🌜XXXV🌛

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El silencio de la sala era simplemente abrumador, sentía la mente pesada y el cuerpo cansado. La incógnita se sentía tremendamente molesta.

-Akko yo... Diablos, no sé como decirlo.

Charriot parecía disgustada con las palabras que pensaba decir, y eso le molestaba, pero no lo dijo.

-- Akko, tú eres mi hija y yo soy tu madre.

Las palabras cayeron en ella como concreto duro y seco, inmediatamente las lágrimas comenzaron a salir de nuevo, salían y por más que tratase no paraban de deslizarse en su cara. Sentía como el dolor desgarraba su pecho y subía como fuego en su garganta, cada vez que el aire salía no podía entrar, sentía como en sus pulmones el aire se esfumaba, y como latía desenfrenadamente el corazón en su pecho.

La desesperación se ilustró en su cara y la ansiedad se clavó en su cabeza, tratando de recuperar aire comenzó a hiperventilar, pero claramente no funcionaba, dobló su cuerpo y comenzó a marearse, miró el piso y comenzó a tambalearse sentada donde estaba. Miró a Charriot y sintió como todo temblaba a su alrededor.

Charriot tomó con fuerza su cara con sus manos, y comenzó a hablarle para que se calmara.

--¡Tranquila Akko, tú solo respira conmigo! - Miró directo a sus ojos, y comenzó a marcar su respiración para que Akko le siguiera el ritmo.

A pesar de eso, parecía que Akko estaba cada vez peor, tenía la cara roja y su miraba estaba apelmazado por sus párpados.

-Akko, mírame a los ojos, ¡vamos Akko respira conmigo!.

Esta lentamente apoyó sus ojos con los de Charriot, el fuego que en principio estaba en su pecho ahora se expandía por su cuerpo de manera arrasadora, sentía los dedos acalambrados y como un hormigueo incesante se instalaba en su columna.

-- Akko, por favor linda respira conmigo.

La desesperación se enmarcaba en Charriot, la cual volvió a tomar a Akko por la cara y comenzó de nuevo a respirar tranquilamente para que esta le viera. Akko miró a Charriot y con el corazón completamente acelerado y su cuerpo temblando trató de seguir los movimientos de esta. Le ardía el pecho cada vez que un poco de aire entraba en su organismo, pero solo siguió haciendo lo que hacía Charriot hasta que dejó de doler, de pronto pudo sentir de nuevo su respiración con normalidad. Aún así, el dolor de cabeza le estaba matando.

-¿Cómo fue que pasó esto?, estoy completamente perdida, ¿Y mis padres, ellos saben esto?.

En su cabeza un sinfín de preguntas se adentraban en ella, dejó de lado todo, pero había algo que no podía ignorar... Charriot era su madre.

No cabía en su cabeza ese pensamiento, no podía terminar de procesar que era lo que pasaba, no podía creerlo, solo no podía.

En su interior comenzó a crearse un resentimiento obscuro. Era el sentimiento de abandono que se adentró dentro suyo y como si de un cuchillo se tratase, abrió una herida tan dolorosa que hasta su cuerpo tembló.

Derrepente vio a los ojos de Charriot y sintió que ella misma no estaba al nivel de sentir eso, no era justo aquello que comenzaba a afrontar, para ninguna de las dos. Algo más había detrás de eso.

Luego de aquella vez, nunca más había sentido un sentimiento negativo hacia ella y su persona, podía decir que cada día la admiraba más por el valor y valentía que demostraba hacía los demás. Pero ahora... ahora no sabía que sentir.

-Ellos sabían que tu madre era Charriot Du nord, pero no saben nada de Úrsula Callistis.

La mayor todavía esperaba una respuesta de Akko, hasta ahora esas habían sido las únicas palabras que había dicho sobre el asunto, además del evidente ataque que tuvo. Se sentía como una mierda, así se sentía desde que le había dejado allí sola, pero ahora, el sentimiento abordaba todo su cuerpo, toda su alma, se sentía una basura, una criminal.

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No Seas Su Sumisa~Amanda xAkko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora