El velo de la noche cae sobre el archipiélago de islas, y al sureste de Epistemburgo, una granja industrial ha sido ya evacuada por la inminente llegada de un vacuo clase B. Willow y Gus se encuentran nuevamente dentro de sus uniformes, preparando todo frente a uno de los establos, punto estimado en el que se abrirá la brecha hacia el Vacío.
—Oye, te ves más tensa de lo usual —menciona el menor, rompiendo con el frío silencio nocturno mientras coloca algunos proyectores en el suelo —. Cualquiera pensaría que es tu primera misión de campo.
—Es Luz... ¿Crees que fue buena idea involucrarla en esto? —admite, sentada sobre la base de un tronco cortado.
La fitológa carga un fusil con unos proyectiles un tanto peculiares, pequeñas esferas de cristal cuyo contenido verdoso parece estar comprimido.
—Quiero decir, ella no ha sido entrenada profesionalmente —agrega, poniéndose de pie y mirando a su compañero con algo de preocupación —. Si algo le sucede, será culpa nuestra.
—¿Disculpa? —responde Gus, con una sonrisa que reboza de confianza —. Estamos hablando de la Guerrera Búho, la misteriosa forajida que logró colarse en el Conformatorio sin que nadie se diera cuenta, que liberó a un puñado de prisioneros, despachó a todos los guardias y encima sobrevivió al encuentro con un vacuo clase A, ¡estamos presenciando el alzamiento de una leyenda!
—Deberías dejar de ver tantas películas...
—Yo personalmente temo más por nosotros, nunca habíamos tratado con un vacuo clase B por nuestra cuenta.
—Bueno, sí, eso también.
Aguantar, eso es todo lo que tienen que hacer, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Normalmente Amity siempre coordinaba los preparativos, o incluso se adelantaba al equipo y tenía ya todo listo para el momento en que llegaran; ahora sentirán en carne propia lo que se siente llevar el protagonismo.
La presión aumenta cuando el tiempo estimado de aparición se acerca, y los radares detectan una radiación cada vez mayor dentro del establo. A estas alturas esperaban que Luz ya se encontrara allí, pero todavía no hay señal de la Guerrera Búho.
—Espectro de radiación aproximándose al punto de apertura... —farfulla Gus, tragando saliva —. Muy bien, podemos hacer esto...
—Solo debemos apegarnos al plan... —responde Willow, controlando su respiración para no perder la calma.
El momento de la verdad llega con la forma de un inquietante espectáculo de luces espectrales, seguidas por el bufido de una criatura enfadada. Tan solo se produce un instante de silencio entre la desaparición de las luces, y la violenta destrucción del establo por parte de un monstruo de dos metros y medio de alto; su aspecto se asemeja al de un gorila sobredimensionado, con garras gruesas y afiladas, un pelaje violáceo y un pesado caparazón protegiendo su espalda, recubierto con pinchos puntiagudos.
La bestia se da golpes en el pecho mientras emite un rugido estruendoso, y acto seguido, explora su entorno con la mirada de un depredador hambriento. Escondidos detrás de un viejo tractor, los estudiantes no tienen más opción que ponerse manos a la obra.
La atención del vacuo es atraída al sentir el impacto de balas contra su macizo caparazón; al voltearse, puede ver a Gus parado a cinco metros de distancia, sosteniendo una pistola y sacándole la lengua.
—¡Por aquí, simio descerebrado! —exclama de forma temeraria.
Y como es de esperar, la criatura se abalanza histéricamente hacia adelante, haciendo retumbar el suelo con el impacto de sus recios puños. Al alcanzarle, utiliza sus brazos para protegerse de algunos disparos; y acto seguido, le aplasta con ambos puños, levantando una pequeña nube de polvo y provocando un estallido eléctrico... Cuando este levanta sus manos, en el suelo solo yace un proyector holográfico roto.
—¡Intenta de nuevo, la próxima quizá aciertes! —exclama nuevamente, ubicado esta vez a su izquierda.
El vacuo golpea el suelo, rugiendo con evidente irritación. Mientras este se lanza nuevamente al ataque, Willow abandona su cobertura con cautela, poniéndole en la mira de su fusil.
—Se acaban los proyectores, apunta bien... —murmura Gus, controlando sus instrumentos holográficos a través de una tableta.
—Sshh... No me desconcentres.
«Vamos, Park, tú puedes», se anima a sí misma, sosteniendo el rifle con firmeza. Habiendo fijado a la criatura, la estudiante jala finalmente del gatillo.
El proyectil sale disparado a gran velocidad e impacta sobre el caparazón del vacuo, estallando de una densa nube de esporas verdosas. Desconcertado, este aminora su paso mientras arruga la nariz, apartándose tanto como puede de la nube.
—¿Funciona? —pregunta Gus, asomándose tímidamente.
—Eso creo, combiné treinta y dos hierbas diferentes con efectos sedativos —responde Willow, preparándose para un segundo disparo.
La estrategia era simple, distraer al vacuo con hologramas para conseguir un tiro certero, sedándole con una potente mezcla de hierbas exóticas; en pocas palabras, ganar tiempo. Una estrategia tan simple... Que nunca les pasó por la cabeza que pudiera salir mal.
La criatura sacude su cabeza con brusquedad, y tras subir la mirada por unos instantes, estornuda y despide una grotesca cantidad de moco a sus pies. Habiendo sacado esa amalgama de esporas de su sistema, golpea su pecho con fuerza, demostrando que ha recuperado su vigorosidad.
Al recibir disparos de otro holograma, el vacuo les sorprende una vez más cambiando de táctica; esta vez, arranca uno de los pilares de madera de lo que queda del establo, arrojándolo con la fuerza suficiente no solo para aplastar el proyector, sino para destruir el dron que se encontraba disparando detrás de la fachada.
—Estamos muertos... ¡¿Qué pasó con tus esporas?! —susurra Gus con angustia, observando la desconexión del dron desde su tableta.
—Cada vacuo es diferente, ¿cómo iba a saber que podía hacer eso? —responde Willow, regresando a su cobertura y presionando el rifle contra su pecho, igualmente asustada —. Si disparo de nuevo nos encontrará...
—¿Qué hacemos? Solo quedan dos proyectores, y mi dron está frito.
—Solo... Quedémonos aquí, dejemos que se vaya, ya podremos rastrearlo cuando lleguen los refuerzos.
—Sí, buen plan, quietecitos y calladitos —expresa el menor, asintiendo con nerviosismo.
El vacuo se acerca al siguiente holograma, estudiándolo con una mirada inquisitiva; después de haber caído dos veces en el mismo truco, este ignora el holograma y estira su mano para sujetar el proyector. Primeramente, se entretiene un poco sacudiéndolo en el aire, provocando que la figura holográfica de Gus se distorsione en el aire.
«Por favor, vete», piensa el ingeniero, observando la escena desde la cámara del único proyector que permanece intacto, oculto entre unos arbustos.
Como si el destino escuchase su temerosa petición, el vacuo pierde rápidamente el interés sobre el aparato, dejándolo caer sobre un charco de lodo. Viéndose solo en medio de la granja, emite un bufido y comienza a caminar hacia el noroeste, en dirección a la ciudad.
Willow y Gus suspiran con alivio, creyéndose a salvo, eso al menos hasta que...
—¡Rezagados!, ya terminé con mi misión de campo —expresa Amity, a través de la tableta —. Estaré allí en diez o quince minutos, ¿cuál es la situación?
Ambos estudiantes se apresuran para apagar la tableta, con sus corazones latiendo de forma acelerada; pero, es demasiado tarde, al subir lentamente la mirada, observan con pavor al vacuo justo detrás del tractor, frunciendo el ceño al reparar en su presencia, y mostrando sus feroces dientes.
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La Guerrera Búho [Lumity] PAUSADA
FanfictionLuz Noceda es una chica joven y entusiasta que ha entrenado toda su vida para convertirse en una agente imperial, esperando poder utilizar los grandes avances tecnológicos de su época para combatir a las aberraciones del Vacío. Sin embargo, al ser r...