Llegamos a NY bien entrado el mediodía. Gracias a David todo fue llegar, dejar el coche, subir y “relajarse” en el asiento. Verdaderamente tenía ganas de cenar con él, parecía un hombre divertido y muy simpático.
Al aterrizar quedamos en que cuando él tuviera un descanso y estuviese por la zona, me llamaría. Nos despedimos y yo nos subimos al coche.
Yo venía adelantando acontecimientos, me estaba preparando un guion mental de todo lo que le soltaría a Alex una vez llegada a casa. Dejé a Paul en su casa.
-Nos vemos mañana en la reunión- dijo él saludándome.
-Besos y ya sabes- dije poniéndome las gafas de sol- cualquier cosa, me llamas- y arranqué.
Lo tenía todo preparado, las imágenes de las posibles situaciones al enfrentarme a Alex pasaban como flashes en mi mente.
Pero una vez llegué y aparqué frente al edificio me quedé en blanco mirando el volante. Poco decidida subí y el conserje me saludó amablemente.
El trayecto en ascensor se me hacía eterno. Jackson me abrió la puerta y Jana me recibió encantada.
-Menos mal que llega usted- me dijo quitándome el bolso de las manos y colgándolo junto a mi chaqueta dentro de un armario- el señor ayer regresó muy perjudicado- dijo llevándome hacia el sofá- pero usted no se preocupe.
-Ya lo sé- dije mirando a mi alrededor, parecía algo cambiado el apartamento- me llamó y por eso adelanté mi regreso- seguía inspeccionando aquel lugar, faltaba algo- Jana ¿Qué ha pasado con la mesita de vidrio?- pregunté curiosa.
-El señor…- dijo simplemente.
Pero será imbécil, encima se dedicó a destrozar su propio piso.
-¿Se ha levantado?- volví a preguntar dirigiéndome a la cocina.
-No, ni siquiera lo he intentado- dijo mirándome con miedo-¿Quiere que prepare algo?
-No, tranquila. Ve a descansar yo me encargo- dije sonriéndole y ella se retiró silenciosamente llevándose a Buster.
Me apoyé en la encimera y miré la brillante superficie de acero del lavaplatos. ¿Cómo se puede ser tan tonto? ¿En qué estaba pensando?
Preparé una sopa simple y junto una jarra con agua y aspirinas me encaminé hacia la habitación.
Abrí despacio y estaba a oscuras, dejé la bandeja en una mesilla y cerré las cortinas y con el mando levanté apenas las persianas.
Alex se removió y gruñó. Negué con la cabeza y un sentimiento de amargura me subió hasta la boca. Me senté en la cama, Alex estaba abrazado a mi almohada.
No sé por qué hacía estas cosas, no lo comprendía. A veces todo parecía idílico y otras parecía estar viviendo un infierno personal.
Le acaricié la cara deslizando el pulgar desde su frente, pasando por la recta nariz, por su mejilla y por último el labio inferior.
Él parecía indiferente ante los mimos y seguía respirando hondo, sumido en un pesado sueño.
Hice el intento de irme, pero algo me aferró de la muñeca, me asusté y miré horrorizada la mano que me retenía. Tenía los nudillos ensangrentados, las sábanas estaban ensangrentadas también. Tiró de mí hasta que estuve recostada cara a cara.
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Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...