Sei-

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Más muertes

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Más muertes.

Más caos.

Y más preocupación para la manada.

La persona, o la criatura que estuviera asesinando a esas personas sabía ocultarse muy bien.

También estaba el tema de la actitud extraña de cierto castaño, quién ahora de repente parecía más seguro de sí mismo, más confiado. Vestía con ropas ajustadas y coqueteaba con cualquier chica o chico que le pasara por el frente, a veces se saltaba las clases, o se iba del colegio y no volvía. 

Noah, el sheriff (y cabe resaltar que padre de Stiles), también estaba preocupado por él, que se iba de la casa a altas horas de la noche, y no regresaba hasta que no fuera hora de ir al colegio. Con Deaton tenía esta... corazonada, vinculando los asesinatos, la katana (que curiosamente era el arma con la que se cometían todos los asesinatos, aporte dado por Kira Yukimura, quien parecía saber bastante sobre eso) y la actitud psicótica de su hijo, quién volvía a tener esas enormes ojeras, piel más pálida de lo normal y los labios rotos.

Parecía que estaba consumiéndose, como cuando...

Solo esperaba que Deaton y él se estuvieran equivocando.


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Estar atrapado en su propia cabeza no le era para nada genial. Y, sobre todo, no le era genial ver como el nogitsune asesinaba a personas a diestra y siniestra utilizando su cuerpo, ¡mientras que el solo podía jugar al Go! como si su vida dependiera de ello. Aunque... literalmente dependía de ello.

—¿Es linda la vista? — Preguntó el tipo de la cara vendada al contemplar que Stiles movía las piezas, pero tenía la mirada fija en la pantalla que, imaginaba y era lo que sus ojos observaban.

Ahí yacía un cuerpo con el estómago asquerosamente abierto gracias a la katana que el nogitsune portaba; la expresión de la víctima, un chico de unos... dieciséis años aproximadamente había quedado congelada en una mueca de puro pánico y miedo. Stiles quería llorar, quería gritar y dejar de jugar ese espantoso juego. Quería lanzar las piezas y el tablero fuera de ahí, quería levantarse del nemeton y golpear al nogitsune.

Quería hacer tantas cosas.... Pero no pudo, solo pudo mover las estúpidas piezas del maldito tablero una y otra vez.

Parecía que el juego no tenía un final.

Un juego eterno.

—Su cara es graciosa. — Dijo el nogitsune. Stiles no sabía que tenía de graciosa. — El miedo que tuvo fue tanto, que hasta me conmovió y me hizo replantearme lo que estaba haciendo. — Sabía que estaba bromeando, pues una criatura como el nogitsune no se conmovía, porque estaba llena de crueldad y maldad. Estaba jugando con su mente, tratando de llenarle de una esperanza que absurdamente Stiles tenía.— Pero, ya sabes, a mi no me va esa cosa de la ''benevolencia''.

Pasaron algunos minutos, quizás hasta horas, sin hablar, con el sonido de las piezas al depositarse con calma y fuerza en el tablero siendo el único sonido presente entre tanto silencio. Quería que todo acabara, que dejara de utilizar su cuerpo, quería dejar todo, que la manada encontrara una solución.

Incluso si esa solución tuviera que ver con su muerte.

Lo único que quería era ser libre, quería que las personas a su al rededor fueran libres. Su pare, Isaac, Kira... e incluso Scott y todas las personas de la manada. Y si para eso el tenía que sacrificarse, entonces lo haría.

—Creo que es hora de que tus amiguitos se enteren de que he regresado, ¿tú qué opinas?, me gustaría ver la cara de idiota que pondrá el Alpha verdadero al ver al asesino de su verdadero amor.— Pronunció lo último con un suspiro lleno de pura burla, mientras reía.

***

Kira notaba a Stiles algo raro. Ese ''ego'' y la actitud extraña que le había surgido de la nada, no eran para nada habituales en él. Isaac pensaba lo mismo que ella, pero ninguno sabía a qué se debía.

Quizás se había cansado de los malos trato que le proporcionaba la manada, y estaba dispuesto a cambiar su actitud.

O quizás, y solo quizás... No, eso no podía ser, si bien había estado sopesando esa idea, estaba cien por ciento segura de que sus sospechas estaban mal. Estaban mal... aunque todas las pruebas indicaran que si era cierto.

—¿Qué pasa, Kira? — Preguntó su madre, Noshiko, al ver a su hija tan distraída.

—No, nada, solo... Es Stiles, anda algo extraño. — Contestó la asiática sin mirar a su madre.

—¿Extraño de qué forma? — Noshiko depositó una tetera que tenía entre sus manos en la mesa. Luego, fue por algunas tazas.

—No lo sé... tiene esta extraña actitud ególatra, creída y a veces desaparece por mucho tiempo. También tiene un aspecto realmente malo que me preocupa. — Mordió la tapa de un lapicero que tenía en las manos con nerviosismo.— Me preocupa bastante, ¿Y si está enfermo? ¿Crees que debería ir a verlo...? ¿Qué estoy pensando? ¡Claro que debo ir a verlo!

Noshiko dejó las tazas en la mesa y le quitó el lapicero a su hija de las manos.

—¿Han hablado con Deaton?

—¿Por qué lo haría?, no creo que sea necesario. Digo, la manada parece estar avanzando en el caso sin su ayuda.

—¿Y por qué no lo harías?, creo que deberían hablar con él. — Insistió su madre, con extraña calma.— Después de todo, es el druida de la manada, es de suma importancia y podría serles de más ayuda de lo que ustedes creen.

—¿Por qué lo dices? — Preguntó Kira alzando una ceja.

—Simple... opinión.— Noshiko sonrió, sintiendo una puntada en su pecho.

—Estás teniendo una actitud extraña. — Señaló la menor con desconfianza.

—Solo te digo que deben hablar con Deaton. — La mayor alzo las manos.

Aunque por dentro estaba realmente preocupada.

Solo esperaba que no fuera lo que ella estaba pensando.






©Ade

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora