Abran paso al Equipo Búho

354 71 19
                                    

Willow y Gus cierran los ojos con fuerza, y comparten lo que sienten será su último abrazo, a punto de perecer ante la lúgubre realidad que todo estudiante de Hexside debe aceptar; cada misión de campo podría ser la última. Es en momentos críticos como ese; sin embargo, en los que más brilla la figura de una heroína.

El vacuo alza sus enormes brazos con un rugido estremecedor, solo para ser silenciado por una formidable patada en el rostro. El sonido que provoca la criatura al caer de espaldas consigue que ambos abran finalmente los ojos, y la emoción es inmediata al ver quién se encuentra de pie sobre el techo del tractor.

—Lamento la tardanza, tuve que improvisar algo antes de venir —manifiesta la Guerrera Búho, tronándose los dedos sin despegar la mirada de su adversario.

—Tú sí que sabes hacer una entrada heroica —responde Gus. El joven suelta un suspiro profundo y extendido, justo antes de caer de rodillas.

Todavía no están a salvo, no del todo, pero la sola presencia de Luz es suficiente para llenarle de optimismo.

—Eso estuvo muy cerca, realmente nos salvaste el trasero... —añade Willow, sintiendo como el alma le regresa al cuerpo.

—Le dije eso mismo a Gus, minutos después de que salvaran MI trasero —responde Luz, recordando con cierto bochorno la paliza que recibió aquella noche —. Es hora de devolver el favor.

Aunque el reencuentro es conmovedor, no hay tiempo para charlar, pues el vacuo no tarda en reincorporarse, incluso más cabreado que antes; sin embargo, no es el único de mal humor, la Guerrera Búho no se toma a bien que amenacen a sus amigos.

—Hooty, katana... —murmura.

—¡Katana a la orden! —exclama el recientemente integrado pasajero en la armadura.

Y procesando él mismo los mecanismos que deberían activarse mediante comandos de voz, la candente katana se extiende desde su mano derecha, como un resplandeciente faro de luz en medio de la oscuridad.

Luz podrá no comprender los tecnicismos académicos que explican a la criatura que tiene en frente, pero al igual que el lenguaje del amor, el lenguaje de la guerra es universal. Su primera consideración es que un ataque por la retaguardia queda descartado, ese caparazón no solo parece resistente, sino que podría ponerle en aprietos con esas púas; por otro lado, un ataque frontal tampoco carece de riesgos, su nueva armadura es más frágil que la anterior, si su oponente consigue asestarle un golpe con esos brazos descomunales, todo se habrá acabado.

«Creo haber evaluado todos los riesgos», piensa, jactándose con una sonrisa. Como si pudiese notar esa confianza debajo del casco, el vacuo se golpea el pecho antes de lanzarse nuevamente al ataque. Willow y Gus corren inmediatamente para ponerse a salvo; Luz, por su parte, espera hasta el último segundo para saltar por encima del monstruo, evitando ser aplastada junto al tractor.

Rugiendo con frustración, la criatura aparta los restos del vehículo y da media vuelta, fijando su mirada desafiante en la recién llegada. Esta arremete entonces incluso más rápido que antes, y esboza una sonrisa macabra al percatarse de que la guerrera no podrá apartarse a tiempo; no obstante, justo antes de asestar el golpe de gracia... La figura de la guerrera es reemplazada por la de Gus.

—¡Hasta nunca! —exclama este.

El holograma desaparece en medio de un estallido de chispas, mientras el proyector sucumbe ante los pesados puños de la bestia; y justo en ese instante, cuando sus puños impactan el suelo y su guardia queda desprotegida, observa con terror a la verdadera Guerrera Búho acercarse con la mortífera agilidad de un ave de presa.

En un rápido movimiento que Willow y Gus solo consiguen apreciar siguiendo el fulgor del sable, Luz rebana sus manos con un corte veloz y certero, haciéndole retroceder no con un rugido de ira, sino de pavor. Acto seguido, arremete una segunda vez para dar el corte decisivo, seccionando su estómago sin misericordia alguna.

—Nadie se mete con el Equipo Búho... —proclama la morena, apagando y retrayendo el sable dentro de su armadura.

Con su mirada perdida en el vacío, el vacuo cae de rodillas sobre un charco de su propia sangre, que no deja de brotar de sus brazos amputados. Entonces, baja lentamente la mirada para ver cómo sus intestinos de deslizan por la hendidura que se ha abierto en su vientre, solo para colapsar finalmente en el suelo.

Los asombrados estudiantes de Hexside se acercan con precaución, observando perplejos los restos del vacuo que instantes atrás amenazaba con liquidarles.

—Eso fue... ¡Completamente alucinante, chica! —exclama Gus, desviando la mirada hacia su salvadora —. ¡Ni qué decir de tu nuevo look! Debes de ser la primera en derrotar a un vacuo con una espada.

—Lo hiciste ver tan sencillo... —admite Willow, visiblemente agotada por la conmoción —. Si tan solo nos permitieran conformar un EdR contigo.

Emocionada por el resultado del combate, Luz se retira el casco y dedica una sonrisa triunfal a sus amigos.

—No me importa lo que Hexside tenga que decir, somos un buen equipo y esta noche lo demostramos —expresa, guiñando el ojo y contagiándoles parte de su electrizante entusiasmo.

Mostrándose de acuerdo, Willow y Gus se acercan para compartir un cálido abrazo grupal. En ese momento, abrazados y riendo bajo el cielo estrellado, se sentaron las bases de una hermosa y duradera amistad; pero, sin que lo sepan todavía, han sembrado la semilla de una nueva rivalidad.

—¡Amity! —exclama Willow de repente, cayendo en razón de que se encuentra ya de camino —. Luz, ella no puede encontrarte aquí, o nos meteremos todos en un problema muy serio.

—¡Oh, cierto! Después de salvar la noche, la Guerrera Búho debe regresar al nido —responde esta, colocándose su casco —. Muero de ganas por enseñarle la grabación del combate a mi mentora.

—Gracias por apoyarnos, estaremos en contacto —añade Gus —. Willow y yo apreciaríamos salir este fin de semana para quitarnos el susto de encima, sería genial si pudieras acompañarnos.

—¿En serio? Quiero decir, claro, suena fantástico.

—El fin de semana será —concuerda Willow, acomodando sus gafas —. Y hagamos lo que hagamos, nosotros dos invitamos, al menos te debemos eso.

—Trato hecho, ¡hasta entonces!

Agitando su mano en un ademán de despedida, la Guerrera Búho emprende la retirada, con su negra armadura perdiéndose fácilmente en la oscuridad que ofrece la noche; y justo a tiempo, pues apenas minutos después una luz distante se hace presente en la carretera, se trata del autómata de Amity, que se acerca velozmente en su forma "móvil".

Cuando el constructo alcanza finalmente la granja, regresa gradualmente a su forma humanoide convencional. Willow y Gus se apresuran para recibirle, mientras este último enciende nuevamente su tableta, con cuatro llamadas perdidas...

—Vaya, cuando perdimos contacto di por hecho que estarían muertos —comenta Amity, observándoles a través de los ojos de su autómata.

—Muy graciosa... —responde Gus, cruzándose de brazos —. En realidad, estábamos muy ocupados derrotando al vacuo por nuestra cuenta.

—¿Disculpa?

La recién llegada no se molesta en disimular su escepticismo; sin embargo, debe tragarse su orgullo cuando ambos le guían hasta el cadáver... Inicialmente se queda sin palabras, pero las expresiones petulantes de sus compañeros le devuelven su elocuencia.

—Tengo que ver esto con mis propios ojos, estaré allí en cinco minutos —resuelve, e incluso a través de un altavoz resulta obvio que se encuentra fastidiada —. Espérenme allí, ¡es una orden! 

La Guerrera Búho [Lumity] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora