💜 XIX 💙

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"Labios color mentira"

Los besos iban y venían, las caricias cada vez eran más picantes y sus ojos cada vez estaban más sedientos. La más alta sostenía a la otra por la parte baja de su cintura para que pudiera permanecer sentada en el aire o más bien dicho, sobre ella.

La otra tenia ambas manos en su cuello para intensificar los besos.

Ambas hipócritas de corazón.

La biblioteca estaba vacía, la luna ya estaba menguante en el cielo y las estrellas parecían enojadas, sus suspiros eran audibles por todos los pasillos de la extensa y solitaria biblioteca. Las manos de la menor bajaron de su cuello a su camisa sacando esta por completo.

Inmediatamente sus ojos rubí, sus labios durazno y su cabello castaño se le vinieron a la mente ...no podía hacerle esto a su pequeña.

—Di-diana ... Espera, no podemos hacerlo aquí, la luna nos observa—
Los besos pararon y la menor acercó sus labios al oído de Amanda para susurrar seductora mente.

—¿Desde cuándo te importa la luna?.

~ΔΔΔΔ~

Su cabello estaba adornado por una delicada margarita, sus ojos verdes destellaban amor, pero de los labios de Amanda brotaba la mentira carmesí, esta era pegajosa e insultante. Por último, en sus manos descansaba una daga oxidada y mortal.

Sus labios estaban secos y su frente estaba plagada de sudor dejando en claro la pesadilla, sus ojos destellaban y su corazón angustiado no paraba de latir. En menos de dos minutos de un completo Shock no recordaba la totalidad de su delirio y tres minutos después ya había logrado calmarse y tratar de dormir.

La mañana siguiente fue caótica, el miedo y la emoción se apoderaban de su mente y el no saber que llevar hacia su aventura le ponía nerviosa.

—Tranquila Akko todo estará bien en tu expedición, además ya hemos estado en el bosque Arctulus antes —habló Lote tratando de calmar el nerviosismo de su amiga.

—Además los monstruos de allí no te comerían por que les sabrías a bruja— fue sucy la que habló con burla.

Akko guardó un botiquín de primeros auxilios, una navaja, algunas galletas para el camino, unos apósitos y alcohol etílico. Una vez todo guardado se despidió de ambas compañeras y se dirigió a la habitación de Amanda acariciando el amuleto que el día anterior su maestra le había obsequiado.

Al llegar, Amanda ya tenia su mochila preparada, ambas y como un equipo se dirigieron hacia la entrada de luna nova y una vez dieron tres pasos afuera, tomaron sus manos con dulce caricia.

—Tuve que decirles a las chicas que hibamos al bosque arctulus, tengo miedo de no poder cumplir la promesa de llegar sanas y salvas.

Amanda no respondió y siguió contemplando el paisaje verde.

—La maestra Úrsula nos a dado una ayuda, espero que sí funcione.

Amanda seguía sin responder, la culpa ocupaba su mente. Akko esta vez sin vendas que adornaran sus brazos, comenzó a ver destellos de colores, como pequeñas luces que hiban y venían, incitándola y logrando que se marease, no le hizo caso al aviso de su cuerpo y solo siguió caminando.

Así, distantes y callados fueron los kilómetros siguientes, dado el punto de llegar a la aldea siguiente de la suya, por fin pudieron abordar sus escobas. Akko se manejaba con dificultad por los aires, algunas veces esquivando aves y otras tratando de que el aire frío la tirase de un sopetón, pero más que nada, intentando que la migraña incesante en su cabeza no la desconsentrara.

Al llegar la noche y sintiendo como el frío se colaba por sus huesos con una brutalidad infalible, ambas ya habían llegado al comienzo de una inmensa montaña, aterrizaron en el suelo y miraron hacia arriba, el pico de la montaña no era visible por la lejanía, una inmensa capa de hielo y nieve adornaban esta. Decidieron acampar allí, para el día siguiente ser lo suficientemente fuertes. Amanda prendió una fogata y ambas se sentaron frente a esta.

El corazón de Akko lloraba de tristeza, su cabeza dolia y su labio inferior temblaba, evidentemente no se sentia bien, varias fueron las veces que intentó entablar una conversación, pero Amanda solo respondia con un asentimiento de cabeza, ¿acaso se habia aburrido de ella ? Estaba dispuesta a averiguarlo.

Se levantó de su lugar para sentarse a orcajadas de Amanda.

—A-akko ¿que haces? —dijo antes de ser callada por un beso por parte de Akko, la agarró por la cintura mientras Akko acariciaba su espalda, las caricias subieron de tono y de pontro Amanda se encontraba sobre Akko ambas besandose como si al día siguiente desaparecieran.

Cuando Amanda estaba por retirar las prendas superiores de Akko, sintió como algo salado y humedo escurría de sus ojos. Akko lloraba y eso la asustó, solo atinó a abrazarla con dulzura.

—Amanda, lamento no ser lo suficientemente buena para ti.

Ambas acostadas en el suelo, comenzaron a observar las estrellas.

—La que no es suficiente para ti soy yo, nunca pienses que eres menos qe alguien. Tú eres especial siendo como eres, mi pequeña.

Al mirar a Akko esta lucía dormida, sus parpados estaban cerrados y en su rostro reposaba la tranquilidad, desde su punto de vista podía ver sus largas y encorvadas pestañas.

—Lamento todo lo que he echo, pero lo hago por tí. Prometo que algun dia todo terminará y ese día podremos mirar las estrellas con tranquilidad.

Amanda cerró sus ojos y comenzó a dormir, ambas durmieron acurrucadas y con el corazón sangrando.

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No Seas Su Sumisa~Amanda xAkko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora