venticinque-

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No escape, 사라진 감각,
can't feel my fingers (ah-ah-ah)
걸렸어, you got me wrapped up around your fingers
날 사로잡은 너의 손길에 취해 가I want it more,
I need it more
퍼져 가는 poison,
중독되는 potion
경계할 위협감은 사라져 now


—Venom, Stray kids.


Había despertado hace algunos días.

Después de que el chico de ojos verdes había salido de su habitación gritando que había abierto los ojos y que un montón de gente que no conocía entrara por su puerta, entro en un estado de profunda confusión.

¿Dónde estaba?

¿Quiénes eran esas personas?

Y, aún más impórtate, ¿Quién era el? ¿Por qué le decían Stiles? ¿Qué demonios era un Stiles?

Un hombre de piel morena se encontraba frente a el, mirándolo con una ceja alzada y apuntando una linterna a su rostro.

—¿Podría apartar esa cosa de mi cara?, lleva como una hora haciéndolo. No porque vaya a dejarme ciego significa que voy a recordar todo de repente.— Dijo el castaño enfurruñado. 

—Bueno, ni con amnesia pareces dejar el sarcasmo, la burla y el mal genio.— Deaton rió. 

Stiles rodó los ojos.

—Hay personas que quieren verte, así que mejor me retiro y les dejo pasar.

—Oh, por favor no.— Gimió el chico con pesar, cerrando fuertemente los ojos.— Siempre que entran esa manada de bobos, me abrazan y me llenan de besos y me hacen preguntas que no sé contestar. Hacen que me duela la cabeza, me caen mal. 

Deaton volvió a reír, divertido.

—Él único que me cae bien es el grandulón pelinegro que siempre tiene cara de culo, porque no habla.— Se cruzó de brazos.

—Los dejaré pasar... a todos, Stiles.— Ladeó la cabeza y salió del cuarto, dejando la puerta abierta de par en par.

—¡Tu también me caes mal, doctor misterio! ¿¡Y qué demonios es un Stiles y por qué todos me llaman así!?

No obtuvo respuesta, por lo que frunció el ceño y volvió a acostarse en la cama. No lo dejaban ni pararse a ir al baño, y su vejiga lamentaba mucho eso algunas veces.

Quizás si se hacía pipí en la cama entendieran que era una necesidad y lo dejarían ir al baño, solo. 

—Hola, Stiles.— Una pelirroja asomó su cabeza por la puerta y entró, seguida de muchos chicos y chicas más.

—Hola, rojita.— No recordaba su nombre y cada vez que ella se lo decía lo olvidaba, no guardaba muy bien los nombres. Solo Melissa, porque era la enfermera que lo venía a ver siempre, junto con el Doctor misterio (no quería ni aprenderse su nombre, le caía mal) y Derek, el grandulón con cara larga que le caía bien. Y por su puesto, Noah, quién era su ''padre''. 

—Mi nombre es Lydia, te lo he dicho mil veces.— La pelirroja hizo un puchero y el apretó los labios.

Gracias por decirlo de nuevo, es tan importante que probablemente se me olvide en media hora, pensó. 

—Como sea, ¿Qué preguntas que no puedo responder me harán hoy?— Preguntó, malhumorado.

—Uhmm... no, nada de preguntas, Deaton nos sermoneó por preguntarte tantas cosas, dijo que no te presionáramos tanto o podríamos desencadenar un nuevo fragmento en tu memoria, o algo así.— Un chico moreno, con un tatuaje de dos líneas en su brazo fue el que habló esta vez, tenía la cabeza gacha y su voz temblaba un poco.

Stiles ladeó su cabeza con curiosidad.

—Bueno, gracias a Dios, Buda o lo que sea que me haya hecho este gran favor.— Stiles agitó un poco sus brazos.— Creo que lo justo es que ustedes me respondan una preguntas a mi, ¿no?, para estar a mano, digo.— Sonrió.

Todos se miraron entre ellos y asintieron después de un rato.

—Bueeeeeeeno. Primera pregunta: ¿Qué es un Stiles y por qué todos ustedes me llaman así?

El que respondió fue el mismo chico del tatuaje de las dos líneas:— Es tu nombre... O bueno, en realidad tu nombre es Mieczylaw, pero como casi nadie lo puede pronunciar, les dices a todo que te llamen Stiles.

Stiles asintió.

¿Y por qué carajos había elegido Stiles como apodo? ¿en qué demonios estaba pensando?, seguramente en nada. 

—Uhmm... bueno, en realidad esa era mi única pregunta; bueno, tengo dos más ahora... Este... ¿Cuándo es mi cumpleaños? yyy... ¿Dónde está mi madre? porque si Noah es mi papá, debo suponer que tengo también una mamá... ¿no?

—Tu cumpleaños es el veintidós de enero...— Respondió una voz atrás de todos. La manada se apartó, dejando ver a un Derek Hale enfundado en unos jeans negros apretados, una camisa blanca y una chaqueta de cuero negra. Todo parecía estar sumamente apretado, Stiles se preguntó si podía respirar adecuadamente.

—Oh, vaya. Así que en realidad tienes voz, pensé que te habían cortado la lengua o algo por el estilo.— Stiles sonrió y luego soltó una risita.

Derek frunció el ceño, pero no dijo nada más. Stiles extrañaba un poco cuando solía hablarle dulcemente para pedirle que despertara, o cuando acariciaba su rostro de manera suave; pero ahora estaba un Derek frío y de apariencia ruda, para nada dulce. Aún así le caía bien, porque no le llenaba de preguntas.

—Bueno y... ¿la otra pregunta?

El chico del tatuaje en el brazo, Scott recordó que se llamaba, tragó con fuerza y susurró un:— Emm... tu madre murió cuando estabas muy pequeño...

Stiles escuchó ese susurro y abultó sus mejillas, frunciendo el ceño. Sintió dolor en el pecho y un extraño sentimiento de nostalgia, pero... ¿Cómo podría dolerte o extrañar algo que ni siquiera recuerdas?

—...¿Tienes alguna otra pregunta?— Habló la pelirroja.

Stiles negó suavemente con la cabeza.

—No tengo otra pregunta, por ahora, pero... me gustaría que me dejaran solo por un momento.— Musitó, su cabeza había empezado a doler.

La manada se retiró en silencio, y Liam, quién fue el último en salir, cerró la puerta tras el.

Stiles empezó a llorar, sin saber muy bien el porque.

¿Por una madre muerta que no recordaba?

¿Por el dolor de cabeza?

¿Por no poder recordar algo?

¿Por frustración?

¿Por qué estaba llorando? ¿Por qué de tantas cosas?


Nota de la autora:

Holi, aquí el capítulo veintiséis. Las clases me están matando lentamente, pero encontré un espacio para subir este capítulo.





©Ade

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora