Cuando empecé a despertarme Paul enseguida lo notó, ya que las lágrimas comenzaron a fluir otra vez como torrentes desbocados que iban a morir en la almohada, y los sollozos se unían.
-Ya está…- me decía acariciándome el pelo- ya no llores más.
-Es que no puedo- dije quejándome.
-Esto cuenta como horas extra- dijo cogiéndome por las muñecas y haciendo que me sentara.
-Ya claro- dije mientras me sentaba en el borde de la cama y sacándome una sonrisa.
-Eso me gusta más- dijo levantándome la barbilla- y ahora a la ducha- vamos, vamos.
-No quiero, quiero quedarme por siempre en esta cama- dije haciéndome la remolona.
-Te recuerdo que hoy cenas con Melissa…- dijo dando media vuelta y dirigiéndose a la puerta- y que hoy es sábado…- y me guiñó el ojo.
-No pienso ligar con nadie Paul- dije un poco molesta ya caminando hacia la ducha.
-Ya claro- dijo girando los ojos- y a mí me gustan los coños- dijo saliendo de la habitación- dúchate y vamos a desayunar- gritó.
-Serás mandona…- dije pensando que no me oiría.
-Te he oído- dijo asomando la cabeza por la puerta- y sí, mucho.
Después de ducharme me miré en el espejo del lavamanos, tenía las ojeras marcadas, inflamadas de tanto llorar. Se me veía cansada, y en realidad estaba agotada, pero mentalmente.
Saqué de tocador del vestidor el maquillaje y me tapé como pude las ojeras, me puse algo de base, delineador de ojos, sobra beige y rímel. Una vez presentable y con la bata de seda negra que me había comprado hacía bastante tiempo, me planté ante el tremendo vestuario y lo vi vacío. Cogí el vestido negro del día de la presentación de Alex y junto a los zapatos nude, salí al encuentro de Paul.
-Uy, pero que arreglada- dijo cogiendo su chaqueta- ¿Nos vamos?
-Paul, tienes algo importante que hacer estos días- pregunté cogiendo tan solo el móvil y la cartera de mi bolso.
-No, si quieres me puedo quedar a hacerte compañía- dijo.
-¿Tu novio?- pregunté buscando mi chaqueta.
-Tranquila está en casa de su tía- dijo abriendo la puerta.
-Bien, nos vamos hoy a la noche a Londres- dije saliendo por la puerta mientras él se quedaba parado mirándome- no hace falta que hagas maletas, paga la empresa- dije levantando la ceja.
-Me tendré que acostumbrar a estos cambios de humor, es algo que todavía me choca- dijo entrando al ascensor- y por cierto me gusta esta forma de vengarte de tu “socio” empresarial.
-¿Yo? ¿Vengarme? No- dije sonando nada convincente.
-Pues yo te invito a desayunar ya que tu- dijo haciendo el gesto de comillas con los dedos- me invitas a Londres…
-Y a Milán, no te olvides- dije saliendo del ascensor y parándome frente al portero.
-Buenos días señorita Green- dijo.
-Buenos días- respondí sonriendo con las gafas de sol en la mano- Le quería comentar una cosita
-Dígame- dijo levantándose detrás del mostrador.
-Desde hoy a la noche hasta posiblemente el jueves no estaré- dije abriendo las patillas de las gafas- si alguien pregunta por mí, diles que no hay nadie que se llame así en este edificio- dije mirándolo serio.
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Emily Wolf ©
General Fiction[Emily es secretaria de la famosa directora de la revista "Cúspide of moda". Su rutina se ve alterada por la aparición de un atractivo hombre en las oficinas centrales. Ese mismo fin de semana, Emily es invitada a una fiesta dónde se vuelve a cruzar...