— Yo... Debería irme, es muy tarde y no creo que mis amigas estén muy contentas de que me tropiece con lo que encuentre en mi camino a esta hora de la madrugada. -—Se levantó del verde césped y se sacudió la falda.
—Akko, espera, antes de que te vallas...—Camillo tomó su antebrazo y frenó los pasos de Akko, sus ojos brillaron, y habló mirándola a la cara —Fue un gusto pasar la noche contigo —Akko dio una media sonrisa —en serio.
—Lo dices como si hubiéramos hecho otra cosa.
— Esto fue mejor que el sexo.
Con los ojos iluminados a la luz de su propio esplendor, se despidió y fue caminando, hasta un poco corriendo, por el bosque, sus pasos se escuchaban claros y húmedos por el rocio que tenía el césped, todavía era de noche, pero ya se podía escuchar el cantar de las aves a todo volumen. La niebla hacia que no pudiera ver sus propios pies, y el viento frío acompañado del silencio sepulcral le ponía los pelos de punta, se sentía en un cementerio.
El dolor de cabeza debido a la falta de sueño se asomaba, con cada paso sentía las medias humedas y como las manos le sudaban, en su frente se deslizaba un sudor frio junto con la piel que se le ponía de gallina, estaba incómoda, esa angustia invisible se acomodaba detras de su nuca y allí burbujeaba.
Miró arriba y entre las ramas, algunos rayos de sol muy débiles se filtraba entre las verdes. El sol se asomaba y tenía que apurarse si no quería que la descubrieran fuera.
A estas horas ya le sería inevitable poder dormir, además, aunque pudiera, el corazón se le salía del pecho y brincaba por la ansiedad. En su mente las ideas no paraban de bailar y un extraño rayo de electricidad le recorrió la espalda.
Pasó junto al árbol indicado, se aseguró que la bolsa estuviera en su lugar y procurando que nadie la viera por las ventanas, avanzó rápido hacia la puerta trasera de Luna Nova. El corazón le latía rápido del frenesí, abrió la puerta con sumo cuidado y con el silencio sepulcral de fondo la puerta chirrió, marcando el eco del taconeo de sus zapatos contra la fina madera.
Pasó por las alfombras de los pasillos con tranquilidad, sentía un poco de miedo a que alguien se diera cuenta del olor a tabaco en su ropa, pero no lo veía muy seguro ya que todos estaban durmiendo. La luz azul en el cielo comenzaba a ser cada vez más clara en una velocidad impresionante, las nubes en el cielo comenzaban a tener tonos rosados y rojizos, los pastos cada vez se veían más verdes y de a poco las estrellas se hiban perdiendo con la luz clara.
El dolor de cabeza debido a la falta de sueño hizo que se sujetara en el marco de alguna ventana.
Sintió unos pasos detrás suyo, su corazón comenzó a latir frenéticamente por el miedo de ser descubierta, y antes de poder reaccionar reconoció esa cabellera naranja y unos ojos verdes que le hicieron estremecerse, se rindió y simplemente se apoyó en el marco nuevamente.
No podía recordar la última vez que había dormido con tranquilidad, o siquiera pudo probar vocado sin que su estómago se estrujara. Tal vez, había sido antes de aquel maldito viaje, por no decir que mucho antes de eso. El mareo parecía marcharse, sus ojos podían ver con más nitidez las sombras de sus zapatos y del par que descansaba al lado suyo. Amanda se encontraba a su lado, podía sentir el calor que emanaba su cuerpo y una rara sensación de angustia que derrepente, de un día para el otro, le caracterizaba. Se sorprendió cuando esta comenzó a hablar.
—Se que no me he portado muy bien contigo...
Soltó de zopetón, con la voz calma y la vista en lo profundo del bosque ahora iluminado claramente de la luz del sol.
—Ni que lo digas.
Akko levantó la cabeza y miró fijamente hacia sus ojos.
—¿Cómo a estado todo? No se te ve muy bien.—Dijo Amanda, ahora mirando hacia Akko.
- ¡Oh, de mil maravillas!, cada día me siento más llena de gracia y vida que nunca.
Dijo con un marcado sarcasmo, el cual no pasó desapercibido por Amanda que soltó una pequeña risa y sonrió hacia Akko. Y aunque la castaña no lo admitiera, esa sonrisa le encendió un poco el corazón.
—Te debo un par de explicaciones, me gustaría que sepas tod...
—No necesito explicaciones, aclaraciones o saber que es lo que ocurrió, para mi fue muy claro.
Akko situó en su lugar y comenzó a caminar en dirección a su cuarto. Hasta que una mano en su antebrazo le impidió moverse, se quedó en el lugar con la cabeza gacha, expectante a lo que tuviera para decirle.
—Akko, todavía te amo.
Al sentir sus ojos cristalizarse decidió no voltear y simplemente contestar a esa confeción.
—Yo también, y no sabes cuanto, cuanto te extraño, que siento que en cualquier momento moriré...
—¿Y entonces?¿Por qué no me miras?¿Por qué no te giras y me besas?...
—Porque desde ese día, me ha quedado claro que de amor no se puede vivir.
Y ahora sí, soltándose del agarre de su suaves manos, se dirigió con paso firme a su suave cama, donde esperaba poder dormir un par de largas horas.
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Hola 👋
Sinceramente no se como empezar a explicar lo que seguramente quieren que explique... Como:
¿Por qué diablos no actualizo capítulo hace una década?
La verdad, no lo sé del todo, podría decirse que hoy más que nunca me siento bien, bien conmigo, con lo que soy y con mi entorno, pero de esos problemas que he tenido se han resuelto como el 5%, lo que me a permitido seguir con la historia pero nose si sentirme del todo bien.
💗En verdad los aprecio mucho y espero que sepan perdonar nuevamente a esta escritora tan irresponsable 💗
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No Seas Su Sumisa~Amanda xAkko
FanfictionUna nueva maestra es contratada por Luna Nova, "La bruja", que solo sabe aprovecharse de las buenas intenciones y alimentarse de las esperanzas de Akko. Donde a oídos sordos, la mano propia debe tomar fuerza y atreverse a tirar la primera piedra, d...