trenta-

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피어난다
불어온다그리웠던
너와의 만남Feeling alive
꽃잎이 떨어지는
기다릴게


—Waiting for us, stray kids.



Era increíble como podía cambiar su estado de ánimo de un momento a otro.

—¿Qué?— Preguntó el castaño. Aunque fue más como un susurro, no quería verlos, no ahora que su vida parecía estar mejorando aunque sea un poco... no quería que ellos, con sus palabras y acciones crueles, destruyeran toda la poca felicidad que Derek y su padre le habían ayudado a conseguir.

—Sí, ellos... ellos están afuera, todos ellos.— Volvió a hacer una mueca.— Yo... ¿les digo que se vayan? ¿quieres que haga eso?

Stiles dudó por un momento.

Podría sacrificar su poca estabilidad emocional en esos momentos, tan solo para intentar o quizás arreglar por completo su bastante dañada relación con todos los integrantes de la manada.

O... simplemente podría pedirle a Derek que los eche de una manera nada amable y seguir construyendo su estabilidad emocional, siguiendo adelante y olvidándose de aquellas personas que lo dañaron tanto.

Sin, embargo y aunque la segunda opción parecía bastante tentadora, debía ser racional.

Y echarlos de la casa.

¡Bien, no! ¡No haría eso!, aunque debería.

—No, yo... n-necesito hablar con ellos.— Su voz tiembla un poco al final.

Derek lo mira con inseguridad, el solo asiente, tratando de convencerse a sí mismo. Entonces oye el sonido de la puerta siendo tocada con algo de brusquedad.

Y su corazón comienza a latir como loco. No quiere verlos, en serio, no quiere verlos por nada del mundo, porque... porque es tan débil que siente que va a ceder en cuanto le pidan que todo vuelva a ser como antes, porque los quiere, maldición, los quiere, porque el los considera su jodida familia. 

—¿Estás seguro?— El lobo lleva una de sus manos al pecho de Stiles, justo donde está su corazón. 

El castaño jadea, siente su rostro un poco caliente y está seguro de que está algo sonrojado. ¿Por qué tenía que hacer ese tipo de cosas... por qué tenía que gustarle tanto?

Sacudió su cabeza.

—No.— El menor aprieta sus labios con fuerza y luego inhala hondo, para luego exhalar duramente.— Pero... supongo que tengo que hacerlo algún día, ¿no?, y es mejor temprano que tarde.

Derek parece dudar un momento. Presiona el pecho de Stiles con su palma abierta y mira el lugar fijamente, deja una suave caricia y luego se levanta; camina hacia la puerta, lo mira y musita un:— Te espero abajo, entonces.

Y cuando sale, Stiles se permite respirar nuevamente.

Por favor, deja de hacer ese tipo de cosas.

Suelta un pequeño gemido de frustración y jala sus cabellos con fuerza.

Ahora, a mentalizarse. No debía verse como un idiota resentido frente a ellos, pero tampoco podía verse como un nene de cinco años llorando porque lo dejaron solo en un supermercado. No podía dejar, por nada del mundo, que vieran lo afectado que estaba. Quizás podían olerlo, escucharlo, sentirlo destrozarse, pero por nada del mundo lo verían.

Void, void, void |Sterek| EDITANDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora