Heroína en formación

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Presionando el celular contra su pecho, Luz deambula ansiosamente por el bosque, agobiada por las sesenta y dos llamadas perdidas por parte de su madre, acompañadas por unos veinte mensajes. La llamaría de inmediato si supiera qué decirle, pero no está tan segura; después de todo, le prometió desistir de su sueño si llegaba a ser rechazada en Hexside.

—Pero fui aceptada en la Casa Búho... —murmura, tomando algo de valor en la confianza que Eda le ha depositado.

En todo caso, no puede imaginar a su madre convencida de que comience a estudiar con una forajida en medio del bosque. Aunque solo han pasado tres meses desde que cumplió la mayoría de edad, ya es toda una adulta, y debería ser capaz de elegir aquello que considere apropiado para su vida; sin embargo, no es ajena a los sentimientos de su madre, y realmente quisiera evitarle tantas preocupaciones como pueda.

Su ponderación se ve abruptamente interrumpida cuando, provocándole un pequeño sobresalto, su celular comienza a sonar por una llamada entrante, y el contacto es el mismo que todas las veces anteriores: Mami.

—Hola... —murmulla al responder, tragando saliva.

—¡Mija, gracias al cielo que respondes!

—Lo siento mucho, yo...

—¡¿Tienes idea de la angustia que me hiciste pasar?! —le interrumpe la mayor, sin poder disimular el enorme alivio que le produce escuchar su voz.

—No, digo...

—¡No pude dormir, pensando que algo podría haberte ocurrido!

—Mami...

Le toma algo de tiempo el poder convencerla de que no tiene ningún rasguño, aunque sea mentira... Y no es la única mentira que presiente deberá decirle.

—Entonces dime qué sucedió, no supe nada luego de tu prueba.

—Pues...

Luz duda por un instante, no es que jamás le haya mentido a su madre, ¿cuántos hijos podrían jactarse de haber sido siempre honestos? Pero lo que está a punto de decir le parece más grave que una mentira piadosa cualquiera...

—¡Me aceptaron! —responde finalmente, con una sonrisa nerviosa que afortunadamente Camila no puede ver —. No pude responder porque me dieron un pequeño tour dentro de las instalaciones, y nos pidieron silenciar nuestros celulares.

—Ya veo... Sabes que nunca estuve muy convencida de este camino que has elegido, pero estoy igualmente orgullosa de que te hayan admitido, mija —resuelve su madre, con un tono más sereno y afectuoso.

—Gracias mami...

«Soy de lo peor...», piensa entonces, hundiéndose en la culpa. Le rompe el corazón que la única forma de seguir su sueño sea ocultarle la verdad; pero, al menos la realidad no dista tanto del engaño, pues ciertamente aprenderá sobre ciencia con una mujer que, en más de una ocasión, le ha demostrado su maestría con no una, sino múltiples colegiaturas. La joven convence a su madre de que se estará hospedando en el "instituto", y que le visitará tan pronto le sea posible.

—Imagino que a partir de ahora estarás muy ocupada, pero intenta mantenerme informada, ¿sí? —implora la mayor —. Sabes que me preocupo.

—Lo sé, mami —responde Luz, esbozando una sonrisa cálida —. No te preocupes, estaremos en contacto, ¡y daré mi mejor esfuerzo!

—Sé que lo harás... Muy bien, cuídate mucho, te amo.

—También te amo.

Al finalizar la llamada yace con sentimientos encontrados, ahora no tiene más remedio que sacarle provecho a su mentira. Habiéndose sacado ese peso de encima, la joven se dispone a regresar a la Casa Búho.

Bajando por el elevador oculto y llegando a la sala, Luz se sorprende al ver una generosa cantidad de libros apilados en el suelo, justo en frente del televisor. Eda sale de una de las habitaciones cercanas sosteniendo una pesada antología, misma que deja caer sobre la montaña literaria que ha creado.

—¿Qué es todo esto? —termina preguntando, mientras revive algunos recuerdos amargos de la secundaria.

—Tu tarea —responde la Dama Búho, disfrutando de la angustia que refleja su protegida en la mirada —. Iré a vender las partes del monstruoso amigo que conocimos en la playa; mientras tanto, tú aprenderás las bases de las nueve colegiaturas existentes.

—¿T-Todo eso?

Fingiendo perplejidad, Eda comienza a olisquear a su alrededor, como si rastreara un aroma misterioso.

—¿Qué es este olor? —interroga, para luego voltear la mirada hacia Luz —. Es acaso... ¿Arrepentimiento lo que huelo?

—¡De ninguna manera! —expresa la joven, valiéndose de su orgullo para acercarse a la pila de libros —. ¡Leeré todo esto, incluso si no entiendo una sola palabra!

—¡Esa es la actitud!

Dándole una fuerte palmada en la espalda, la Dama Búho se despide, tomando su bastón y la hielera antes de salir por el elevador. Luz, por su parte, toma aire y examina las portadas de los libros, intentando decidir por dónde empezar; aunque pueda parecer aburrido y complejo, aprender la teoría será un paso importante para convertirse en una heroína, por lo que no vacilará en trasnocharse estudiando si hace falta. 

La Guerrera Búho [Lumity] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora