Emily Wolf ©

Capítulo XXVI

-Es tu culpa- espetó Alex pisando el acelerador.

-Perdona…- dije incorporándome en el asiento del acompañante y alzando el dedo índice- el que me atacó y me retuvo todo el día en la cama has sido tú.

-Ahora dime que tú no querías quedarte- dijo sonriendo.

-No he dicho eso- dije apoyando de nuevo la espalda sobre el cuero del asiento- tan solo que si me hubieses dejado levantarme antes ahora no llegaríamos tarde a la cena.

-Lo que tú digas, pero eso en parte es culpa tuya, no hace falta arreglarse tanto, y sobre todo tú, que ya de por sí sola brillas con luz propia- dijo acariciando mi rodilla.

-No seas así de pastelazo que no cola- dije quitándole la mano de mi rodilla.

-Señorita Green, se arrepentirá usted de ello- dijo tornando su voz más grave.

-Asumiré las consecuencias señor Williams- le susurré a la altura de la oreja.

Cuando por fin llegamos al restaurante; Melissa, Roger, Paul, Megan y Christina ya estaban sentados y con las copas llenas.

-Era hora tío, me moría de hambre- sonó la voz de Roger por encima de las demás.

-Lo siento, hemos tenido un contratiempo- dijo Alex dirigiéndome una mirada cómplice.

-Viniendo de Wolf ya me imagino que tipo de contratiempo- oí a Melissa por lo bajo.

-Oye…- le dije mientras tomaba asiento.

-Me refería a que siempre se te atasca la cremallera del vestido- dijo ella con una sonrisa de oreja a oreja- por cierto, vienes muy guapa, no sé, serán las luces del local o es que yo te veo más…como lo diría…- dijo haciéndose la pensativa- Paul ayúdame a buscar una palabra correcta.

-¿Relajada, des-estresada, tranquila…?- dijo Paul.

- Sí- dijo Melissa- como recién foll…- no la dejé continuar.

-¿Pero es que ya vais contentos con tanto vino?- me removí inquieta en la silla.

-Recién salida de la ducha iba a decir seguro Melissa- dijo Christina.

Pedimos la cena y me disculpé un momento para ir al aseo. El ambiente estaba enrarecido, no sabía muy bien porque pero me sentía algo agobiada sentada en la mesa, necesitaba aire.

Una vez en el baño, me mojé la nuca y sentí un alivio instantáneo, suspiré hondamente para relajar los músculos y volver a la mesa dónde la comida había legado con mucha rapidez.

-Buen provecho a todos- dije al volver a sentarme.

Al sentarme Alex acarició mi mano y yo le devolví el gesto sonriéndole.

-¿Estas bien?- me preguntó mientras comenzaba a comer.

-Sí, tan solo tenía algo de calor- dije y luego dirigí la mirada a Melissa que me miraba de reojo.

La cena marchó bien, pensaba que eran tonterías mías, paranoias así que dejé el tema lo más apartado de mi mente posible y me concentré en disfrutar de mis amigos.

Al acabar de comer la tensión se hizo más notable y con la excusa de salir un rato me llevé conmigo a Melissa. La arrastré, literalmente fuera del local.

-¿Qué está ocurriendo allí adentro?- pregunté molesta.

-¿A qué te refieres wolf?- dijo ella cruzándose de brazos.