Una vez allí Melissa ya había preparado algo de cena y Roger estaba preparando la mesa.
Entré y dejé a Buster en el suelo, los dos de inmediato acudieron a la puerta mirando cada movimiento que hacía como si en cualquier momento me fuera a desmayar y necesitar primeros auxilios.
-Ve a ducharte y ven a cenar- me gritó Melissa.
-Sí mamá- contesté borde.
Me duché y me puse lo más cómodo que encontré.
-No le contestes así a tu madre- me regañó Roger divertido.
Ese chico era un sol, soportaba a Melissa con el mal genio que tiene, me aguanta a mí y a Buster…
-Lo siento papá- dije bajando la cabeza mientras le guiñaba un ojo.
-Queréis dejar de reíros de mí por favor- dijo Melissa molesta.
Cenamos tranquilos y charlando de todo un poco, fue divertido mientras duró.
-Wolf, te queríamos decir una cosa- empezó a decir Melissa- Roger y yo hace tiempo que estamos juntos y…
-No me digas que os vais a casar… es que enserio, si es eso, dímelo de aquí a una semana quieres…- interrumpí yo.
-¿Pero qué dice usted?- dijo Roger poniendo cara de espanto.
-Calla anda Wolf y escucha, solo te quería preguntar si te parecía bien que yo me mudara con Roger, nada de bodas, todavía- dijo Melissa remarcando la última palabra.
Pero qué alivio, te juro que cómo hubiese tenido que soportar una ceremonia así me cortaba las venas en la bañera.
-Claro que me parece bien, además con mi nuevo sueldazo, me buscaré un loft o un ático en el centro mismo- dije- así podré ir caminando al trabajo- sonreí satisfecha- Excelente- agregué con cara de estar montando mis planes.
-Pues ha sido mejor de lo que me esperaba- dijo Roger.
-Pero no veis que tenía ya unas ganas inmensas de irme de aquí, sin ofender- dije mirando a Melissa- nuevo aire, vida nueva y esas cosas que se dicen.
-Bien- dijo Melissa.
-Yo lavo los platos- dije- y después empezaré a buscar casa- dije saltando contenta hacia la cocina.
-Yo saco al chucho- dijo Roger.
Lavé los platos lo más rápidamente que pude y me fui directa a la habitación dónde empecé a buscar pisos. Muchos me gustaban pero el precio se excedía demasiado, además quería comprarme un apartamento, no tan solo alquilarlo.
-Va a ser tarea dura Buster- y el perro levantó una oreja.
Encontré dos que se ajustaban a mi presupuesto, me costaría mucho tiempo pagarlo por completo pero era un paso que debía dar.
-Mañana iremos a verlos en el tiempo de almuerzo- le dije a Buster- ahora a dormir.
Daba vueltas de un lado para el otro sin poder dormir. De golpe mi móvil que se estaba cargando en la mesita de noche sonó.
-Diga- contesté rápidamente.
-¿Señorita Green?- dijo una voz fría- Le llamo para avisarle que el señor Hernández ha sufrido una colisión en moto y su número aparecía como primer contacto.
-¿Zack? ¿Está muy grave?
-No señorita se encuentra bien, tan solo una leve conmoción y el tobillo esguinzado, pero tiene que guardar reposo, y vendría bien que alguien viniera.
-Por supuesto, enseguida estoy allí.
Me vestí como un torbellino y salí disparada cogiendo tan solo el móvil y el monedero.
Al llegar al hospital la enfermera me llevó hasta la habitación. Zack tenía la cabeza vendada y el lado derecho de la cara raspado por el asfalto.
-Se le saltó el casco al resbalar- me explicó la enfermera- tiene varias quemaduras y moretones en los brazos y piernas, pero nada grave a parte del esguize. Ahora esta sedado así que es poco probable que le diga algo.
-Gracias por llamar- ella sonrió y se marchó.
Me senté en la silla que estaba justo al lado de la cama de Zack.
-Mi niño ¿Qué has hecho?- dije acariciando muy suavemente su pelo. No podía evitar pensar que hubiese sido lo peor que le hubiese pasado, y una lágrima cayó y se perdió en las sábanas.
Lo tenía cogido por la mano, con cuidado de no tocar el catéter que tenía clavado, y lo acariciaba con el pulgar. Me apretó la mano y enseguida lo miré a los ojos.
-Emily- dijo sonriendo con un filo de voz.
No pude evitar que los ojos se me llenaran de lágrimas.
-Zack, cariño no hables, ya hablaremos mañana- dije poniéndome en pie y sonriéndole.
-No llores por mí, estoy bien- dijo apretando mi mano y besándola tiernamente.
-Duerme y descansa, mañana te pegaré la bronca- dije riendo.
-Quédate conmigo- me dijo apretando más mi mano.
-No iré a ningún sitio, aquí me quedo- dije mientras me sentaba en la silla.
-Quiero que duermas conmigo- dijo echándose a un lado, las camas de hospital eran lo bastante amplias para que entráramos los de lado.
-Tu duerme cómodo, yo dormiré en el sofá, parece cómodo- dije rechazando su oferta.
-Por favor- y puso esa cara de cordero tierno- ven- dijo destapando el lado vacío.
No pude rechazar su invitación y me acomodé con cuidado sobre su pecho.
-No quiero hacerte daño Zack- dije sin apoyar todo el peso de mi cuerpo en el suyo.
-Me da igual, te quiero a mi lado- dijo apretándome a él.
Supongo que me dormí al cabo de unos instantes, solo recuerdo que antes de dormirme Zack me beso la cabeza.
-Yo te esperaré y aunque se pase toda mi vida, seguiré esperándote- dijo pensando que yo ya me había dormido- tu podrás negar todo lo que quieras, pero tus ojos no mienten.
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Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...