Capítulo XXXIX

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-Menuda forma de empezar la semana- dije mientras me tomaba en café y ojeaba la carpeta.

-¿Qué le sucede?- preguntó Jana.

-Jana, ya te he dicho que me llames Emily, no soporto las formalidades- dije sonriéndole- Verás la madre de Alex me ha estado organizando la boda sin que yo supiera nada- dije acercándole la carpeta.

-Eso es...- dijo haciendo una pausa y pensando- por una parte bien, y por otra mal, creo.

-Lo sé, ahora se supone que tengo que revisar esto y cambiar lo que no me guste- dije volviendo a prestar atención a Buster.

-Será una boda magnífica- dijo cerrando la carpeta y devolviéndomela.

-Se me hace tarde, me voy a trabajar- dije levantándome.

-¿No esperará al señor?- me preguntó casi como temiendo volver a quedarse a solas en esa casa con él.

-Hoy no- y tras coger todas mis cosas me dirigí a la puerta- Adiós.

Jackson me miró confuso al salir por la puerta, esperando ver también a Alex por detrás de mí.

-¿Te llevo?- me preguntó siguiéndome hasta el ascensor.

-No, pero gracias por el ofrecimiento- dije sonriendo- pero me podrías hacer un favor- dije antes de entrar.

-Por supuesto- me respondió sosteniendo con la mano la puerta para evitar que se cerrara.

-Nunca más dejes que vuelva a beber así- dije mirándolo fijamente- nunca más, aunque te diga que te va a despedir, da igual, por eso no te preocupes, pero hazlo por mí.

-Haré lo que pueda- dijo serio.

-Gracias- y acto seguido entré en el ascensor y apreté el botón de la planta baja.

-Otra vez dentro de un ascensor- pensé cuando subía hacia la oficina.

Menos mal que aquella mañana sonaba muy sutilmente por los altavoces "I say a little prayer" de Aretha Franklin y no un desconocido trozo de alguna opera deprimente. Hay que reconocer que me alegró mucho oír esa canción.

-Apenas faltan 20 minutos para la reunión- dijo aceleradamente Paul cuando las puertas se abrieron- ¿Qué horas son estas de venir?

-Tranquilízate, está todo controlado- dije riendo- vamos dame las carpetas y está es para ti- dije tendiéndole la carpeta de la boda- ¿Tú me esperas todas las mañanas frente al ascensor?- pregunté pensativa.

-No, solo es que más o menos sé a qué horas llegas- dijo abriendo la carpeta- ¿Qué es esto? ¿A quién le organizas la boda?- me miró intrigado.

Yo simplemente alcé las cejas y fruncí los labios.

-¿Es tu boda?- preguntó asombrado.

-Mi suegra ha estado organizándola a mis espaldas- dije entrando a la sala de reuniones y tomando asiento- Y ahora tú y yo tenemos que revisar esto- dije señalando la carpeta- tienes una hora, que es lo que durará la reunión, para asimilarlo, quiero acabar con esto cuanto antes- dije organizando los papeles que necesitaba.

-¿Y cuándo es la boda?- preguntó y supongo que se esperaba una fecha dentro de por lo menos 6 o 8 meses, ya que cuando le dije que sería en más o menos dos meses su cara fue un poema- ¿Pero que me estás diciendo?- dijo bajando la voz a medida que la sala se iba llenando- la madre que te parió- dijo levantándose y abandonando la sala.

-Harás un buen trabajo- dije antes de que desapareciera.

La sala se llenó de la habitual gente y empezó la reunión. Parecía que gracias a la apretada de tornillo de la otra reunión, esta vez no oí a nadie comentar sobre mí, y eso me alegró; cómo decía mi madre: "Si no es por las buenas, por las malas tendrá que ser".

Emily Wolf ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora