🧸XXXVIII🧸

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Apenas cruzó la puerta hacia el exterior, el viento veraniego le sacudió el cabello. Se detuvo a pensar en lo que haría, pero ya estaba harta de pensar, y sin dudarlo hizo lo primero que se le vino a la cabeza.

Se quedó en el lugar, vio el primer árbol más cercano que tenía en frente y contó tres árboles a la izquierda, se acercó rápidamente antes de que alguien que estuviese en las ventanas de las habitaciones la viera, y apenas estuvo frente a este, trepó lo mejor que pudo por el tronco hasta una de las ramas más firmes, hasta que por fin había dado con lo que buscaba.

Como si fuera parte del árbol, una bolsa  color verde (para que disimule mejor entre las hojas) colgaba de una de las ramas más altas. Se paró en la rama y tomó el saco, desató el nudo y sacó un par de cigarrillos algo húmedos por el clima. Volvió a enredar la bolsa donde estaba originalmente y bajó de donde se encontraba.

Sabía que sí fumaba allí, lo más probable era que alguien se alertara por el humo, o que una pizca de olor llegue hasta sus narices. Está de más decir que estaba sumamente prohibido cualquier cosa que se le pareciesen a los cigarrillos dentro de la academia, tanto como para alumnas como para maestras. Pero con Amanda habían encontrado la forma más sutil posible de esconderlos por aquí, de echo, era el mismo árbol donde se habían prometido amarse a pesar de todo lo que ocurriera.

Había aprendido tantas cosas como esta de Amanda, que comenzó a reír al recordar cada cosa que se le venía a la cabeza, una sonrisa se pintó en sus labios y con la luz de su varita caminó por el desolado jardín hasta llegar a una pequeña laguna de agua azulada que se escondía dentro de la penumbra.

Caminó con pasos cortos y cansados hasta el borde del agua, se sentó allí con la frustración brotando de los poros, no entendía nada de lo que estaba pasando y eso le abrumaba de una manera inimaginable. Desató sus cordones, se deshizo de sus zapatos y medias, y sumergió sus pies en el agua con lentitud. Se acostó en el húmedo césped y mirando directo a las estrellas, prendió un cigarro.

Le dio una pitada larga y guardó el humo unos segundos dentro de sus pulmones, miró al cielo y lo soltó lentamente, logrando sentir así como los nervios iban poco a poco calmandose dentro suyo. Miró hacia arriba y vio las estrellas conjunto con la luna, acompañándola en su solitario paseo.

Se colgó en las mismas estrellas que tenía en frente, se perdió en la inmensidad de estas y en la belleza que esta noche desprendía. Lentamente todo se fue calmando, su corazón, las ansias y la tristeza, hasta que la incertidumbre que siempre le acechaba volvió a implantarse en su cabeza, nuevamente.

Pensó en lo último que había pasado, primero había ido con Irisis, luego habían peleado, después alguien le había salvado de sus garras y había amanecido horas después sin el collar de Úrsula para luego recuperarlo y escapar de las garras de la bruja de Irisis.

Volvió a acercar el cigarro a sus labios al pensar en ese collar, llevó su mano libre hasta su cuello y lo acarició con las yemas de sus dedos. El pensar en el pasado de la piedra y en los cuellos que habían lucido la cadena que ahora se posaba en su pecho, la piel se le ponía de gallina.

Aunque lo dijiera en voz alta no se lo creía, Úrsula era su madre y su sangre era la suya, rió al pensar en la regañadera que se llevaría si se enteraba de sus malos hábitos, como el mismo que estaba cometiendo ahora mismo.

Siguió inmersa en la obscuridad del cielo y sus alrededores, pensó en Lotte y en lo triste que se le escuchaba, lo mala amiga que era por no haberse fijado antes en eso y en la conversación con Úrsula.

También pensó en los ojos verdes de Amanda, y la frustración que demostraban cuando no pudo encontrarla en el bosque al momento de perseguirla. Y para el final dejó el dulce pensamiento de sus manos tocando suavemente su mejilla y acariciando sus labios con los suyos, y esa escena más que hermosa le pareció triste.

¿Pero acaso había sido solo culpa de Amanda? Con toda esta situación nunca podría darle lo que Diana sí, una relación feliz y estable acompañada del amor de su corazón. Ahora mismo le parecía una estupidez pensar en una relación con todo lo que pasaba, y seguramente ella lo había visto de la misma forma en el momento que las cosas comenzaron a complicarse. Aunque eso nunca sea una escusa para engañarla e ilusionarla de esa manera, ocultarcelo y pretender que eso no la lastimase. Amanda había sido una completa idiota y no había peros en eso.

Se sentía sola.

Derrepente, un sonido extraño se escuchó detrás suyo, como si algo ubiece caído o chocado con algo pesado y sólido. No le dio importancia, le dio una suave calada a su cigarrillo y comenzó a mover los pies en el agua ligeramente.

Pasaron unos minutos cuando volvió a escuchar un ruido, pero esta vez mucho más cerca y más nítido, miró detrás suyo y se le cruzó una pizca de miedo cuando una figura humana se posó detrás suyo. Una corriente eléctrica recorrió sus extremidades y dando un salto en el lugar se paró rápidamente, dejando caer su cigarro a un costado.

—Pulmón, esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, cérvix, cuello uterino, colon, recto y leucemia mieloide aguda.

Escuchó el acento italiano provenientes de esas palabras y el cuerpo se le tranquilizó, al parecer, a Camillo le encantaba asustarla cada vez que se encontraban.

—¿Y eso?

Caminó hacia ella y comenzó a desatarse los zapatos, tenía la misma sonrisa arrogante de siempre y los mismos ojos obscuros que resplandecían a la luz de la luna.

—Los tipos de cáncer que puedes desarrollar a causa del cigarro.

Sonrió, algo de eso le había echo gracia, Camillo se sentó en el mismo lugar en el que antes estaba y volvió a sentarse, pero esta vez con compañía.

—De algo hay que morir ¿no?.

La miró mientras se colocaba en los labios el cigarrillo que había sacado de la caja en sus pantalones.

—Ese es el punto Bel Fiore.



🍄🍄🍄🍄

¡Volvió Camillo!

La verdad es que este personaje va a comenzar a tomar un rumbo muy importante en la historia y quería que lo sepan, y eh visto que a algunos les a gustado mucho.

Muchas gracias por leer este capítulo, no olviden darle a la estrellita, comentar, usar tapa bocas y nariz y tomar mucha agua.

Chauu y muy pronto nos volveremos a leer jajaja

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No Seas Su Sumisa~Amanda xAkko Donde viven las historias. Descúbrelo ahora