Cinco intensos días para la boda y un millón de cosas aún por solucionar. Otra bonita forma de empezar la semana.
Una vez en el despacho me puse enserio y llamé a los que me había indicado Paul, para concretar reuniones para firmas de contratos. Llamé también a mi madre para hablar el tema de la boda.
-Emily, no pasa nada, aplazaremos el viaje para después de tu boda, si quieres le digo a tu hermano que vaya igualmente el miércoles- dijo mientras yo revoloteaba por el despacho.
-Sí, así tendré a alguien que torturar y que me haga el desayuno- dije riendo.
-Besos cariño.
-Besos…- y cómo siempre mi madre dejándome con la palabra en la boca.
-Te digo que queda más sofisticado el beige- dijo Paul entrando en mi despacho.
-Pero algún toque de color no quedaría mal, no sé, las los centros de mesa- le contestó Carla siguiéndolo.
Empezaron a discutir sobre mil y una cosas mientras yo intentaba concentrarme. Que si las sillas, los manteles, las mesas… el teléfono sonó y antes de contestar conté hasta diez y me calmé.
-¿Diga?- dije esforzándome por escuchar al que estaba en la otra línea.
-Hola cariño- oí costosamente la voz de Alex- ¿Cómo estás?
-Lo siento, no te oigo- dije mirando a los intrusos de mi despacho para que se callasen.
-¿Quién está contigo?- preguntó confuso.
-Son tu madre y Paul discutiendo sobre de qué color van a ser los centros de mesa- dije conteniéndome- y sinceramente tengo algunos problemillas un pelín más importantes- dije usando los diminutivos para no quitar tensión a la frase… pero aquellos dos seguían gritándose y parecía no importarles que estuvieran en mi despacho- que de qué color van a ser los centros de mesa- dije casi gritando- Paul- esté calló y me miró- basta.
-Pon el manos libres por favor- dijo y obedecí- Mamá, para tú también. No veis que estáis poniendo nerviosa a Emily, porque no discutís esto en otro momento. Dejadla trabajar o no habrá boda…
Me sorprendió la amenaza, y al parecer a Carla y a Paul también. Se disculparon, se despidieron y quedaron para hablarlo en otro momento.
Volví a coger el auricular y me senté en la butaca.
-Gracias- dije moviéndome de derecha a izquierda.
-Si no se les mantiene a raya se vuelven locos- dijo y me imaginé su sonrisa al otro lado- ¿Cómo estás?
-Bien, me deprimo de golpe al saber que tengo reuniones toda la mañana- dije revisando las carpetas que tenía en frente.
-¿Quieres que venga?- me preguntó y de golpe alcé una ceja.
-Deja de meterte en mis asuntos- dije riendo- ya fue suficiente que aparecieras en la reunión de la otra vez.
-Lo divertido fue ver tu cara, bueno, pues te dejo trabajar.
-¿Se aburre señor Williams?- dije pícara.
-No sabe usted cuando señorita Green- dijo siguiéndome el rollo.
-Trabaje señor Williams.
-No te las des de lista Wolf…- dijo con voz seductora.
-Hace mucho que no me llamas así- dije sonriendo- me gusta.
-Pues entonces lo haré más a menudo, tengo otra llamada, hasta esta noche Wolf.
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Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...