Presa de la inseguridad

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«Patético, ¿realmente creíste que podrías derrotarme?». Intranquila, Luz yace dormida sobre una cama desordenada, asediada por una hórrida pesadilla que trae de regreso a algunos viejos fantasmas. Súbitamente se encuentra bajo la pisada del vacuo que combatió en la playa, con el rostro enterrado en la arena... Esa fue su primera experiencia cercana a la muerte; hasta entonces, estaba a acostumbrada a dominar a sus oponentes en el dojo Bujinkan, pero ninguno de ellos era una criatura monstruosa proveniente de otra dimensión.

«Eres débil... No importa qué tan diferente sea una hormiga del resto, seguirá siendo tan solo una hormiga». Con un espasmo, puede sentir nuevamente como es arrojada a través de las puertas del Conformatorio, cayendo indefensa sobre el pavimento, acompañada únicamente por cristales rotos... Su deseo de ayudar a aquella madre con su hijo nubló su buen juicio, y cometió exactamente el mismo error al querer salvar a los prisioneros. No hay dudas en su corazón, en ambos casos dar un paso al frente era lo correcto; sin embargo, hacer lo correcto no puede significar lanzarse de cabeza al peligro, hasta ahora ha tenido la fortuna de que alguien siempre ha llegado al rescate, pero la suerte no siempre estará de su parte.

«Tienes mucho valor para llamarme así, después de ignorar mis órdenes y casi conseguir que te maten». Ese último recuerdo fuerza a Luz fuera de su pesadilla, sentándose abruptamente sobre la cama, con la respiración agitada y el corazón acelerado.

—Eda... —murmura, calmándose un poco mientras inspecciona su alrededor.

Se trata de una habitación pequeña y simple, cuya única iluminación es una lámpara anticuada que reposa sobre una mesa de noche, pues no hay ninguna ventana que de paso a la luz del Sol. A su izquierda, puede ver una pantalla incrustada en la pared, bajo la cual yacen algunas cajas polvorientas, apiladas unas sobre otras.

Al bajar la mirada, nota que su brazo derecho ha sido enyesado, la mayoría de sus moretones han desaparecido, y el dolor en sus músculos ha disminuido hasta convertirse en mero agotamiento. La mujer deja escapar un suspiro penoso, se siente culpable; la Dama Búho aceptó enseñarle aquello que le fue negado en Hexside, le abrió las puertas de su hogar, le confió una armadura de combate, le otorgó una oportunidad para demostrar su valía... ¿Y cómo respondió a su generosidad?

—Dañé la armadura, le obligué a venir a recogerme, a tratar mis heridas. Y para colmo, terminé destrozando la corona, no soy más que...

—¡HOLA LUZ, VEO QUE YA DESPERTASTE!

La joven salta de la cama con un grito de sorpresa, cayendo de espaldas sobre el suelo. Al ponerse de pie, observa anonadada que el rostro de Hooty ha aparecido en la pantalla, mirándole con entusiasmo.

—¿No estabas en la entrada del elevador? —pregunta entonces, con una sonrisa incómoda.

—¡Oh, sí! Soy el sistema de defensa de la Casa Búho, ¡así que estoy en todas partes! —exclama alegremente la inteligencia artificial  —. Menos en el baño... Si un intruso entra por el retrete no podré detenerlo, así que debes tener cuidado al sentarte allí.

—Lo tendré en cuenta... ¿Puedes decirme en dónde está la Dama Búho?

—En la cocina, me dijo que estuviera atento para cuando despertaras —responde, haciendo su cabeza rebotar en los bordes de la pantalla, como si se tratase de una bola de ping pong —. Ahora podremos hablar por hooooras sobre nuestros pasatiempos favoritos, ¿te parece bien si comienzo yo? Últimamente he estado coleccionando fan arts de mis parejas favoritas, y debo confesar que no todas son canónicas —añade, con una risa jocosa.

Tal es su dicha de poder conversar con alguien, que ni siquiera se percata del momento en que Luz se escabulle hasta la puerta y abandona la habitación... Una vez fuera, la joven no tarda en encontrar su camino hasta la sala, desde donde consigue escuchar dos voces que reconoce al instante. Al seguirlas se haya rápidamente frente a la cocina, por lo que toma aire, se arma de valor y empuja la puerta.

 Antes sus ojos yacen Eda y King, sentados en el comedor con una caja de pizza a dos trozos de vaciarse; al lado, embarrado con un poco de salsa, se encuentra el casco de la armadura parcialmente desarmado.

—Yo...

Aunque con deseos de disculparse, Luz enmudece cuando su mentora levanta la mano.

—Fracasaste en tu misión, así que puedes olvidarte de convertirte en mi estudiante —declara la mayor, reclinándose en su asiento con la mirada fija en el casco.

«Por supuesto, no podría ser de otra forma», piensa la morena, sin poder ocultar su desconsuelo. Antes de poder responder; sin embargo, Eda le sorprende con una sonrisa astuta.

—O eso pensaba decirte —añade, acariciándose el mentón —. Tuve curiosidad sobre lo que sucedió anoche, la memoria del casco se encuentra dañada, pero pude rescatar algunas imágenes. Proyección.

Obedeciendo a su comando de voz, el casco proyecta un holograma en primera persona, en donde puede verse como los guardias del Conformatorio sucumben ante la destreza marcial de la intrusa, incluyendo su ingeniosa estrategia para sortear el escudo experimental. El holograma se distorsiona en el momento que Wrath le arroja contra la pared, hasta finalmente mostrar un mensaje de "Error".

—Ese vacuo claramente fue demasiado para ti, pero la forma en que te encargaste de esos guardias... Debo admitir que tienes más potencial del que supe ver al principio.

—¡¿Lo dice en serio?! —responde Luz, recuperando su entusiasmo al instante.

—Claro, yo jamás mentiría.

—Es verdad, Eda no es ninguna mentirosa —agrega King, trepando a la mesa para tomar otro trozo de pizza —. Podrá ser una irresponsable, demente, prófuga de la ley, mentirosa... Pero jamás pagará sus impuestos.

Volteando los ojos con fastidio, la Dama Búho señala una silla para que su invitada tome asiento.

—Escucha, antes de decidir si me quedaré contigo, tenemos que hablar...

Luz traga saliva, a la expectativa de lo que Eda tenga que decir. 

La Guerrera Búho [Lumity] PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora