxima en la hielera —advierte, dirigiéndose a unas escaleras con forma de caracol.
—L-Lo siento, Eda... —responde Luz, con una risa nerviosa.
Observándole desaparecer hacia el sótano, la recién llegada suspira y arrastra el saco hasta la hielera, retirando el seguro y abriendo la tapa. «¿Cuándo fue la última vez que limpiaste esto?», piensa, arrugando su nariz.
Luz se dispone a vaciar el saco dentro, cuando consigue escuchar un sonido extraño proveniente de la habitación de al lado. Prestando atención, podría jurar que se trata del juguetón correteo de un perro, con sus pequeñas patitas paseándose de aquí para allá.
Mientras cierra la hielera, supone que tiene sentido que Eda tenga una mascota, siendo que aparentemente vive sola en medio del bosque; y aunque le ordenaron esperar en la sala, la incógnita de qué clase de perro tendrá comienza a carcomer su mente.
—¿Eda? —pregunta en voz alta, sin recibir una respuesta. Entonces, quitándose su abrigo y dejándolo caer sobre el sofá, voltea la mirada hacia la habitación misteriosa —. No creo que le moleste si hecho un vistazo...
Escabulléndose con una sonrisa traviesa, gira lentamente la perilla de la puerta y asoma la mirada. La poca iluminación deja entrever que se trata de una especie de laboratorio; pero, mientras no consiga encender la luz, será incapaz de dilucidar lo que pueda estarse ocultando entre las sombras.
—¿Perrito? —se anima a preguntar, tanteando la pared con sus manos, en busca del interruptor.
Sobresaltada, gira la cabeza al escuchar nuevamente las pisadas, no en el suelo, sino en uno de los estantes que cuelgan de la pared. «Tal vez... Tal vez Eda tiene una ardilla...», piensa, considerando seriamente dar vuelta atrás.
Es entonces que, con un espantoso escalofrío, logra distinguir una figura de dos metros en el fondo de la habitación, con un par de inquietantes ojos rojos que brillan en la oscuridad, observándole con atención.
—¿Osas invadir los aposentos del Dios Rey, humana? —expresa la criatura, con una espeluznante voz de ultratumba.
—Y-Yo...
—Para una transgresión de tal magnitud, el único castigo apropiado es... La muerte...
Luz está a punto de salir corriendo cuando sus dedos tímidos finalmente encuentran el interruptor, y al presionarlo, la terrorífica atmósfera que se había apoderado de la habitación se desploma en un instante.
—Eres... ¡La cosa más adorable que he visto en toda mi vida! —exclama, abalanzándose hacia la criatura y abrazándola con fuerza.
—¡Oye, no soy una cosa! —replica esta, forcejeando para liberarse, sin ningún éxito —. ¡Soy el Dios Rey, demando respeto!
La altura del "temible" monstruo se debía a que estaba trepado sobre un viejo y oxidado robot, pues este difícilmente supera los ochenta centímetros, y aunque su apariencia antinatural deja en claro que se trata de un vacuo, su suave pelaje negro y pequeñas patitas le hacen ver más como un tierno peluche. Algo que llama la atención; sin embargo, es que el vacuo posee una coraza ósea con forma de cráneo protegiendo su cabeza, unos pequeños dientes puntiagudos, y dos cuernos orientados hacia atrás, encontrándose el cuerno derecho roto.
—¡Eda, tenemos una intrusa, ayúdame! —añade el pequeño, agitando frenéticamente sus brazos.
En medio de su forcejeo, un pequeño aparato se le resbala de las manos, y en el instante que este se estrella en el suelo, su profunda e intimidante voz se vuelve chillona y pueril.
—¡No, rompiste mi modulador de voz!
—¡Justo cuando creí que ya no podías ser más adorable! —parlotea Luz, con un tono infantil —. ¿Quién es el cachorrito endemoniado de mami? —agrega, acariciando cariñosamente su estómago.
Aunque su orgullo le pide resistirse, la suave caricia en su vientre hace desvanecer su recelo ante la desconocida.
—Yo... Yo soy el cachorro... —termina respondiendo, con una risilla juguetona.
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La Guerrera Búho [Lumity] PAUSADA
FanfictionLuz Noceda es una chica joven y entusiasta que ha entrenado toda su vida para convertirse en una agente imperial, esperando poder utilizar los grandes avances tecnológicos de su época para combatir a las aberraciones del Vacío. Sin embargo, al ser r...