Otto-

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No le temo a la muerte como todos lo hacen, lo que yo siento por ella es más como

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No le temo a la muerte como todos lo hacen, lo que yo siento por ella es más como... un anhelo. Anhelo su llegada, como un fiel perro esperando a su amo.


¿Alguna vez has extrañado tanto a alguien? tanto, pero de una manera tan profunda que duele. Pues Stiles extrañaba a su madre, realmente lo hacía. 

Extrañaba sus caricias, sus besos, la manera tan perfecta y divertida en la que pronunciaba su verdadero nombre. Extrañaba su rostro, su sonrisa y las dulces palabra de afecto que  solían serles susurradas en la noche.

La extrañaba a ella.

Y lo hacía con mucha fuerza. 

Se le estrujaba el corazón de una manera dolorosa al darse cuenta, cada vez que abría los ojo para comenzar un nuevo día, que no iba a verla. Que, cuando él bajara las escaleras, ella no lo estaría esperando en la cocina, con una torre de waffles y un beso. En cambio, lo esperaría la nada... porque su padre posiblemente estuviera trabajando y el tendría que darse sus propios buenos días y hacerse solo su desayuno.

También extrañaba a Scott, eso nunca lo iba a negar. Extrañaba a su amigo, a su hermano de otra madre... pero el ahora lo odiaba, y Stiles no podía hacer nada.

—¡No puedes jugar con eso!— Scott empujó el cuerpo del castaño, que ahora le pertenecía al nogitsune, fuera de la escuela.— ¡NO PUEDES HACER ESO!

Casi todos los estudiantes de Beacon Hills School estaba afuera, presenciando la pelea (que más parecía algún tipo de ''pelea'' solitaria o acoso, puesto que Scott golpeaba a Stiles y este no se defendía, sino que sangraba por los golpes, pero lucía una gran sonrisa en su rostro) de los que alguna vez fueron mejores amigos, hermanos. Sin embargo, nadie se atrevía a detenerlos-

—¡¿Crees que puedes venir a mi, y jugar con respecto a eso?! ¡Estás realmente equivocado Stiles, TAN JODIDAMENTE EQUIVOCADO!—Scott tumbó a su ''hermano'' al suelo y empezó a golpearlo con fuerza, con fiereza.

Estaba fuera de sí, descontrolado. Como un animal salvaje.

—No estoy jugando.— Fue lo único que respondió el castaño sin borrar la sonrisa de su nombre. Luego tosió con fuerza, su boca estaba llena de sangre. 

—¡Cállate, CÁLLATE!, ¡No quiero escucharte, no quiero que hables... solo cállate!— Sentía los huesos de la cara del contrario crujir en sus manos. Sabía que estaba yendo demasiado lejos, que podría matarlo si continuaba de esa manera, pero aún así... aún así quería seguir.

Quería verlo muerto, como él había visto a Allison. Como él había visto al amor de su vida.

Sin mucha fuerza, y con un simple y casi delicado movimiento, el nogitsune se quitó al hombre lobo de encima.

Scott y la manada lo miraron incrédulos. El Alfa verdadero intentó atacarlo nuevamente, pero con un solo golpe ya estaba de vuelta en el suelo, con la mano de lo que él creía y era Stiles apretando su garganta.

Se acercó a él, a su oído y le susurró.

—Escúchame bien, porque solo lo voy a repetir una maldita vez, estúpido lobo.— El nogitsune le sonrió con maldad y apretó más su cuello, sacándole un quejido de dolor al moreno.— Jodidamente no soy Stiles, él no está en este estúpido cuerpo. Ahora lo controlo yo, y yo soy el nogitsune; nunca más volverás a ver a Stiles en tu jodida vida, ¿bien?, él no volverá, está atrapado y ahí se va a quedar. ¿Si?— Chasqueó la lengua.— Aunque no creo que quieras verlo, por algo yo estoy aquí ¿no?, lo han roto tanto, pero tanto, que el solamente se rindió y me ha cedido el solito su cuerpo. —Quizás haya mentido un poco, pero ¿a quién le importaba?— Ya no podía soportarlo más, aún no puede, de hecho. Puedo sentir sus emociones como las mías propias, puedo sentir lo deshecho y herido que está. Puedo sentir su tristeza y dolor, también su decepción.

Todos y cada uno de los integrantes sobrenaturales de la manada escucharon con miedo y con algo de tristeza. Tragaron con fuerza cuando el nogitsune dirigió su mirada hacia ellos.

—No joda, ¿en serio son tan hipócritas?— Soltó una gran carcajada que erizó sus vellos por completo.— ¿Tristeza? ¿eso es lo que sienten? ¡Pues haberla sentido cuando le hacían todo lo que le hacían!, son taan idiotas.— La burla impregnada en su voz despectiva y esa maldita sonrisa que no se iba les hacía querer golpearlo, pero, desgraciadamente, aquel bicho tenía razón.

Se tomó un tiempo para reírse de aquellos estúpidos seres y luego dijo.

—Ahora, les hago una pregunta. Si en vez de mi, en realidad hubiese estado Stiles...¿Tu en realidad te hubieses detenido?— Le preguntó a Scott.— ¿En realidad lo hubiesen detenido?— Se dirigió a la manada.

Ninguno respondió.

—Eso es lo que pensé.


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En México, un moreno estaba sentado en su camaro, con teléfono en mano y una mirada seria.

—Entiendo, iré para allá. Salgo en algunos minutos.— Dijo, miró a la mercenaria a su lado y está le sonrió y asintió.— Braeden irá conmigo.

Colgó el teléfono y arrancó el auto.

Su destino era, nada más y nada menos que, Beacon Hills.


Nota de la autora:

¿No les pasa que están tranquilos y yo actualizo? JAJAJAJA

Aquí les traigo un nuevo capítulo, que me ha, extrañamente, costado mucho escribir, pero que espero que les guste.

¿Qué opinan de el Scott de este libro? ¿Lo odian?, porque yo sí jsjs.

All my love.






©Ade

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora