Las cosas estaban empeorando, mucho.
Stiles ya no conseguía dormir, y si lo hacía, las pesadillas lo atacaban como nunca antes. También tenía este sentimiento de paranoia, sentía que alguien lo veía, que lo seguían a todas partes, y sentía una increíble inseguridad.
No sabía si la cosa dentro de él estaba haciendo eso, pero fuera lo que fuera, quería que parase ya. Estaba volviéndose loco, y lo podía jurar.
Su padre y los demás aún no lo notaban, pero tampoco faltaba mucho para que lo hicieran, pues el comportamiento de Stiles no era el más normal. Se veía muy nervioso y cansado, durmiéndose en clase y despertándose gritando.
Y cada vez se perdía más...
La voz en su cabeza, perteneciente al nogitsune, se hacía más fuerte con el pasar de los días, gritando cosas como: ''¡Déjame entrar!'' o ''Eres débil, Stiles'', ''Si me dejas entrar, serías más fuerte. Seríamos más fuertes''
Pero él estaba tratando de no ceder, no quería que se repitiera lo mismo de hace unos meses. Pero estaba tan... cansado y no quería pelear más contra esa cosa, a veces solo quería darle por completo el control de su cuerpo y que hiciera lo que le viniera en gana, pero el tan solo recordar todo el daño que había ocasionado antes le frenaba.
Solo quería dejarse llevar, pero a la vez quería luchar para no hacerlo. Era un gran dilema, que le hacía debatirse entre lo que sabía que estaba bien, pero le dolía y cansaba, y lo que estaba mal, pero que sería la mejor opción para el dejar de sentir tantas cosas negativas.
Y era como, realmente agotador todo eso, lidiar con tu propia mente todos los días, cuando el nogitsune decidía jugarle bromas y le hacía ver cosas que no eran, como una Allison reprochándole por haberla asesinado, o con Aiden diciéndole que no el era malo y que no entendía porque le había hecho eso.
—¡Stiles! — El grito de Mónica, la chica con la cual estaba haciendo un trabajo de química, lo sacó de su letargo.
—¿Ah? — Fue lo único que pudo articular. Tenía tanto sueño, las noches de insomnio parecían pasar factura en las mañanas.
—¿Estás bien?, te he explicado la misma fórmula cinco veces y nada que respondes. —La pelinegra frunció el ceño.
—Sí, sí, solo... no he dormido muy bien, es solo eso. — No era del todo una mentira, así que estaba bien.
—Bueno... Procura prestar atención, porque no lo repito otra vez y la señora Thompson ha dicho que si no sales bien en el próximo examen de química te reprobará. — Stiles asintió y la chica empezó a explicarle nuevamente.
Hubo un punto en el que dejó de escucha la voz.
Parecía que se había calmado, o que incluso se había ido.
Pero la realidad le golpeó con fuerza en la cara. Intentó dormir, se relajó, dejó de pensar y lo logró, pudo sentir su mente descansar, pero... le cedió el control a la inconsciencia.
Y cuando despertó, se encontró frente a frente con un hombre de cara enredada en vendas y gasas, con la boca llena de filosos y sucios colmillos. Adelante, en el tocón que quedaba del nemeton, estaba un tablero de Go, un juego de mesa chino que le traía muy malos recuerdos. Reconocía esa escena, reconocía el lugar, había estado encerrado ahí tiempo atrás.
Cuando su cerebro por fin registro lo que estaba pasando, quiso gritar, no sabía si de miedo, de impotencia o de rabia, solo sabía que quería gritar.
El tipo de las vendas movió una pieza blanca, Stiles, por instinto, también movió una, con la diferencia de que aquella era negra. No quería hacerlo, no quería jugar ese estúpido juego, sin embargo, su cuerpo parecía estar en piloto automático, pues aunque él quería negarse a tocar esas piezas, sus manos se movían por si solas.
—Cuando las personas están dormidas, generalmente son más vulnerables. — Su voz era ronca, profunda y gutural, tal y como la recordaba, junto con ese tinte sobrenatural, dispuesto a infundirle temor a quien lo escuchara hablar — Indefensos es la palabra más adecuada, quizás. El término que yo prefiero es débil, cuando una persona está durmiendo, es más débil. — Movió otra pieza, Stiles lo imitó. — Es como un juego, y lamentablemente para ti, tú lo has perdido.
Por un momento, Stiles giró la cabeza y vio como una especie de pantalla de cine, solo que lo que se estaba produciendo ahí, era una imagen del techo de su cuarto. Esa imagen se puso en negro y luego volvió a aparecer.
Stiles supuso que era lo que sus ojos deberían estar viendo.
—Ahora yo tengo el control. — El nogitsune le sonrió y Stiles, extrañamente, se sintió un poco aliviado.
Aunque sonara mal, estaba aliviado de no tener que luchar. De no tener que despertarse asustado gracias a sus pesadillas, de no tener que soportar los insultos y golpes de los que solían ser ''su familia''. En realidad, estaba aliviado de prácticamente todo. Pero también estaba esa parte de el que se sentía mal, porque sabía lo que iba a pasar de ahora en adelante; sabía que su infierno personal y para el resto de personas que vivían en Beacon Hills iba a comenzar. Sabía que el alivio que sentía iba a durar poco e iba a dejarle paso a los mismos sentimientos negativos que había estado experimentando todo ese tiempo.
©Ade
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Void, void, void |Sterek| EDITANDO
FanfictionQuizás el nogitsune nunca se fue. Quizás tan solo estaba esperando el momento perfecto para volver a atacar. //////////////////////// Los personajes no me pertenecen, todos los derechos de estos son de MTV y Jeff Davis.